(CNN) – Más de 300 reos murieron a consecuencia de un incendio en el penal de Comayagua en Honduras, informaron las autoridades de ese país.

Esta es una de las tragedias más grave de este tipo en las últimas décadas en América Latina y renueva el foco de atención en las, a menudo, pobres condiciones existentes en las prisiones de la región.

Mientras el gobierno hondureño asegura que son más de 300 los prisioneros muertos, la Comisión Nacional de Derechos Humanos informa que se trata exactamente de 356.

El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, lamentó el hecho y dijo que el gobierno brindará todo el apoyo a las víctimas y los familiares para sobreponerse al percance. “Haremos una investigación exhaustiva para esclarecer las causas del incendio y determinar las responsabilidades”, dijo en una alocución televisiva.

Todos corrieron para salvar sus vidas”, dijo un sobreviviente que habló brevemente con cámaras de televisión locales.

El incendio fue controlado, pero el número total de víctimas mortales sigue siendo desconocido, dijo José Turcios, portavoz del departamento de Bomberos de Comayagua. La prisión es un complejo agrícola ubicado a 500 metros de la carretera que une San Pedro Sula, la capital económica de Honduras, y Tegucigalpa, sede del gobierno.

Unos 35 presos fueron transportados a un hospital local, dijo, y otros fueron llevados a un hospital en la capital.

Antes del amanecer del miércoles, familiares de los presos ya estaban reunidos frente a las puertas de la prisión y las oficinas de los funcionarios, exigiendo saber si sus seres queridos estaban entre los supervivientes.

El caos se apoderó del lugar luego de que la gente rompió las mallas y el portón de acceso intentando entrar a la prisión a buscar a sus familiares.

Cinco de las unidades de la prisión -o más de la mitad de la prisión - se vieron afectadas por el fuego, dijo Turcios. La prisión alberga 851 reclusos.

El comisionado de cárceles del país dijo que las autoridades están investigando si un cortocircuito provocó el incendio o, si posiblemente, un prisionero generó el fuego al prender llamas a un colchón en la granja penal de Comayagua.

Una revuelta habría comenzado a las 10:50 de la noche pero no fue hasta las 11:30 en que el Cuerpo de Bomberos pudo comenzar a controlar el siniestro, reportó el diario La Prensa, de Tegucigalpa.

La mayoría de las víctimas habría muerto por calcinación y asfixia, dijo el sargento Josué García.

Leonel Silva, jefe del Cuerpo de Bomberos en Comayagua, informó que las labores de rescate habrían sido retrasadas por seguridad debido a los disparos que se escuchaban en la zona.

Una enfermera del estatal Hospital Santa Teresa dijo a periodistas que una treintena de reos con muchas quemaduras, de tercer y cuarto grado, fueron atendidos en ese centro, mientras que otros han sido remitidos al Hospital Escuela en Tegucigalpa.

Este es el tercer incendio mortal en una cárcel de Honduras durante los últimos años. En 2003, 61 presos murieron en un incendio en la prisión de La Ceiba. En 2004, la cifra de muertos fue de 107 en un incendio en una cárcel de San Pedro Sula.

El Departamento de Estado de EE.UU. publicó un informe en abril pasado, que pintó un panorama condenatorio de las condiciones en 24  prisiones de Honduras.

Los reos “sufrían de desnutrición severa, sobrepoblación, y la falta de saneamiento adecuado”, según el reporte, que citó a grupos de derechos humanos.

“Las autoridades no proporcionan la alimentación adecuada u otras necesidades básicas. El fácil acceso de los presos a armas y contrabando, la impunidad de los ataques de los presos contra los prisioneros no violentos, fugas de presos, y las amenazas de los reclusos y sus asociados fuera de las prisiones en contra de los funcionarios de prisiones y sus familias contribuyeron a un entorno penitenciario inestable y peligroso”, afirmó el Departamento en su informe del 2010.