WASHINGTON (CNN) — Casi el 70% de las armas recuperadas en escenas del crimen en México durante los últimos cinco años, y rastreadas por el gobierno estadounidense, se originaron de ventas en Estados Unidos, de acuerdo con datos publicados este jueves por la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés).
Todas las armas que fueron inspeccionadas fueron entregadas por las autoridades mexicanas a Estados Unidos. El agente especial de la ATF, John Hageman, fue muy cuidadoso en sus comentarios sobre los datos dados a conocer.
“Nuestro trabajo es proporcionar las cifras, y no especular”, dijo.
Los partidarios contra las armas, sin embargo, no se quedaron callados. La senadora demócrata de California, Dianne Feinstein, afirmó que las cifras son evidencia de que se necesitan leyes más estrictas.
Los legisladores que apoyan medidas más estrictas afirman que la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), y la industria de las armas han minimizado el grado de responsabilidad de las armas vendidas en Estados Unidos, que son usadas por cárteles mexicanos y para otros crímenes violentos al sur de la frontera.
Los nuevos datos dados a conocer muestran que de 2007 a 2011, la ATF ha rastreado en la Ciudad de México un total de 99.691 armas a las fábricas y puntos de venta. De esas armas, 68.161 son de origen estadounidense, según la agencia.
Según Hageman, hubo un incremento en los últimos años de rifles que México pidió rastrear hasta su origen.
“Las autoridades de seguridad en México ahora nos reportan ciertos tipos de rifle, como variantes de AK y el AR con cartuchos desmontables, que son utilizados frecuentemente para cometer crímenes violentos por organizaciones dedicadas al tráfico de drogas”.
Los gobiernos de George W. Bush y de Barack Obama han apoyado los esfuerzos del presidente Felipe Calderón para controlar a los carteles a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, y ambos gobiernos han hecho esfuerzos para detener el flujo ilegal de armas a través de la frontera.
Una operación llamada Rápido y Furioso falló cuando cientos de armas compradas ilegalmente, las cuales iban a ser rastreadas, se perdieron luego de cruzar la frontera. Dos de las armas del programa fueron encontradas en la escena de crimen de un agente de la Patrulla Fronteriza en Arizona, lo que causó críticas a la ATF y al Departamento de Justicia.