(CNN) – Artistas de 26 países se preparan este sábado para participar en el Festival de la Canción de Eurovisión, un concurso de talentos que este año será realizado en Azerbaiyán en medio de controversia.
El evento anual atrae una audiencia estimada de 125 millones de personas y es muy popular por su combinación de trajes extravagantes, canciones pop kitsch, el talento a veces dudoso y por las rivalidades internacionales.
El país anfitrión usualmente aprovecha el evento para promocionarse ante los turistas y los inversionistas extranjeros.
Pero este año, defensores de derechos humanos han cuestionado el hecho de que Azerbaiyán, antiguo miembro de la Unión Soviética, deba realizar el concurso, debido a su mal historial en libertad de expresión.
La ONG Human Rights Watch le pidió el mes pasado a los organizadores del concurso y a otras naciones presionar al gobierno de Azerbaiyán para prevenir “la violencia contra periodistas, activistas de redes sociales y otros defensores de los derechos humanos; abstenerse a usar cargos penales por motivos políticos contra periodistas y otros; liberar a las personas encarceladas por razones políticas; y permitir reuniones pacíficas”.
Actualmente, Azerbaiyán “sigue siendo hostil contra los medios independientes y otras formas de libre expresión”, dijo la organización.
“La policía ha dispersado protestas de forma violenta, golpeando y arrestando a manifestantes pacíficos”.
Azerbaiyán ocupó el puesto 162 en el más reciente Índice de Libertad de Prensa de por Reporteros Sin Fronteras.
El grupo Amnistía Internacional dice que 12 personas están actualmente en prisión en Azerbaiyán debido a su participación en las protestas contra el gobierno del año pasado.
Once de los prisioneros empezaron una huelga de hambre el 15 de mayo y pretenden mantenerla hasta el final del Festival de Eurovisión, dijo Amnistía.
El embajador de Azerbaiyán en el Reino Unido, Fakhraddin Gurbanov, le dijo a CNN que los derechos humanos son protegidos por la constitución de su país, pero admitió que hay problemas.
“Tenemos sólo 10 años de historia independiente y estamos construyendo una sociedad democrática”, dijo. “Es un camino largo para recorrer. No es fácil, es un gran reto”.
El funcionario dijo que el evento mostrará la cultura y hospitalidad de su país.
Emin Milli, que fue prisionero político en Azerbaiyán y que ahora estudia en Londres, acusó al gobierno de detener a unos cuantos individuos por motivos políticos para atemorizar a las personas.
Milli le dijo a CNN que le gustaría ver a los concursantes en el festival comentar sobre la situación de derechos humanos en Azerbaiyán, una declaración que sería vista por decenas de millones de personas.
No obstante, eso significaría la descalificación de esa nación en tanto que las reglas de Eurovisión prohíben los comentarios políticos.
A pesar del prefijo ‘Euro’, los concursantes pueden venir que cualquier país miembro de la Unión Europea de Radiodifusión (EBU por sus siglas en inglés) que incluye a varias naciones no europeas como Azerbaiyán, de Asia central.
La EBU está conformada por estaciones de radio y televisión, no por gobiernos, y cada año la estación participante de cada país debe enviar un acto escogido a través de su propio proceso de selección.
Más países buscan participar de los que de hecho pueden competir, así que se realizan semifinales para escoger a los finalistas.
El ganador del año anterior se gana el derecho a ser el anfitrión y a competir en el siguiente festival.
Cinco naciones europeas –Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido- también clasifican automáticamente cada año y son los principales financiadores del evento.
Una vez todos los finalistas se han presentado, empieza la votación. Los países conceden puntos del uno al ocho, luego 10 y finalmente 12 para sus canciones favoritas. No pueden votar por ellos mismos y deben anunciar el puntaje tanto en inglés como en francés.
Los televidentes pueden votar en sus respectivos países a través de líneas telefónicas, que cuentan para la votación final.
Muchos perciben la votación como táctica, pues países vecinos o miembros de bloques regionales, como las antiguas naciones soviéticas, parecen basar su calificación en alianzas geopolíticas en lugar del mérito artístico.
Irlanda encabeza la lista de ganadores con siete triunfos, incluyendo una racha de tres victorias consecutivas en 1992, 1993 y 1994.
Francia, Reino Unido y Luxemburgo tienen cada uno cinco victorias. Suecia y Países Bajos tienen cuatro, mientras que Israel y Noruega tienen tres triunfos.
La mayoría de actos o artistas caen en el olvido después del evento.
Entre las pocas notables excepciones está ABBA, que ganó en 1974 con Waterloo, y Celine Dion, que fue exportada de Quebec a Suiza en el concurso de 1988.