Por Moni Basu y Chelsea J. Carter
(CNN) — En algún momento del verano, un pequeño cine de Los Ángeles proyectó una película que casi nadie vio.
Era una cinta poco sofisticada con escenas en el desierto y casas de campaña. Los personajes eran caricaturas y el diálogo torpe.
Los actores que respondieron a un casting en julio de 2011 pensaron que hacían un filme en un set ambientado hace 2,000 años llamado Desert Warrior. Así lo describieron la revista Backstage y otras publicaciones.
Pero la película hecha en Estados Unidos difícilmente era una inocente cinta de acción en el desierto árabe.
En lugar de eso, la cinta —respaldada por grupos antiislámicos en Estados Unidos— retrata al islam como un fraude. En avances de la película publicados en YouTube en julio aparecen escenas en las que el profeta Mahoma es caracterizado como un mujeriego, un bufón, un asesino despiadado y un violador de niños.
El islam prohíbe representar a Mahoma, ya no se diga insultarlo.
El mundo musulmán estalló en furia.
Manifestantes expresaron su enojo antiestadounidense en Egipto, Yemen, Túnez, Marruecos, Sudán, Irán y en los territorios palestinos, después de que turbas violentas atacaron el consulado de EU en la ciudad libia de Bengasi.
En ese incidente murió el embajador estadounidense Chris Stevens y otros tres funcionarios.
Pero a medida que aumentan los disturbios, el origen del filme es aún confuso ¿De quién fue la idea? ¿Quién lo financió?
En el centro del misterio está el cineasta mismo, un hombre identificado en el anuncio del casting como Sam Bassiel; en la hoja del llamado como Sam Bassil, y en algunos medios como Sam Bacile.
Funcionarios federales creen que ese hombre es Nakoula Basseley Nakoula, condenado en 2009 por un fraude bancario.
El FBI contactó al director ante las posibles amenazas, dijo un funcionario de seguridad a CNN este jueves. Pero él no está bajo investigación.
Luego de que los medios acudieran a su residencia en Cerritos, California, Nakoula llamó al departamento del alguacil del condado de Los Ángeles este miércoles para reportar la molestia, dijo el vocero Steve Whitmore. Buscaba que la policía local lo protegiera.
Sin registros públicos
Cuando surgieron las noticias de su película, el cineasta se identificó como Sam Bacile y dijo al periódico The Wall Street Journal que él era un isrealí-estadounidense, desarrollador de bienes raíces y que vivía en California. Dijo que donantes judíos financiaron el filme.
Pero el ministerio de Exteriores de Israel informó que no hay registro de Sam Bacile como ciudadano israelí.
“Este hombre es totalmente anónimo. Hasta ahora nadie puede confirmar si él tiene ciudadanía israelí e incluso si así fuera no estamos involucrados”, dijo el vocero Yigal Palmor.
Una búsqueda que hizo CNN en registros públicos no reveló ningún detalle, mientras que en registros del entretenimiento no aparecen menciones de Sam Bacile, quien tampoco pertenece al gremio de directores y escritores.
CNN no ha podido hablar con el director.
Qué dice el personal
Un miembro del equipo de producción que trabajó en la cinta en su etapa inicial dijo a CNN que en los papeles administrativos de la cinta se usó un nombre totalmente diferente ante el Sindicato de Actores: Abenob Nakoula Bassely.
En un registro público aparece el nombre Abanob B. Nakoula ligado a la residencia de Nakoula Basseley Nakoula.
El miembro del personal cree que el cineasta es un cristiano copto. En una ocasión en que hablaron por teléfono, Abenob le dijo que estaba en Alejandría, Egipto, reuniendo dinero para la cinta. Los musulmanes y la minoría de cristianos coptos en Egipto tienen una larga historia de animosidad.
Otro miembro del equipo de producción dijo conocía al productor como Sam Bassil, pues así firmó un cheque de sueldo.
Dijo que estaba 99% seguro de que Sam Bassil no era judío. Tenía varias piezas religiosas en su casa, como imágenes de la Madonna.
Es casado y tiene dos hijos; una de sus hijas le ayudó en la producción e incluso trajo comida en varias ocasiones.
Ningún miembro del personal quiso ser identificado por razones de seguridad.
Los antecedentes
La Oficina del secretario de Justicia envió a CNN una copia de la acusación de 2009, luego de una solicitud de información sobre Sam Bassil. El documento mostró la condena por fraude bancario de Nakoula Basseley Nakoula.
Varios aliados -Mark Basseley Youssef, Yousseff M. Basseley, Nicola Bacily y Malid Ahlawi- estaban incluidos en la acusación. Otros documentos de la corte registran también a Thomas J. Tanas, Ahmad Hamdy y Erwin Salame.
En una entrevista con el diario The Wall Street Journal, el cineasta calificó a su película, Innocence of Muslims, como “un esfuerzo político para llamar la atención de las hipocresías del islam”.
“El Islam es un cáncer”, dijo. “La película es política, no es una película religiosa”.
Una actriz del filme que pidió el anonimato dijo que el guión original no incluía al personaje del profeta Mahoma. Según ella, otros actores también se quejaron de que sus líneas fueron cambiadas.
La mujer afirmó que habló este miércoles con el productor.
“Dijo que escribió el guión porque quería que los musulmanes dejaran de matar”, detalló la actriz. “No tenía idea de que estaba haciendo todo esto”.
Describió las consecuencias de la película como una “pesadilla”, dada la violencia y las muertes, y expresó su arrepentimiento por haber participado. Dijo que estaba enojada y dolida por las mentiras.
Los otros 79 miembros del reparto dijeron que fueron engañados sobre la intención de la película. “El reparto entero y el equipo está sumamente enojado y se siente engañado por el productor”, señalaron en un comunicado.
El grupo está “conmocionado por los cambios radicales del guión y las mentiras que les dieron a todos los involucrados. Estamos muy tristes por las tragedias que han ocurrido”.
La actriz dijo que el personaje de Mahoma en la película se llamaba George cuando fue grabado, y que luego de finalizar la producción, ella regresó y leyó otras líneas que pudieron haber sido dobladas.
Un miembro de la producción que tiene una copia del guión original corroboró las declaraciones de la mujer. No se menciona a Mahoma o el islam, dijo la fuente.
El misterio de los donantes y colaboradores
El cineasta dijo a The Wall Street Journal que los donantes judíos contribuyeron con cinco millones de dólares para hacer el filme. Basado en el avance, sin embargo, el filme parece de bajo presupuesto.
Steve Klein, un activista antimusulmán que se describió como consultor de la película, dijo que el cineasta le comentó que la idea de la película era revelar “hechos, evidencia y prueba” sobre el profeta Mahoma a gente percibida como musulmanes radicales.
Entonces la película se llamaba Innocence of Bin Laden, dijo Klein.
“Entonces nuestra intención era alcanzar a una pequeña minoría de personas muy peligrosas en California e intentar impactarlos para entender qué tan peligroso es el islam”, dijo Klein. “Sabíamos que causaría fricción, si es que alguien le prestaba atención”.
Pero Klein dijo que cuando fue a la proyección de la cinta en Los Ángeles, no había nadie ahí.
Pero poco después los avances fueron difundidos en internet. Había segmentos enfocados en el profeta Mahoma titulados Inocencia de Mahoma.
Los avances fueron traducidos a dialectos árabes que se hablan en Egipto, reportó el New York Times. La televisión egipcia emitió algunos segmentos.
Y entonces surgió el enojo.
Klein dijo a CNN este miércoles que el cineasta, a quien llamó Sam Bacile, estaba escondido. “Está muy deprimido, está muy perturbado”, dijo. “Hablé con él esta mañana y dijo que estaba muy preocupado por lo que pasó con el embajador”.
En tanto, The Atlantic publicó que Klein afirmó que Sam Bacile es un pseudónimo y que desconoce su nombre real.
Klein es conocido en el sur de California por su oposición a la construcción de una mezquita en Temecula, al sureste de Los Ángeles, en 2010. Dirige a un grupo que ubica al islam como una amenaza a la libertad estadounidense.
El Southern Poverty Law Center, que busca grupos de odio, dijo Klein (exmarine y veterano de Vietnam) ayudó a los fundamentalistas cristianos a prepararse para la guerra.
Más notoriedad
La película tomó más relevancia luego de que fue promovida por activistas antiislámicos, incluido el cristiano copto nacido en Egipto, Morris Sadek, y Terry Jones, el pastor de Florida que provocó disturbios que terminaron en muertes en Afganistán durante 2011 por llamar a quemar el Corán.
Jones dijo que había sido contactado para ayudar a distribuir la película.
“El filme no intenta insultar a la comunidad musulmana sino revelar la verdad sobre Mahoma que posiblemente no es bien conocida”, dijo Jones en un comunicado.
“Está claro que Dios no influenció a Mahoma para que escribiera el Corán”, dijo Jones.
El general Martin Dempsey, jefe de la Junta del Estado Mayor, llamó a Jones para que le retirara su apoyo a la cinta, dijo el coronel Davi Lapan, portavoz de Dempsey.
“El apoyo de Jones al filme causa riesgos de más violencia y muertes”, dijo Lapan.
El temor a más incidentes aumenta al mismo tiempo que la ira en el mundo árabe; mientras se acerca este viernes, un día dedicado a las prácticas religiosas.