Nota del editor: Stewart Scott-Curran es director de arte y Tim Lampe es diseñador gráfico en CNN.com
(CNN) – En los últimos 10 años hemos visto a los celulares transformarse en navajas suizas electrónicas con una amplia variedad de funciones y características. Están reemplazando al reloj, a la cámara, al dispositivo GPS, al reloj de alarma y a muchas más herramientas.
¿Pero cómo se verán los smartphones del futuro?
Esto es lo que nos imaginamos…
En cinco años , la guerra de patentes se termina y Apple emerge victoriosa. La compañía tiene marcas registradas de muchas características de diseño, incluyendo muchos tipos de curvas. Como resultado, los fabricantes de smartphones recurren a formas triangulares o angulares.
Vayan hacia delante 15 años más. Con el trabajo pionero de Google, los smartphones evolucionan a dispositivos que se pueden usar como prendas de vestir con realidad aumentada. Esos lentes proporcionan un flujo constante de contenido y publicidad directamente al campo de visión del usuario.
Después de la moda de lentes/teléfonos, las compañías se enloquecerían con la miniaturización en 25 años. La tecnología permite la miniaturización extrema y los teléfonos se vuelven dispositivos desechables de una sola vez de uso.
50 años después, los teléfonos regresan en la forma de pulseras. Esta pulsera, como es conocida comúnmente, está adaptada para acoplarse perfectamente al brazo del usuario. Incluye comandos de voz de última tecnología, así como un componente holográfico que te permitirán hablar con tus amigos como si estuvieran al lado tuyo.
La tecnología da un gran salto en 75 años. Un microchip puede ser instalado directamente en el cerebro del usuario. Apple, junto con unas pocas compañías, produce esos chips. Los pensamientos se conectan instantáneamente cuando las personas marcan para “llamarse” entre ellas. Pero hay una desventaja: Los “avisos” publicitarios pueden controlar ocasionalmente el comportamiento del usuario debido a un problema técnico imposible de resolver. Si un usuario se encuentra con ese problema técnico –de probabilidad de uno en mil millones- cada pieza de información que su cerebro produce es subida a los servidores de las compañías para que puedan “servir mejor a sus clientes”.
En ese año, el 2112, la civilización colapsa debido al cambio climático y la pérdida dramática de recursos naturales. La comunicación da todo su ciclo en tanto el diálogo entre los humanos se convierte en arrojarse rocas entre ellos. Pero no lo duden: las personas seguirán riéndose a carcajadas.