Por Osmary Hernández
(CNN) — La salud del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, genera nuevas interrogantes en torno al panorama político de la nación petrolera de cara a las elecciones presidenciales del 7 de octubre.
En un país polarizado, en el que la política acompaña a los ciudadanos de distintos niveles socioeconómicos y educativos desde el primer café de la mañana, la salud de Chávez se ha convertido en el tema del momento entre rumores, especulaciones y análisis.
Un correo de la empresa de inteligencia Stratfor difundido por WikiLeaks este lunes sumó expectación al asunto. El documento, basado en un informante venezolano, señala que el cáncer se había extendido “hacia los nódulos linfáticos y a la médula espinal”, y que médicos cubanos le dan dos años de vida.
La incertidumbre se siente en las calles. Sus seguidores, preocupados, organizan vigilias y rezos por la salud del comandante, esperan con optimismo su pronta recuperación y aseguran que respaldarán su candidatura.
Entre los electores contrarios al presidente, existen dos grandes grupos: unos que consideran que la enfermedad se trata de una estrategia política al estilo de Fidel Castro para ganar mayor apoyo popular rumbo a los comicios. Otros sienten que la situación es más grave de lo que quiere reconocer el gobierno y que en poco tiempo el Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, tendrá que buscarse a otro candidato.
De momento, Chávez, de 57 años, se ha sometido con éxito a la tercera operación en menos de un año en Cuba. Las anteriores fueron por un absceso pélvico y para la extracción de un tumor canceroso. La nueva cirugía retiró una lesión de dos centímetros de diámetro para luego determinar si contiene células benignas o malignas. Según sus propias palabras, existen mayores probabilidades de que sea maligna. Lo que no se ha dicho es en qué lugar se encontraba el tumor ni su fase de evolución cuando lo operaron.
Antes de viajar a Cuba, Chávez pidió a su ministro de Comunicación e información, Andrés Izarra, que vigilara las matrices de opinión generadas en torno a su estado de salud y que mantenga informada de forma oportuna y veraz a la población a fin de evitar los rumores. Sin embargo, a pesar de que ya ha sido operado, no se sabe cuándo fue la intervención.
La enfermedad de Chávez coincide con un periodo clave para su carrera política. Tras 13 años en el poder, aspira a una tercera reelección con un 60% de respaldo popular. “Con cáncer o sin cáncer, con agua o sin agua, llueva truene o relampaguee, la revolución bolivariana triunfará el próximo 7 de octubre”, dijo antes de partir a La Habana el candidato por el Partido Socialista Unido de Venezuela.
¿Una oportunidad para la oposición?
Pero la declaración no ha frenado la especulación. Los analistas ya se adelantan a evaluar un escenario omitiendo la presencia del máximo dirigente de la revolución.
Para Germán Campos, director de Consultores 30-11, “los votos en Venezuela son del presidente Hugo Chávez, en el sentido de que la figura del presidente es la que define los comicios. Un sector de la población utiliza el mecanismo electoral para apoyarlo y otro para adversarlo”. El analista considera que lo único que articula a la oposición venezolana desde hace muchos años es que el presidente salga del gobierno.
El analista político Pedro Pedrosa augura que, si el mandatario logra sumarse a la lucha por presidir el país, no se verá a un Chávez con la energía de campañas anteriores. “Podría presentarse como un candidato con ciertas limitaciones de salud, que posiblemente no le permitirían encabezar actos de masas y eso afectaría una de sus mayores potencialidades que es la conexión con la gente”.
Esta posible limitación podría considerarse una desventaja frente a su contendor, Henrique Capriles Radonski, de 39 años. Al margen de su juventud, el candidato de la oposición se presenta como una opción fundamentada en las críticas hacia las debilidades de la gestión chavista y la apuesta por nuevas soluciones a los problemas de los venezolanos. Según sus críticos, un proyecto con más forma que fondo.
Ante una hipotética salida de Chávez del escenario político, Pedrosa contempla el riesgo de que algún aspirante de la alianza opositora de la Mesa de la Unidad Democrática intente competir de forma independiente ante la ausencia del presidente como líder cohesionador.
Si no es Chávez, ¿quién?
Campos afirma que ya se vislumbran liderazgos importantes en el ámbito regional chavista y en el gabinete ministerial, que han ido adquiriendo un carácter nacional. Es el caso del actual presidente del congreso, Diosdado Cabello, el ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, el vicepresidente Elías Jaua, y el hermano del presidente y actual gobernador del estado Barinas, Adán Chávez.
Otros analistas como Axel Capriles, del diario El Universal, convergen en cuanto a las opciones de los allegados al presidente. “No hay nadie dentro del chavismo que pueda aglutinarlo de una forma contundente y la posibilidad de triunfo de la oposición sube sustancialmente”, según Capriles. “Chávez y Fidel Castro son muy parecidos”, dice el analista Mario Beroes. “No aceptan que nadie les haga sombra o les ponga en peligro el poder”, asegura Beroes.
De momento, el PSUV acaba de ratificar a Hugo Chávez como su candidato y la Mesa de la Unidad Democrática proclamó a Capriles, gobernador del estado Miranda, como su abanderado. Ambos líderes deberán formalizar sus candidaturas ante el Consejo Nacional Electoral cuando se abra el período de inscripciones en los próximos meses.
Beatriz Rubio contribuyó con este reporte.