CNNE 557f3beb - 120419123209-gorilla-hearts-00005111-story-top

(CNN) — “Bien. Espera”, dijo Amanda Bania, cuidadora de grandes primates, a Kojo, un gorila de 90 kilos, mientras sostenía un dispositivo similar al ratón de una computadora sobre su espalda.

El gorila de tierras bajas occidental recargó su espalda contra su jaula en el Zoológico Nacional de Washington, Estados Unidos, mientras era alimentado con uvas por Elliot Rosenthal, cuidador del zoológico.

“Kojo está muy contento de esperar, siempre y cuando esté recibiendo uvas”, dijo Bania, quien descargó la información cardiaca de un registrador de bucle implantable (ILR, por sus siglas en inglés de implantable loop recorder) que fue colocado quirúrgicamente entre los omóplatos de Kojo para vigilar su ritmo y frecuencia cardiacos.

Mientras Kojo mordisqueaba fruta, también proveía información valiosa para ayudar a los científicos a resolver el misterio de por qué los gorilas tienen problemas cardiacos.

El problema de corazón es una de las principales causas de muerte entre los primates que son cuidados por humanos, según el médico Hayley Murphy, del Proyecto de Corazón de los Grandes Primates. La organización calcula que la enfermedad cardiovascular tiene un rol importante en la mortalidad de más del 40% de los gorilas en cautiverio.

Tanto Kojo como Kwame, ambos gorilas de tierras bajas occidentales, son parte de un proyecto para reunir información clínica con el objetivo de mejorar el tratamiento y prevenir la cardiopatía entre los grandes primates.

“En cuanto monitoreemos lo que es normal para Kojo y Kwame, podremos reconocer los cambios minuto a minuto que nos ayudarán a identificar la cardiopatía antes de que desarrollen señales clínicas. Eso significa que podremos tratarlos antes y mentenerlos vivos durante más tiempo”, dijo Suzan Murray, oficial en jefede la clínica veterinaria del zoológico.

Es la primera vez que se utiliza el ILR en gorilas, a pesar de que la tecnología ha estado disponible para el uso humano durante muchos años.

En personas, el ILR es colocado en el área pectoral donde puede obtenerse el ritmos cardiaco fácilmente. Sin embargo, esa zona no funciona para los gorilas, los cuales pueden alcanzar su pecho con facilidad e intentar jalar las puntadas de la cirugía.

“Encontramos un lugar en la espalda donde podemos implantar el ILR sin molestar al gorila”, dijo Murray.

Los cuidadores de Kojo y Kwame les enseñan a presentar su espalda y estarse quietos durante 30 segundos para que la información pueda ser reunida.

La investigación marca un primer paso crítico, dijo Murphy, porque los expertos ahora pueden rastrear la función cardiaca del gorila sin usar anestesia general. Al obtener información de esta manera, disminuye el riesgo para los animales y evita que el uso de medicinas altere los datos.

Como medida de protección, los animales salvajes tienden a ocultar señales de enfermedad hasta el último minuto.

“Eso ha sido un problema con la cardiopatía y los gorilas”, dijo Murray. “Antes de que supiéramos de este proceso de la enfermedad, muchos gorilas presentaban muerte súbita. Estaban bien un minuto y se les hallaba muertos al siguiente”.

El ILR dará a los doctores una ayudaen problemas del corazón de los gorilas.

“Como nuestros parientes más cercanos, es crucial tanto para la salud de los humanos como para la de los primates descubrir por qué los primates están muriendo de enfermedades cardiacas en los zoológicos y cómo este patrón de enfermedad está relacionado o difiere de la cardiopatía en humanos”, dijo Murphy. “Si podemos determinar qué está causando la enfermedad de corazón en primates y cómo prevenirlo con eficacia y/o tratar la enfermedad, podríamos dar claves a la mejora de la salud cardiaca humana”.