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Butte, Montana (CNN) — Hace cinco años, Leo McCarthy perdió a su hija de 14 años, Mariah, cuando un conductor ebrio la atropelló a ella y a dos de sus amigos mientras caminaban por una banqueta cerca de su casa.

Pero se negó a permitir que su trágica pérdida pasara desapercibida y se convirtiera en una estadística más.

El conductor tenía 20 años de edad —ni siquiera contaba con la edad suficiente para beber legalmente—, y McCarthy hizo una promesa inusual a los adolescentes que fueron al funeral de Mariah en Butte, Montana.

“Si se quedan a mi lado cuatro años”, dijo durante su discurso en el funeral, “no ingerirán alcohol, no usarán drogas ilegales y darán algo de regreso a su comunidad, trabajen y hablen con sus padres, yo estaré aquí junto con un grupo de personas para darles dinero”.

McCarthy cumplió con su parte del trato. Junto con Jimm Kilmer y Chad Okrusch, los padres de los dos amigos de Mariah que sobrevivieron al accidente, dieron 1,000 dólares en becas a más de 140 graduados de preparatorias que son parte del programa Mariah’s Challenge.

“Quería motivarlos y decirles que pueden ser mejores y siempre tomar la decisión correcta en cualquier situación”, dijo McCarthy, cuya organización no lucrativa recolecta dinero a través de donaciones privadas.

Mariah’s Challenge es simple. Los adolescentes pueden acceder a través de internet y firmar una promesa de no tomar hasta que tengan 21 años y de no viajar en un coche con alguien en estado de ebriedad. Hacia el final del último año, si no han sido arrestados por posesión de alcohol, siendo menores de edad, son candidatos a una beca, para la cual deben escribir un ensayo de 300 palabras sobre cómo Mariah’s Challenge cambió sus vidas.

Los aspirantes son seleccionados por McCarthy, Kilmer y Okrusch basados en el ensayo y la entrevista.

“El Mariah’s Challenge significa integridad, carácter, honestidad y vivir una vida de respeto a sí mismo”, dijo McCarthy de 52 años.

El mensaje es algo que se necesita mucho en Butte, dijo él, uno de los pocos lugares del país en donde la gente puede beber en público.

“Butte tiene una actitud apática con respecto al abuso del alcohol en menores de edad”, explicó McCarthy. “Y tiene algo de aceptación con tomar y manejar; es algo generacional”.

La cultura de la bebida en la región data de su historia como uno de los pueblos mineros más grandes a finales de 1800, cuando atraía a muchos europeos en busca de mejores oportunidades y una nueva vida. La mayoría de las veces los mineros descendían a una profundidad de un kilómetro y medio bajo tierra para cavar mineral de hierro. Era un trabajo duro y a muchos de ellos les gustaba beber al final del día.

“Este pueblo tiene una historia de vida muy dura”, dijo McCarthy. “Es un pueblo humilde, un pueblo de integridad y carácter. Pero Butte permite que sigan ciertas cosas como el beber antes de cumplir los 21 años y manejar. Debe reconocerse y detenerse”.

Sin embargo, no solo es Butte el que lucha con el problema. El estado de Montana se encuentra entre los primeros cinco a nivel nacional por accidentes en estado de ebriedad. Las estadísticas, junto con la historia de Mariah y otras muertes de alto perfil, han llevado a los legisladores a buscar maneras más agresivas para resolver el problema.

Un ejemplo es el Programa de Sobriedad 24/7 que ha sido implementado en 16 condados, incluyendo a Butte, desde el año pasado. Consiste en que las personas arrestadas por manejar con exceso del alcohol se sometan a pruebas de aliento diariamente.

“Montana finalmente ha tenido suficiente”, dijo Steve Bullock, el fiscal general del estado. “Cansado de abrir el periódico y leer acerca de que alguien obtuvo su sexto o séptimo cargo por tomar y manejar. Cansado de las pérdidas en la comunidad. Nos hacemos cargo de cumplir con la ley y hacer conciencia.

“Una de las cosas más grandiosas del Mariah’s Challenge es cambiar el comportamiento de la gente e impulsar un pensamiento positivo”.

Courtney Cashell, una joven recién becada, dice que ha notado cambios en la cultura de Butte.

“La gente piensa en alternativas”, dijo ella. “Sé de un grupo de jóvenes que juntaron a todos para decirles, ‘Solo traigan refrescos. Vamos a tener pizza y música. No traigan alcohol’. Todo cambia gradualmente, a pasos pequeños”.

Josh Panasuk, uno de los 42 estudiantes que recibieron una beca este año, dijo que la historia de Mariah lo inspiró para hacer algo con su vida en lugar de solo beber e ir de fiesta. Tiene dos trabajos, practica deportes y planea asistir a la Universidad de Billings, en Montana.

“Vi cómo mucha gente a mi alrededor, cercana a mí, toma ese camino y nunca quise hacer lo mismo”, dijo. “Nunca me atrajo”.

Mariah’s Challenge empezó en Butte, pero se ha expandido a través de los años hacia otras partes de Montana al igual que a otros estados: Washington, Idaho, Iowa y Carolina del Norte.

Cerca de 8.000 jóvenes han aceptado el reto. Pero no son los únicos.

“Hay padres que toman el Mariah’s Challenge. Abuelas que lo hacen también, no porque tengan un problema con la bebida, sino porque entienden de qué se trata”, contó McCarthy. “Ellos tienen la oportunidad y el sabio consejo de las personas que han pasado por esto para brindar un mejor futuro a sus nietos y decir, ‘Hey, soy el primero en reconocer que he hecho cosas tontas. Pero ¿sabes?, Mariah’s Challenge es una muy buena manera para que disfrutes de la vida, de ser algo y alguien único’”.

Para él, buscar que los jóvenes tomen decisiones responsables significa que la memoria de Mariah seguirá viva.

“Mariah siempre tendrá 14 años”, dijo McCarthy. “No la puedo recuperar, pero puedo ayudar a otros padres a mantener a salvo a sus hijos.

“Si salvamos a un niño, salvamos a una generación y eso me anima a seguir con lo que hacemos todos los días”.

¿Quieres involucrarte? Visista el sitio web de Mariah’s Challenge en www.mariahschallenge.com y ve cómo puedes ayudar.