Por Hillary Whiteman
Hong Kong (CNN) — Puede que hayan pasado 23 años desde que soldados chinos acribillaran a manifestantes desarmados en las cercanías de la Plaza Tiananmen, sin embargo, los recuerdos de ese día permanecen intactos para activistas a favor de la democracia tanto dentro como fuera del país.
Más de 100,000 personas se reunieron en el Parque Victoria de Hong Kong, para una noche de vigilia a la luz de las velas con el fin de recordar las vidas perdidas en aquel episodio en el que los tanques entraron en la plaza de Beijing.
El gobierno de China todavía prohíbe las pláticas públicas sobre los hechos ocurridos el 4 de junio de 1989, cuando las fuerzas gubernamentales decidieron acabar con las manifestaciones en favor de la democracia al disparar contra los civiles.
El número oficial de víctimas ofrecidas por el gobierno chino es de 241, entre ellas soldados, y 7,000 heridos. Los defensores de derechos dicen que el número de muertos posiblemente ronde los miles.
En un mensaje escrito leído en la vigilia de Hong Kong, el activista chino Chen Guangcheng suplica al gobierno chino “seguir la voluntad del cielo” y avanzar en las reformas democráticas.
“Este Movimiento Democrático merece aprobación universal”, dijo Chen en un comunicado. “Pedimos que su solicitud sea tratada de la forma debida. No deseamos revancha, pero queremos que se revele completamente la verdad. Estamos a favor de la tolerancia, pero en contra del olvido. Aquellos que no tienen memoria no tienen futuro”, dijo.
Chen huyó de China hacia Estados Unidos en mayo, tras escapar del arresto domiciliario en su pueblo de Dongshigu, en la provincia de Shandong. Durante 18 meses, fue prácticamente prisionero en su hogar, dijo, tras cuatro años encerrado en prisión por “daños a la propiedad y por organizar una movilización para desquiciar el tránsito”.
Chen es uno de una serie de activistas que han sido encarcelados o que actualmente se encuentran detenidos por promover los derechos humanos o la libertad religiosa en la China dirigida por los comunistas.
Bob Fu, fundador del grupo cristiano de derechos humanos China Aid, y quien también ayudó a Chen en su objetivo de trasladarse a EU, encabezó una protesta estudiantil aquel día de represión, en 1989.
“Fue una masacre trágica contra estudiantes que simplemente llevaban a cabo una protesta pacífica para exigir la reforma, la lucha contra la corrupción y la libertad en China”, dijo a CNN.
Los periódicos chinos no mencionan la conmemoración este lunes. Y la gente del gobierno encargada de la censura parece haber tenido éxito en eliminar las alusiones del aniversario en Weibo, una especie de Twitter en China.
Se dice que algunos usuarios de Weibo intentaron evadir la censura al referirse al 4 de junio como “35 de mayo 35”. Sin embargo, incluso esos términos fueron rápidamente eliminados en lo que comúnmente se conoce como el día más ajetreado del año para el personal encargado de la censura.
El gobierno está particularmente sensible este año, dicen los observadores, de cara a la transición del liderazgo que se celebra una vez cada 10 años. En otoño, el poder se transferirá a una nueva generación de políticos que decidirán el fututo rumbo de China. Está programado que tanto el actual presidente, Hu Jintao, como el primer ministro, Wen Jiabao, renuncien.
En los días previos al 4 de junio, muchos activistas conocidos en favor de la democracia fueron detenidos como medida preventiva para evitar la disidencia, según Fu.
“Muchos de mis amigos y compañeros luchadores por la libertad han estado bajo arresto domiciliario”, dijo Fu. “Sobre todo en la última semana muchos fueron confinados en una especie de arresto, sin ninguna libertad de movimiento”.
Otros han estado detenidos desde hace más tiempo. De cara al aniversario, el Departamento de Estado de EU emitió un comunicado instando al gobierno chino a reconocer públicamente el día y terminar con la persecución de todos los implicados en los hechos.
“Alentamos al gobierno chino a liberar a todos los que todavía cumplen condenas por su participación en las manifestaciones; a proporcionar una cifra pública completa del total de muertos, detenidos o desaparecidos; y terminar con el continuo hostigamiento que padecen los participantes de la manifestación y sus familias”, según la declaración.
Agregó: “Refrendamos nuestro llamado a China para proteger los derechos humanos universales de todos sus ciudadanos; liberar a todos los que han sido injustamente detenidos, procesados, encarcelados, desaparecidos por la fuerza, o puesto bajo arresto domiciliario; y terminar con el actual acoso contra activistas de los derechos humanos y sus familias”.
Amnistía Internacional emitió un comunicado en el que exige al gobierno que mantenga una “investigación abierta e independiente sobre los hechos de 1989”.
El grupo de derechos rindió homenaje a Ya Weilin, de 73 años y padre de un estudiante que fue asesinado a balazos en la represión de 1989. Amnistía dijo que Ya y su esposa, Zhang Zhenxia, pasaron 20 años promoviendo que el gobierno desagravie por los muertos en la manifestación de 1989.
En una nota escrita poco antes de su muerte, ya reclamó la negativa del gobierno a escuchar sus quejas por la muerte de su hijo y por lo tanto dijo que “combatiría con su muerte”. Tiempo después lo encontraron ahorcado en una cochera debajo de su casa.