(CNN) — La ciudad de El Cairo vivió este miércoles nuevos enfrentamientos cerca de la Plaza Tahrir, cuando la policía antidisturbios lanzó gases lacrimógenos y arremetió contra manifestantes egipcios, enojados por una medida tomada por el presidente Mohamed Morsi para ampliar sus poderes.

Decenas de agentes de la policía, respaldados por camiones que lanzaban gases lacrimógenos, arrestaron a muchos jóvenes, algunos de los cuales fueron golpeados por los agentes. Los manifestantes siguieron lanzando piedras contra la policía.

Los más recientes enfrentamientos se produjeron después de que los manifestantes irrumpieron en la plaza la noche del martes, con la esperanza de revivir una oleada democrática que derribó al expresidente Hosni Mubarak hace ya casi dos años.

Los manifestantes ondearon banderas y pancartas, gritaron consignas y exigieron a su primer líder elegido libremente a echar para atrás el decreto de la semana pasada por el cual Morsi se otorga a sí mismo mayores poderes presidenciales, o su renuncia. La multitud estaba compuesta por muchas facciones egipcias, entre ellas los liberales estilo occidental, secularistas, moderados y activistas a favor de los derechos de las mujeres.

“Estoy aquí porque este es nuestro país, todos nosotros”, dijo una mujer a CNN. “No es sólo por nuestro presidente”. Pero Morsi no mostró señales de dar marcha atrás.

El jefe de gabinete de Egipto, Mohamed Refa’a al-Tahtawi, dijo que no habrá retractación del decreto constitucional, informó la agencia estatal de noticias EGYNews. Según los informes, hizo énfasis en que el presidente no daría marcha atrás ya que sus acciones fueron motivadas por objetivos democráticos.

No hubo estimaciones oficiales acerca del número de manifestantes, pero la plaza estaba repleta de manifestantes en la glorieta y las tiendas de campaña llenaban la zona de los pastos en el centro. El mitin se prolongó hasta las primeras horas del miércoles, mientras algunos manifestantes cantaban y tocaban tambores y guitarras, en tanto que otros escuchaban discursos.

Aunque la protesta fue en su mayor parte pacífica, al menos un manifestante murió en los enfrentamientos con las autoridades de cara a la manifestación masiva del martes por la noche, dijo el Ministerio de Salud. El opositor Partido Alianza Popular dijo que el manifestante murió tras inhalar una cantidad excesiva de gas lacrimógeno, el cual fue empleado por la policía en varios enfrentamientos con manifestantes que lanzaban rocas en las calles laterales que conducen a la plaza.

El vocero del Ministerio de Salud, el doctor Khaled al-Khatib, dijo que 290 personas han resultado heridas en El Cairo desde que la semana pasada se desataron los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. Otras 120 personas resultaron heridas en episodios de violencia ocurridos la noche del martes en la ciudad de Mahalla, en el delta del Nilo, dijo.

La policía informó que hubo decenas de heridos cuando los manifestantes tomaron por asalto la sede del movimiento político de Morsi, la de los Hermanos Musulmanes, dijo a CNN el vocero del Ministerio del Interior, Alla Mahmoud. La policía también utilizó gases lacrimógenos para dispersar la aglomeración y realizó varias detenciones, aunque el edificio fue destruido, dijo Mahmoud.

Ahmed al-Aguizi, uno de los voceros del Partido Libertad y Justicia, el brazo político de los Hermanos Musulmanes, dijo que los manifestantes que están en contra de Morsi portaban cuchillos, espadas, palos y pistolas, y que se enfrentaron durante cuatro horas con los partidarios de los Hermanos.

Los enfrentamientos ocurridos a principios de esta semana en la ciudad norteña de Damanhour, en donde manifestantes que se oponen a Morsi atacaron oficinas locales de los Hermanos Musulmanes, también dejaron un saldo de 20 personas heridas, dijo al-Khatib.

Los manifestantes están molestos con Morsi por su declaración de la semana pasada acerca de que sus edictos están fuera del alcance de los jueces, en lo que los críticos califican como una toma de poder sin precedentes. El enojo de los manifestantes no disminuyó tras un comunicado emitido la noche del lunes el cual parecía, al menos parcialmente, limitar el alcance del decreto.

El lunes, la oficina de Morsi aclaró el edicto, al decir que sólo aplica a “cuestiones de soberanía”. Morsi “no se adjudicó poderes judiciales”, pero dio “inmunidad a sus decisiones presidenciales”, dijo Jihad Haddad, asesor de alto rango del Partido Libertad y Justicia.

Haddad añadió que “el propio presidente no (es) inmune a ser sujeto de control judicial”, aunque no quedó claro en qué casos entraría esto en práctica, o si había algo que impidiera a Morsi emitir un nuevo decreto para que esto no sucediera.

Los manifestantes quieren mostrar que “toda la población de Egipto está en contra” de Morsy y sus aliados, dijo el exministro de Finanzas, Samir Radwan.

Morsi y sus partidarios de los Hermanos Musulmanes han defendido la política como algo necesario para defender la frágil revolución de la Primavera Árabe que sacó del poder a Hosni Mubarak y llevó a las primeras elecciones libres del país. El martes, la cuenta oficial de Twitter de los Hermanos desestimó las protestas como poco convincentes y describió una baja participación que indicaba una “falta de apoyo entre los egipcios”.