(CNN) — Facebook está cambiando la forma en la que se puede reportar el contenido, según anunció la compañía esta semana, y está proporcionando a los usuarios las herramientas para comunicar mejor sus sentimientos y poder manejar los conflictos. Los cambios se dan como el resultado de una colaboración con las universidades de Yale, Columbia y Berkeley que incluyeron meses de investigación y grupos de estudio con niños, maestros y psicólogos clínicos.
El primer cambio se da específicamente para los niños de 13 y 14 años (13 es la edad mínima para abrir una cuenta en Facebook). Si un niño de esa edad desea reportar una publicación malintencionada o amenazante, o una imagen que algún compañero haya publicado en Facebook, puede hacer clic en “esta publicación es un problema” (una nueva frase, elegida para remplazar al acartonado “Reportar”) y responder una serie de preguntas redactadas con un lenguaje casual para determinar qué tipo de problema tiene y cuán serio es. Incluso hay una tabla para que clasifique sus emociones.
Una vez que haya terminado las preguntas, aparece una lista de acciones sugeridas que se genera con base en cuán insistente es su reclamo. Si el chico está más molesto que asustado, quizá pueda elegir enviar un mensaje preescrito a la otra persona diciéndole que su publicación lo hace sentir incómodo. Si está asustado, se le sugerirá buscar la ayuda de un amigo de confianza o un adulto. Hay ligas para atrapar a cualquiera que pueda tener pensamientos suicidas y direccionarlos con ayuda profesional, además del chat en línea de Facebook sobre suicidio.
“Creemos que es importante que Facebook dé estímulo a los niños para buscar su propia red de apoyo”, dijo Robin Stern, psicoanalista de la Universidad de Columbia, quien trabajó en el proyecto. “Los niños nos dicen que pasan horas en internet… viven sus vidas con Facebook de fondo”.
Los niños no son los únicos que necesitan un poco de ayuda para ayudarlos a comunicar sus sentimientos en internet. Facebook vio fotos que son reportadas por parte de gente de todas las edades para que sean retiradas, las cuales eran catalogadas como ofensivas por ser pornográficas, contenían discursos que incitaban al odio o que promovían el uso de drogas.
Cuando comenzaron a adentrarse en el problema, el equipo se dio cuenta que estas fotografías eran reportadas por razones más bien personales; a alguien no le gustó cómo salía en la foto, les daba pena que su jefe los viera bailando sobre una mesa o quizá intentaban borrar las evidencias de un viejo amor.
Al expandir las opciones y dirigir a la gente a que pida a la persona que publicó la foto que la retire, Facebook está poniendo a sus miembros a cargo de sus propios problemas y se está ahorrando algunos recursos como bono.
“¿Cómo construyes una emoción, esta parte ancestral de la naturaleza humana, para ponerla en Facebook?”, pregunta Dacher Keltner, director del Laboratorio de Interacción Social de Berkeley.
El equipo de Keltner trabajó con Facebook para añadir algunos sentimientos al proceso, personalizando las solicitudes basándose en las razones por las cuales se desea retirar la foto y cuán importante es para el ofendido que sea retirada. Se buscó que las palabras fueran más amables y que las respuestas prehechas que recibía el receptor para elegir también lo fueran, y así crear un dialogo entre ambas partes.
Estos cambios no son los más grandes que Facebook ha hecho, pero muestran que la empresa está prestando cuidadosa atención a los matices sobre cómo la gente comunica sus sentimientos a través de la red social.
Los cambios ya están disponibles para muchos usuarios de Facebook en Estados Unidos. Las primeras estadísticas son prometedoras. El porcentaje de personas que completan el cuestionario cuando desetiquetan una imagen subió de 48% a 78%. El equipo espera expandir el programa a otros idiomas y países, pero sólo después de haber cambiado el lenguaje cuidadosamente para esas culturas.