(CNN) — La inactividad física provoca una de cada 10 muertes a nivel mundial, según una serie de estudios publicados en la revista médica británica The Lancet, que la ponen a la par de los peligros de fumar y la obesidad.
Los resultados también recomiendan que los funcionarios de salud pública traten esta situación como una pandemia.
Específicamente, dicen los investigadores de Harvard, la inactividad causó un incremento en las muertes por enfermedades cardiacas coronarias, diabetes tipo 2, cánceres de mama y colon, y provocó más de 5,3 millones de muertes a nivel global en 2008.
Si las tasas de sedentarismo disminuyeran incluso entre 10% y 20% en todo el mundo, dicen, se podría salvar entre medio millón y 1,3 millones de vidas anualmente. Esto también aumentaría casi un año a la esperanza de vida global.
“Este verano, admiraremos las impresionantes hazañas de los atletas que compiten en los Juegos Olímpicos 2012”, escribió el médico I-Min Lee, un investigador de Harvard y autor principal de un artículo que acompaña a esta serie de estudios. “Aunque sólo la fracción más pequeña de la población alcanzará esos logros, la abrumadora mayoría de nosotros puede estar físicamente activa en niveles modestos, lo que traería beneficios de salud sustanciales”.
Esta serie de cinco estudios de The Lancet fue específicamente programado para ser lanzada días antes del comienzo de los Olímpicos 2012 en Londres esta semana, y cada uno de los estudios se enfoca en un problema específico relacionado con el sedentarismo y su efecto en la salud global.
Personas mayores, con más dinero y mujeres tienen mayor riesgo
Un tercio de los adultos, y cerca del 80% de los adolescentes en todo el mundo, tienen un mayor riesgo de enfermedades como resultado de la inactividad física, según uno de los estudios
Según el informe, aproximadamente 1.500 millones de adultos en el mundo enfrentan un aumento de entre 20% y 30% de riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes y ciertos cánceres.
Los investigadores también encontraron que los niveles de inactividad variaron ampliamente en todo el mundo, con los menores niveles en Bangladesh (5%) y los mayores en Malta (71%).
“En la mayoría de los países, el sedentarismo aumenta con la edad y es mayor en las mujeres que en los hombres [34% contra 28%]”, escribió el médico Pedro C. Hallal, profesor en la Universidade Federal de Pelotas, Brasil. “La inactividad también aumentó en países de altos ingresos”.
¿Por qué algunas personas son más activas?
El segundo estudio observó por qué ciertas personas y grupos de personas se ejercitan mientras que otros no.
“La investigación ha estado fuertemente concentrada en pocos países desarrollados, la mayoría de los cuales tienen tasas estables o a la baja de enfermedades no transmisibles, en lugar de realizarse en países de bajos ingresos, donde el entendimiento de estrategias basadas en evidencia para incrementar la actividad física es pobre”, escribió Adrian Bauman, investigador de la Universidad de Sydney, Australia.
Bauman y sus colegas encontraron que el estatus de salud, ser hombre, joven o rico, tienden a hacer que las personas sean físicamente más activas, así como el apoyo familiar y social para la actividad física.
Qué funciona para promover la actividad física
Otro artículo en la serie de The Lancet observó qué programas funcionan para promover la actividad física.
“Incluso la actividad física moderada, como caminar y andar en bicicleta, puede tener beneficios de salud sustanciales. Por ello, entender qué estrategias pueden aumentar estas conductas en diferentes regiones y culturas se ha vuelto una prioridad de la salud pública”, escribió Gregory Heath, investigador de la Universidad de Tennessee, Estados Unidos, y autor principal del estudio.
Heath y su equipo descubrieron que las campañas masivas en los medios para promover el ejercicio y los señalamientos para recordarle a la gente que sean activos (subir las escaleras, por ejemplo) tuvieron cierto efecto positivo.
El equipo también encontró que algunos factores mejoran la actividad física, como los eventos de ejercicio públicos y gratuitos; un ambiente que fomenta el ejercicio (como los carriles para la bicicleta y los senderos para caminar), y el mejoramiento de los transportes públicos.
“En general, las intervenciones tienen efectos consistentes y significativos en la actividad física y el comportamiento”, escribió Heath. “Aunque en algunas instancias el efecto de estas intervenciones fue modesto, fueron lo suficientemente grandes como para traducirse en beneficios reales a nivel de la población”.
Utilizar teléfonos celulares para incrementar la actividad
El cuarto estudio encontró que la tecnología (específicamente la telefonía celular) puede ser significativa para ayudar a las personas a ponerse en forma.
“Con la alta prevalencia de sedentarismo y el rápido crecimiento del sector de telefonía celular en los países de bajos y medianos ingresos, hay un potencial para los efectos a nivel de la población que podrían afectar verdaderamente la salud global”, escribió el médico Michael Pratt, investigador de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Los investigadores creen que con más de 4.000 millones de usuarios de mensajes de texto en todo el mundo, podría ser una manera efectiva de enviar mensajes de concientización sobre la salud, particularmente en países de bajos ingresos.
Según este informe las tecnologías basadas en internet podrían ser el doble de efectivas en países de medianos y altos ingresos, debido a que el 71% de la población mundial vive en estos países y muchos tienen acceso a teléfonos celulares.
“Es un gran reto, pero el amplio progreso en países como Colombia y Brasil sugiere que también es un reto alcanzable”, escribió.
La obesidad debe ser considerada una pandemia
El último informe sugiere que la inactividad física debería ser reconocida como una pandemia global y debería ser tratada como se haría con cualquier otra pandemia de enfermedades infecciosas.
“El papel del sedentarismo sigue siendo menospreciado a pesar de la evidencia sólida de sus efectos”, escribió Harold Kohl, investigador en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Texas, Estados Unidos, y autor principal del estudio.
“La respuesta (…) ha sido incompleta, fuera de enfoque y falta de personal (…) El efecto de esta tardanza ha sido poner a la actividad física en reversa comparada con las tendencias y avances de la población en el control del tabaco, el alcohol y la dieta”.
Kohl llamó a los países a trabajar en todas las disciplinas para arreglar este problema. “La inactividad física es un problema que atraviesa muchos sectores y necesitará colaboración, coordinación y comunicación demúltiples socios”, escribió, citando específicamente a planificadores de la ciudad y comunidad, ingenieros de transporte, funcionarios de parques y de lugares de recreación y los medios de comunicación.
Dice que casi el 75% de los países miembros de la Organización Mundial de la Salud tiene algún tipo de plan para mejorar la actividad física, pero sólo el 55% de los planes han sido puestos en vigor y sólo el 42% de los planes en vigor son bien financiados.
“Deben realizarse mejoras sustanciales en la planeación y creación de políticas públicas, en el liderazgo y promoción, en la capacitación laboral y vigilancia”, dijo.