(CNN) — Mohamed Morsi prestó juramento como el primer presidente de Egipto elegido democráticamente tomando el timón de una nación profundamente dividida, con problemas económicos y carente de un gobierno que funcione.
La histórica ceremonia tuvo lugar en medio de fuertes medidas de seguridad ante la Corte Suprema Constitucional bajo la presencia de los gobernantes militares de Egipto, los cuales han estado en el control del país desde que Hosni Mubarak fue expulsado en 2011 durante una revolución popular.
“Hoy en día el pueblo egipcio estableció una nueva vida por la libertad entera, de una verdadera democracia”, dijo Morsi después de tomar el juramento.
“Juro por Dios todopoderoso que voy a defender el sistema republicano y respetar la Constitución de la ley y velar por los intereses del pueblo”, afirmó.
La ceremonia de Morsi estuvo precedida por un discurso en la plaza Tahrir de El Cairo el viernes. Ante miles de personas declaró que el pueblo es la fuente de su autoridad como presidente.
“Toda la nación me está escuchando”, dijo en el discurso televisado. “No hay ninguna autoridad por encima de la autoridad del pueblo”.
El discurso de Morsi parecía dirigido al consejo militar egipcio, cuyas acciones recientes han incrementado la preocupación acerca de si entregaría totalmente el control a un gobierno electo.
El 24 de junio la Comisión Electoral de Egipto declaró a Morsi presidente electo después de una segunda vuelta en la que enfrentó a Ahmed Shafik, un exgeneral de la Fuerza Aérea que sirvió como último primer ministro de Mubarak.
Morsi había sido el candidato del partido Justicia y Libertad de los Hermanos Musulmanes, pero renunció al grupo poco después de ser elegido presidente.
Apenas unos días antes de las elecciones, un alto tribunal dictaminó que el parlamento de Egipto era inconstitucional.
Los partidarios de Morsi están impulsando una confrontación con los generales, pues a raíz de la decisión de la Corte que ordenó la disolución del Parlamento dominado por los islamistas, anunciaron que mantendrían el Poder Legislativo durante un tiempo indefinido.
Además, los gobernantes militares nombraron a un consejo de defensa para supervisar la seguridad nacional y política exterior, al mismo tiempo que declararon que mantendrán el control de todos los asuntos militares.
Durante el discurso del viernes, Morsi dijo que trabajará para liberar al clérigo egipcio ciego que fue condenado a cadena perpetua en Estados Unidos por una conspiración relacionada con el atentado contra el World Trade Center en 1993.
También afirmó que quería trabajar para liberar a los presos políticos, entre ellos el jeque Omar Abdel-Rahman. “Sus derechos estarán en mis hombros y yo no escatimaremos esfuerzos” para liberarlos, dijo.
Morsi es un hombre de contrastes: un islamista estricto educado en el sur de California, quien prometió durante su campaña que representaría los derechos de las mujeres, sin embargo, las vetó de cualquier aspiración presidencial.
Durante la campaña, Morsi dijo que apoyaría la democracia, los derechos de las mujeres y las relaciones pacíficas con Israel en caso de ganar. Pero también ha llamado a los líderes israelíes “vampiros” y “asesinos”.
Durante su campaña se centró en convencer a la mayoría de los egipcios con un lema, “El Islam es la solución”, que provocó preocupaciones de que podría introducir una teocracia fundamentalista islámica.
Según las declaraciones de Morsi a la periodista de CNN, Christiane Amanpour, el ahora presidente de Egipto quiere “un poder Ejecutivo que represente la voluntad del pueblo y ponga en práctica sus verdaderos intereses públicos”.
Ante la pregunta de si él mantendría el acuerdo de 1979 entre Egipto e Israel, Morsi dijo: “Sí, por supuesto que lo haré. Respetaré siempre que el otro lado lo mantenga y respete”.