(CNN) — Cazadores furtivos que trafican con marfil han sacrificado a cerca de 300 elefantes al norte de Camerún desde mediados de enero, confirmaron autoridades de ese país.
El ministro de seguridad, Ngole Felipe Ngwese, presentó una queja ante el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), al que explicó que una banda armada de cazadores furtivos sudaneses habían matado a los elefantes en el Parque Nacional de Bouba Ndjida, en la frontera de Camerún con Chad.
Los funcionarios del parque dicen que se han detectado diversas crías de elefantes huérfanos, lo cual es altamente preocupante, ya que pueden morir de hambre y sed.
Un funcionario del parque, Bouba Jadi, dijo a CNN que las muertes están empeorando la situación de las poblaciones de elefantes en Camerún, ya de por sí amenazadas.
Según estimaciones oficiales, la población de elefantes en Camerún es de entre 1,000 y 5,000 ejemplares.
Funcionarios realizaron un recorrido donde por lo menos vieron 100 cadáveres de elefantes, aunque se espera hallar aún más restos en las regiones inexploradas del parque nacional.
Una ofensiva contra los cazadores furtivos se ha puesto en marcha, de acuerdo con los funcionarios consultados.
“Era común que las bandas armadas de cazadores furtivos cruzaran desde Sudán durante la estación seca para matar elefantes por su marfil. Sin embargo, esta última masacre es enorme y no tiene comparación con las de los años anteriores”, dijo Sissler Bienvenu, un oficial del IFAW a La Voz, un periódico local.
Añadió que el marfil se introduce de contrabando fuera de África occidental y central para los mercados de Asia y Europa, y el dinero obtenido se reutiliza en la compra de armas que son empleadas en los conflictos regionales.
Camerún comparte una frontera poco vigilada con Chad. Insurgentes armados de Sudán y la República Centroafricana, viajan en búsqueda de los elefantes a través de Chad.
Los observadores de Camerún culpan de los ataques a los guardianes del parque, quienes desde su punto de vista están mal entrenados y mal equipados, por lo que se encuentran en desventaja ante los cazadores furtivos.