(CNN) — Ha sido llamado la Indiana Jones de la vida real, pero Sarah Parcak (quien se describe a sí misma como una “arqueóloga espacial”), dice que Indy no tiene oportunidad de competir contra ella.
“Lo retaría a una búsqueda de lugares arqueológicos y le ganaría”, dice la mujer de 33 años.
Parcak utiliza satélites infrarrojos para descubrir ruinas en Egipto, pirámides, palacios, tumbas y antiguas civilizaciones que fueron enterradas para siempre. Su trabajo es sorprendente y literalmente transforma el campo de la Arqueología. Desde su laboratorio de investigación en la Universidad de Alabama en Birmingham, Sarah analiza imágenes satelitales del espacio exterior para revelar antiguas estructuras egipcias debajo de la superficie terrestre.
Parcak dice que este sistema satelital de imágenes, llamado “detección remota”, es una especie de ultrasonido espacial.
“Enviamos una señal a un satélite que toma fotos de la Tierra, y registra información de distintas partes del espectro de luz que el ojo humano no puede ver”, dice.
Este año, Parcak y su equipo anunciaron el descubrimiento de 17 pirámides perdidas, más de 1,000 tumbas y 3,000 antiguas estructuras a las afueras de San El Hagar en Egipto. La BBC documentó los descubrimientos realizados por Sarah y su equipo, en un fascinante programa llamado: Egipto: Lo que se yace debajo.
Las imágenes satelitales no son el primer triunfo de Parcak. Asistió a la Universidad de Alabama en Birmingham con su esposo, Greg Mumford, un colega egiptólogo; un par de años antes obtuvo su doctorado en la Universidad de Cambridge. Antes de eso se tituló en Yale. En el 2009, Sarah escribió un libro sobre tecnología satelital, publicándolo como guía metodológica para el campo. Fundó el Laboratorio de Observación para la Salud Mundial UAB, el primer laboratorio satelital remoto en América del Norte enfocado en investigaciones basadas en la salud.
Parcak es prolífica; es una atleta y una ávida jardinera (que dice es lo más cercano a hacer excavaciones fuera de Egipto), y una excelente cocinera.
Parcak sólo ha estudiado una pequeña parte de la superficie, usando imágenes satelitales. Más del 99% del antiguo Egipto no ha sido descubierto y su sueño es poder mapear cada sitio arqueológico del mundo. Pero Parcak dice estar compitiendo contra el reloj; preocupada por los saqueadores y el desgaste de los sitios, está enseñando a más arqueólogos sobre esta nueva tecnología.
“Si logramos mapear todos estos sitios, entonces podremos tener una base de datos masiva que pueda ser utilizada por todo tipo de organizaciones ligadas a la herencia global alrededor del mundo. Y podrán usar la información para protegerlo”, dice Parcak.
Guiándose en nuevas imágenes satelitales, ella y su equipo han atravesado los desiertos de Túnez, Jordania e Italia, esperando poder llegar a entender mejor la vida durante el Impero Romano. El revolucionario acercamiento de Sarah Parcak ahorra tiempo, dinero, y en especial, salva la historia de nuestro planeta.