(CNN) — Intensas explosiones retumbaron el lunes en la devastada ciudad siria de Homs, después de un baño de sangre el fin de semana que terminó en cientos de muertes, indicaron activistas locales.
“Es horrible. Especialmente hoy, es horrible”, dijo Abu Omar, un activista local que agregó que el ejército sirio estaba atacando sin previo aviso. “Por lo general, ellos utilizan morteros. Ahora están usando cohetes en el cielo. Podemos verlos en el cielo”.
Mientras los líderes internacionales discutieron durante el fin de semana sobre cómo hacer frente a la crisis en Siria, gran parte de la nación quedó sumida en la violencia.
Otro activista de la oposición, identificado como Danny, reportó el lunes 12 cadáveres en un hospital de campaña.
El gobierno sirio culpa del derramamiento de sangre, que según las estimaciones de las Naciones Unidas ha dejado 6,000 personas muertas en los últimos meses, a “grupos terroristas armados”.
Sin embargo, las fuerzas de oposición, así como una facción cada vez más fuerte de los líderes que están fuera de la nación del Medio Oriente, han dicho que las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad matan civiles como parte de su ofensiva.
Un punto donde se desató la violencia, una vez más, fue Homs, que está al norte de Damasco.
Los Comités de Coordinación Locales de Siria, una red de activistas de la oposición, informaron que al menos 29 de las 43 muertes del domingo ocurrieron en esa ciudad oriental de Siria. Los grupos de oposición han dicho que más de 300 civiles han muerto y cientos han resultado heridos en Homs, desde el jueves.
Un activista de la oposición en la ciudad, identificado sólo como Danny, dijo a CNN que las tropas del gobierno bombardearon a Homs durante todo el domingo con el fuego de los tanques, morteros y cohetes, “lo que es algo nuevo”.
“No están pensados para un lugar pequeño. No están apuntando a alguien que quieren. Están apuntando a todos”, dijo.
Él aludió a la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU el sábado sobre una resolución destinada a detener la violencia en Siria, afirmando que “la ONU les dio la luz verde” para causar más violencia.
“Si no fuera por las Naciones Unidas, no habrían hecho esto”, agregó. “Se les dio el OK para matar más. Si la ONU hubiera hecho algo al respecto, este régimen estaría un poco temeroso”.
Danny describió un panorama devastador de muertos y heridos, que incluye a una niña que perdió un ojo por los disparos, y un niño con un disparo en la mandíbula. Muchos de los heridos estaban siendo tratados en hospitales de campaña en casas de civiles, incluyendo algunos que murieron a causa de las heridas que no hubieran sido mortales con el cuidado adecuado.
“No tenemos suficientes médicos. No tenemos medicamento suficiente”, dijo.
Además de los muertos en Homs, los Comités de Coordinación Locales dijeron que al menos seis personas más murieron en Idlib, donde los tiroteos fueron reportados entre los desertores del ejército y las tropas leales a Bachar al Asad. Otras cinco muertes de civiles se registraron en la zona de Damasco, con otros asesinatos en Daraa y Alepo.
Al menos nueve soldados del gobierno murieron y otros 21 resultaron heridos en Idlib, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo activista de la oposición.
Mientras tanto, la agencia estatal de Siria, Arab News, informó que 15 personas, incluidos dos niños, un coronel del ejército y ocho miembros de una misma familia fueron asesinados por “terroristas” en todo el país el domingo. SANA también informó del ataque a un oleoducto fuera de Homs.
CNN no puede confirmar de forma independiente los informes de la oposición o del gobierno de Siria, porque las autoridades han restringido el acceso de los periodistas en el país.
Los Comités Locales de Coordinación anunciaron planes para un paro cívico de dos días a partir del domingo, esperando elevar la presión sobre el gobierno de Bachar al Asad.
Los manifestantes y los combatientes rebeldes han exigido el fin del gobierno y unas elecciones verdaderamente democráticas.
La propuesta de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU exigía a al Asad detener la matanza y responder a las llamadas dirigidas a encontrar una solución a la crisis de 11 meses en Siria.
Pero Rusia y China vetaron el esfuerzo. Los otros 13 miembros del consejo votaron a favor de la resolución. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, dijo que el veto “una farsa”.