(CNN) — La hija del presidente de Cuba apoya las aspiraciones a la reelección del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y cree que éste podría hacer más en cuanto a la relación con Cuba si no fuera por las presiones a las cuales se enfrenta, dijo en una entrevista presentada el lunes por Christiane Amanpour.

“Como ciudadana del mundo, me gustaría que ganase”, dijo Mariela Castro Espin, hija de Raúl Castro, en una entrevista exclusiva realizada el viernes en Nueva York. “Ante las opciones, prefiero a Obama”.

La defensora de los derechos de los homosexuales de 49 años dijo que Obama ha estado limitado en su capacidad para efectuar cambios. “Quiere hacer mucho más que lo que se le permite”, dijo. “Así lo interpreto desde mi punto de vista. No sé si soy objetiva”. Aún así, dijo, creo que Obama necesita otra oportunidad y que necesita mayor apoyo para poder avanzar en sus proyectos e ideas, las cuales pienso que surgen de lo más profundo de su corazón”.

A la pregunta de si Obama levantaría el embargo comercial decretado hace medio siglo contra Cuba, Castro dijo: “Creo que Obama es un hombre justo. Y creo que necesita mayor apoyo para poder tomar este tipo de decisiones. Si Obama tuviera el apoyo político total del pueblo estadounidense, entonces podríamos normalizar nuestras relaciones, a niveles tan buenos o mejores de los que tuvimos durante el mandato del presidente Carter”. Durante su único mandato, de 1977 a 1981, Jimmy Carter relajó las restricciones de Estados Unidos con Cuba.

Castro agregó que apoya la liberación de Alan Gross, un ciudadano estadounidense sentenciado a 15 años de prisión en Cuba por cargos de subversión. Pero, agregó, que también quiere que se libere a los “cinco cubanos”, presos en Estados Unidos por el delito de espionaje. Castro no se conmovió con la reciente petición de Gross para que se le permitiera visitar a su madre de 90 años antes de que muera a cambio de su promesa de regresar después a una prisión en Cuba.

“Alan Gross ha logrado todo lo que ha pedido: ha podido ver a su esposa, ha tenido visitas conyugales, y ha sido tratado con respeto y dignidad, como siempre tratamos a los prisioneros en Cuba”, dijo Castro. “No hemos recibido el mismo trato de la otra parte para nuestros cinco prisioneros que tienen largas sentencias y que no están bien. Creo que los seis deberían ser liberados, tanto los cinco cubanos como Alan Gross”.

“¿Usted está diciendo que tanto Alan Gross como los cinco cubanos deberían ser liberados?, preguntó Christiane Amanpour, presentadora del programa. “Sin duda”, respondió Castro. “Me refiero a los cinco cubanos y a Alan Gross. Creo que sería la solución más para todos”.

Los “pendientes” de Cuba

La defensora de los derechos de los homosexuales dijo que la orientación sexual y la identificación de género son algunos de los derechos pendientes de abordar por el régimen comunista cubano. Se ha presentado un proyecto de ley legalizando las uniones civiles entre personas del mismo sexo (pero no el matrimonio); “pero todavía no se ha sancionado”, dijo. “Y la persona que está en una relación con otra de su mismo sexo no tiene ninguna protección en este sentido”. Considera que la legislatura abordará este asunto, la cual no se opone su padre, en el transcurso de este año.

Castro dijo que la nación había aprendido a reconocer y a corregir los errores del pasado luego de su agresiva política de aislamiento para los hombres y mujeres portadores del VIH durante los primeros años de la epidemia del SIDA; esta medida quedó sin efecto en 1993.

“Nunca estuve de acuerdo con esos aislamientos”, dijo. “Existieron varias organizaciones internacionales de la salud que evaluaron que estos aislamientos era positivos en un momento en el cual no se sabía demasiado sobre cómo se expandía esta epidemia”.

Amanpour se refirió a la definición de Human Rights Watch sobre Cuba como “el único país de América Latina que reprime prácticamente todas las formas de disenso político”.

Castro dijo que el grupo de derechos humanos “no representa la opinión del pueblo cubano. Y sus informantes son mercenarios. Son personas que han sido pagados por un gobierno extranjero para programas en los medios que no representan directamente las ideas cubanas”.

“Disentir está permitido”

Defendió a su nación como un país en el cual el disenso está permitido. “Aquellos que disienten no van a la cárcel”, dijo. “Todos en Cuba expresamos nuestros puntos de vista y participamos en la vida política del país para que podamos expresarnos y para que podamos cuestionar todo lo que pasa”.

Las opiniones contrarias a las del gobierno “enriquecen el debate”, dijo. “Nadie va a la cárcel por una opinión; en todo caso, son detenidos por servir a los intereses extranjeros que les pagan para emitir estas opiniones. Esto se llama ser mercenario y las leyes de todos los países del mundo castigan este delito, inclusive las de este país”.

Dijo que el sistema de un solo partido de la isla desaparecería si otras naciones dejaran de intentar imponer su voluntad en Cuba. “Si la soberanía de Cuba no se viera amenazada, si los asuntos internos de Cuba no fueran manipulados en campañas de prensa, si Cuba no fuese objeto de un embargo económico y comercial que nos ha causado tantos problemas, entonces no tendría sentido tener un partido único en Cuba”, dijo.

Yoani Sánchez, “la voz de los poderes dominantes”

Algunos críticos afirman que el embargo sirve a la nación para contener el disenso interno, y que el sistema socialista de la isla colapsaría si Estados Unidos levantara el embargo, Castro no coincide con esa teoría.

“Pienso que se fortalecería”, dijo. “Por eso, no se levanta el embargo”. Castro no demostró ningún tipo de simpatía por Yoani Sánchez, la disidente bloguera que desde Cuba ha logrado numerosos premios por su trabajo, crítico al gobierno de Castro.

“Ella responde a poderes extranjeros que están interesados en eliminar la experiencia cubana”, dijo Castro. “Es la voz oficial de los poderes globales dominantes”.

Castro puso en tela de juicio la declaración de Sánchez de que no se le permite trabajar: “Ella puede trabajar en Cuba”, dijo Castro. “Pero gana mucho más con los premios que le envían desde el extranjero que con cualquier trabajo que pudiera hacer en Cuba, dado los bajos salarios que tenemos”.

Castro pronosticó que el público de Sánchez “se aburrirá de escuchar mentiras”, y que se debilitará su influencia. “Realmente no lucha por derechos auténticos; no está comprometida con el movimiento de derechos en Cuba, porque ni siquiera participa en los debates que se están realizando para lograr esos derechos”.

Castro acusó el embargo comercial por la falta de acceso a internet de muchos cubanos. “Pagamos internet a través de un satélite, lo cual es sumamente costoso”, dijo. “No tenemos acceso a las líneas de fibra óptica que pasan por Cuba. Estamos negociando con Venezuela para que nos ayude a maximizar nuestro acceso a Internet”.

Pero dijo que a pesar de esto los cubanos tienen acceso a “grandes redes sociales. Hay más acceso a internet en Cuba, legal e ilegal, de lo que se imagina porque los cubanos somos curiosos. Y no se nos puede negar el acceso a la información”.

Sobre las declaraciones del senador Robert Menéndez que la describían como una “fuerte defensora del régimen, opositora de la democracia, que ha defendido la brutal represión a activitas democráticos”, Castro llamó al republicano de Nueva Jersey “una persona que realmente no tiene los pies en la tierra”.

Al preguntar por qué Estados Unidos había otorgado una visa a Castro, un vocero del Departamento de Estados señaló que había visitado EU dos veces durante la administración de George W. Bush. “Sin embargo, no debe confundirse el hecho de que se le otorgó una visa cumpliendo con nuestra política general con respecto a Cuba”, dijo en Washington Michael A. Hammer, subsecretario interno y asistente de relaciones públicas del Departamento de Estado, a los periodistas. “En realidad, queremos y permitimos la libertad de expresión en nuestro país, algo que en realidad no ocurre en Cuba”.