(CNN) — Es muy probable que recientemente tengas más noticias de Groenlandia en revistas o en la televisión.
Pero con sus glaciares derritiéndose rápidamente, la isla está en el centro de la conversación del cambio climático. Las historias son perturbadoras, pero no todo son malas noticias para los habitantes de Groenlandia.
Y es que tanta atención ha ayudado a Groenlandia. El sector turístico está, para sus estándares, floreciendo.
“Nuestro turismo es muy pequeño”, dijo Anders la Cour Vahl, consultor del Consejo de Turismo y Negocios de Groenlandia. “Pero hemos visto un buen aumento en cruceros y un crecimiento en los visitantes de tierra”.
La Cour Vahl dijo que la isla recibe cerca de 30.000 visitantes de cruceros al año, cuatro veces más de las cifras registradas la década pasada. Unas 35.000 personas vuelan aquí para visitar. Es mucho para una nación más grande que Alaska pero con una población de 57.000 habitantes.
Muchos de los visitantes vienen de Dinamarca (Groenlandia es un territorio autónomo danés). Pero el segundo grupo de visitantes más grande era de alemanes, dijo la Cour Vahl, aunque sus cifras han sido rebasadas por ciudadanos de Norteamérica.
Solo vienen unos pocos porque quieren ver la capa de hielo antes de que se esfume, dicen. Más del 80% de la isla está cubierta de ella, y el hielo es muy grueso, pero está desapareciendo.
“Groenlandia ha sido una gran preocupación porque hay mucho hielo encima de la tierra, y se está derritiendo mucho más rápido de lo que pensamos que lo haría”, dijo Keya Chatterjee, director de las políticas climáticas del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). “Es un gran desconocimiento en el sistema”.
El año pasado, el libro 100 lugares que visitar antes de que desaparezcan seleccionó dos lugares de Groenlandia para su lista, el pueblo de Ilulissat, al oeste, y Zackenberg, al noreste, en donde hay un centro de investigación sobre ecosistemas.
El libro señaló que las temperaturas en Groenlandia son sustancialmente más altas y que el agua alrededor de Ilulissat ya no tiene una capa de hielo permanente.
Para la oficina de turismo de Groenlandia, el cambio climático es muchas veces parte de la discusión. Hasta le dedican toda una sección en la página web greenland.com, donde tratan de asegurarle a los turistas potenciales que el que se esté derritiendo el hielo no quiere decir que no haya nada que ver.
“Mientras la duda aún prevalece en cuanto a la rapidez con la que el volumen de hielo se está derritiendo y las complejas relaciones entre las causas de los incrementos de temperatura”, dice la página, “hay algo que es cierto: Hielo nuevo continuará creándose en la capa de hielo, y todavía habrá grandes cantidades de hielo que admirar en Groenlandia por muchas generaciones mas. La duda está en cuánto habrá”.
La Cour Vahl dijo que la gente que venga a Groenlandia puede ser testigo de primera mano de los resultados del cambio climático.
“Puedes ver cómo los glaciares han ido disminuyendo. Puedes ver las marcas en los costados de los glaciares donde solía estar y donde está ahora”, dijo. “Estar ahí y ser testigo de lo que le está pasando a nuestro medio ambiente, ese es un gran atractivo”.
Chatterjee, cuya organización trabaja con juntas de turismo para promover prácticas ambientalistas, dijo que los lugares afectados por el cambio climático necesitan planear para el futuro.
“Muchas economías locales dependen del turismo”, dijo. “Las ciudades que ven hacia el futuro están empezando a planear como diversificar su economía y cómo desarrollar otras atracciones. La gente puede no estar de acuerdo acerca de cuándo van a resentir las peores consecuencias del cambio climático, pero sabemos que ya está pasando”.
Los efectos del cambio climático “nos han puesto en el mapa”, dice la Cour Vahl. Ahora el reto es convencer a más personas de que Groenlandia no es realmente un viaje tan lejano o una tierra tan prohibida.
Pero admite que no es un destino para todo el mundo.
Muchos de los viajes de turistas tienen que ver con el hielo o la vida silvestre, como ver a los osos polares o a las ballenas. Patricia Schultz, autora de 1,000 lugares que ver antes de morir, le llama a Groenlandia “la última frontera”.
El clima, aunque ha sido brutalmente frío en los últimos inviernos, puede ser sorpresivamente caliente en el verano y primavera, las dos estaciones preferidas por los turistas, añadió la Cour Vahl. Entonces, cuando hagas tu maletas, no te preocupes, puedes llevar hasta una camiseta.
O si la temperatura sigue subiendo, podrán ser varias camisetas.