CNNE 1eabef22 - 120814012154-egyptians-in-support-of-president-mohamed-morsi-story-top

Por Josh Levs

(CNN) – El sorprendente movimiento del presidente egipcio, Mohamed Morsi, con el relevo de la máxima autoridad del Ejército para acumular mucho más poder ha desencadenado manifestaciones y acusaciones de que está ungiéndose a sí mismo con una autoridad “imperial”. En la postura opuesta, algunos analistas consideran que Morsi ha dado un paso hacia la democracia por debilitar el poder militar.

Los analistas de la política egipcia se mostraron divididos sobre qué suponen las medidas de Morsi para la revolución que allanó el camino a su presidencia. Uno lo calificó como “un gran paso adelante” para el gobierno civil. Otro lo denominó una señal de que “no se ha cumplido la promesa revolucionaria de la Plaza Tahrir”.

Morsi sacudió el domingo el poderoso liderazgo militar del país, al retirar a su líder, el mariscal de campo Mohamed Husein Tantawi, y al jefe del Estado Mayor, el teniente general Sami Anan, nombrados asesores de Morsi, el primer presidente elegido libremente en el país. Este jubiló a los comandantes de la Marina, la Fuerza Aérea y la Defensa Aérea de Egipto. Tantawi ha comandado el consejo militar que gobierna Egipto desde el levantamiento popular de 2011, el cual derrocó el gobierno del presidente Hosni Mubarak.

Morsi revirtió un decreto constitucional del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que otorgó a las Fuerzas Armadas la autoridad legislativa hasta el restablecimiento de un nuevo Parlamento a finales de año. “Está claro que ha hecho su tarea y que colocó a otro grupo de oficiales que le han permitido hacer esto”, dijo Steven Cook, investigador en estudios sobre Medio Oriente del Consejo de Relaciones Exteriores.

Shadi Hamid, director de investigación del Centro Doha en Brookings Institution, describió la decisión en Twitter como “una mezcla de contragolpe de Estado civil y un golpe de Estado coordinado dentro de las propias Fuerzas Armadas. En caso de que aseste este golpe, es un momento muy importante en el intento de Morsi para consolidar su propio poder político”, según Cook. “Y es un cambio muy importante en la política en Egipto, en la que el Ejército ha sido dominante desde hace tiempo, desde el golpe de Estado de 1952”.

“En teoría, una transición democrática es un lugar más saludable para Egipto, pero se tienen que cuestionar las credenciales democráticas de los Hermanos Musulmanes”. Morsi renunció a su partido islamista después de ganar la elección presidencial y asegurar que iba a representar a todos los egipcios. Sin embargo, muchos están preocupados porque el líder islamista no pueda cumplir sus promesas de defender los derechos de las mujeres y la participación de las minorías en el gobierno.

Morsi ahora “asume el poder legislativo y ejecutivo”, dijo Cook. “Es extraordinariamente poderoso. Con las Fuerzas Armadas despojadas de autoridad legislativa y sin un Parlamento, el presidente tiene poderes imperiales. Sigue el desorden de la transición”. Un tribunal constitucional respaldado por el Ejército disolvió el Parlamento. El país se encuentra sin Constitución desde el derrocamiento de Mubarak.

“Egipto tiene un presidente casi todopoderoso, y sin Parlamento”, dijo por Twitter el investigador Jane Kinninmont, del instituto de investigación política Chatham House. La semana pasada, Morsi despidió al jefe de la policía militar, al jefe de la inteligencia y al gobernador de Sinaí del Norte, lugar en el que las batallas han hecho estragos entre las fuerzas egipcias y los islamistas, entre ellos militantes palestinos.

Omar Ashour, profesor visitante del Centro Doha de Brookings, dijo que la decisión del presidente Morsi pasará a la historia como un importante cambio hacia el equilibrio de poder civil-militar. “Es la primera ocasión en la historia política de Egipto en la que un político electo popularmente invalida las decisiones de los jefes de la institución militar”.

La violencia en el Sinaí está jugando un papel clave, dijo Ashour. “Al menos es la sexta ocasión en la historia moderna de Egipto en que la periferia del Sinaí altera el destino de los principales generales y la alta política de Egipto”.

Angus Blair, director del Instituto Signet, un centro de expertos en Política y Economía con sede en El Cairo, converge en que Morsi “ha utilizado la crisis del Sinaí para hacer valer su legitimidad y recuperar para el presidente los poderes de las fuerzas armadas”, dijo Blair. “La revolución de Egipto y su tránsito hacia la gobernabilidad civil acaba de dar un gran paso adelante”, dijo Blair. Sin embargo, agregó, una mayor toma de poder por parte de los Hermanos Musulmanes podría ser un inconveniente.

Cook, del Consejo de Relaciones Internacionales, dijo: “Está claro que no se ha cumplido la promesa revolucionaria de la Plaza Tahrir. Y no creo que los revolucionarios salidos de la Plaza Tahrir esperaran un sistema político que fuera dominado por los militares o un sistema político que fuera dominado por los Hermanos Musulmanes.

“Lo que querían era libertad, democracia, un sistema político justo donde prevaleciera el Estado de derecho. Han pasado 18 meses desde el levantamiento, el cual no se ha materializado. Y con todo derecho la gente, debería estar preocupada por la acumulación de poder de un grupo a expensas de otros”.

Ian Lee, de CNN, y el periodista Mohamed Fadel Fahmy contribuyeron con este reporte.