Por Aline Juárez Nieto*
*Nota del editor: Este 7 de abril es Día Mundial de la Salud. Según la Organización Mundial de la Salud, la actividad física se ha convertido en un reto para la población moderna.
(CNNMéxico) — La inactividad se ha vuelto uno de los peores enemigos del bienestar físico en estos tiempos, cuando el 60% de la población mundial no realiza la actividad necesaria para mantener su cuerpo en condiciones aceptables, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El sobrepeso y la obesidad son consecuencia de este sedentarismo. De hecho, la dieta y proclividad a no moverse favorecen estos padecimientos causantes de muertes prematuras o incapacidades permanentes, indica Antonio Villa, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“La OMS señala que hay 1,000 millones de personas en el mundo que exceden lo recomendado por la báscula. Se considera sobrepeso a un índice de masa corporal (IMC) de 25 hasta 29.9, y si el numeral se incrementa, ya es obesidad tipo I, II y III”, dice Villa.
Iván Pérez Díaz, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, de la Secretaría de Salud (SSa), señala que el panorama mundial es poco alentador, ya que gran parte de los afectados padece diabetes o enfermedades cardiovasculares. “Es un gran reto; estas enfermedades implican gastos millonarios en fármacos y atención médica”.
Con motivo del Día Mundial de la Salud 2012, con el lema La buena salud añade vida a los años, la OMS pretende fomentar la preservación del bienestar físico, mental y social, con el propósito de mantener sana e independiente a la población.
México con obesidad
“En México, más del 90% de la población padece este tipo de alteraciones (como la falta de actividad física). Si incluimos sobrepeso y obesidad, solo el 10% mantiene un nivel saludable. Esto ofrece un panorama adverso, pues indica que los afectados van de niños a adultos, fenómeno que con frecuencia se explica por cambios en hábitos alimenticios y actividades cotidianas”, dice Pérez Díaz.
En 1990 era raro que un niño padeciera diabetes tipo II; sin embargo, cada vez hay más pequeños con este mal, y la mayoría tiene kilos excedentes.
“Desde niño me apasiona jugar futbol, correr, andar en bici a toda velocidad y bailar (…) A mis 60 años, he cambiado el velocípedo por la piscina y la zancada por la caminata, pero no lo dejo, es parte de mi vida y es lo que en muchas ocasiones me hace sentir vivo”, dice Jesús García.
“Cuando voy al parque a trotar o al deportivo a nadar me sorprende ver a más gente adulta que jóvenes realizando ejercicio. Mi nieto, Juan, se la pasa viendo tele, jugando en la computadora y comiendo papitas y tomando refresco. Aunque su mamá me diga que es normal, no me lo trago, pues él tiene 13 años y pesa más que yo”.
El cambio en el estilo de vida en las últimas décadas plantea cada vez más retos al sector salud. Niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad ya no realizan actividades físicas. La mayoría no hace ejercicio y sus actividades recreativas se concentran en los videojuegos, celulares, televisión y computadora, es decir, todo se reduce a una pantalla.
“La OMS estima que el sedentarismo y la inactividad física provocan 2 millones de muertes al año. En promedio, un niño pasa frente a una pantalla más de 10 horas. Lo saludable es que no gasten más de 120 minutos frente a la televisión”, Díaz.
Estudios revelan que a mayor número de horas, mayor riesgo de ser obeso o tener colesterol elevado e hipertensión. Por ello se recomiendo retomar los juegos en conjunto y el ejercicio aérobico, como la pelota, correr y saltar, es decir, todo lo que los niños solían hacer.
Los niveles de inactividad física son elevados en prácticamente todos los países, tanto desarrollados como en desarrollo.
“Más de la mitad de los adultos observa una actividad insuficiente. En las grandes ciudades, la inactividad es un problema aún mayor. La urbanización ha creado factores ambientales que desalientan a cualquiera a dejar sus sillas de trabajo o poltronas”, según la OMS.
La OMS considera actividad física a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos y que exija gasto de energía. La inactividad es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a mortalidad mundial (6% de las muertes en todo el mundo), según la organización.
También es la causa principal de entre 21% y 25% de los cánceres de mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes y aproximadamente el 30% de la carga de cardiopatía isquémica.
Iván Pérez, también académico del Tec de Monterrey, detalla que el tratamiento de la obesidad es costoso y a largo plazo; la mayoría de la gente que busca perder peso recae. Todo ello se relaciona con el estado emocional de los individuos.
“Debemos buscar alternativas reales para abatir el problema. Un ejemplo es realizar ejercicio en casa, el uso de escaleras en lugar de elevadores, caminar, dejar de usar el auto y utilizar transporte público, entre otras.
“Si no enfrentamos el problema ahora, no habrá sistema de salud alguno, ni siquiera en el primer mundo que pueda erradicar el problema”.
Beneficios y diferencias
A su vez, la OMS detalla que la actividad física no debe confundirse con el ejercicio. Éste es una variedad de actividad física planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de la aptitud física.
La actividad física abarca el ejercicio, pero también otras actividades que entrañan movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos de juego, del trabajo, de formas de transporte activas, de las tareas domésticas y de actividades recreativas.
El ejercicio es una medida terapéutica inigualable, llena de energía, libera sustancias químicas en nuestro cuerpo que nos dan la sensación de bienestar y demás, expone el endocrinólogo Iván Pérez. “De hecho, en los diabéticos éste ayuda a que los medicamentos funcionen mejor, principalmente, la insulina”.
El especialista de la UNAM, Antonio Villa destaca que la actividad física está asociada con un factor protector y benéfico ante muchas enfermedades. Al realizarlo hay menos riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer de mama. “En los adultos mayores el deterioro cognitivo se va retrasando si realizan como parte de su rutina actividad física. Es una parte vital del ser humano que debe realizarse en todas las etapas de la vida”.
“El ejercicio siempre me ha dado satisfacciones. Corrí maratones, nadé en competencias, jugué en torneos y ahora me da la capacidad de preservar mi salud. Creo, que aún me restan muchos años de vida y aunque me sea difícil trataré de inculcar lo que otros no han podido con mi nieto, Juan: el amor a nuestro propio cuerpo”, concluye el señor García.