Por Ben Brumfield

(CNN) — Una tormenta invernal que mantiene en alerta al noreste de Estados Unidos ya ha causado cuatro muertes y ha dejado sin luz a más de 650.000 usuarios de esta parte del país. Ahora se dirige hacia el mar. El fenómeno tiene a millones de personas a la expectativa y ha causado la cancelación de miles de vuelos y la evaluación de algunas áreas costeras.

Además, ha generado nevadas de hasta medio metro en varias ciudades. La más afectada de momento es Connecticut, donde se ha acumulado casi un metro de nieve. En Massachusets lo que más ha afectado a los ciudadanos ha sido el viento, que ha alcanzado hasta 70 mph, y ha dejado a 380.000 ciudadanos sin luz. Una central nuclear en Plymouth se quedó también sin suministro eléctrico, pero no afectó a su funcionamiento dado que se puso en marcha el generador de emergencia. Las calles de Boston, que está azotada por vientos con la fuerza de un huracán, se han quedado para los esquiadores.

Los cuatro muertos han fallecido en accidentes de tráfico en Nueva York, Connecticut y Ontario del sur.

HUbo varias regiones evacuadas en la mañana del sábado en la costa de Massachusetts cerca del municipio de Hull debido a riesgo de inundaciones y a causa de los fuertes vientos que están azotando la zona. Las autoridades pidieron a los residentes de Marshfield and Scituate que viven a la orilla del mar que abandonaran la zona.

Los gobernadores de Massachusetts, Rhode Island y Connecticut declararon estado emergencia a partir de este viernes. En Massachusetts, el gobernador Deval Patrick firmó una orden que prohíbe a los vehículos circular en las carreteras desde las 16:00 horas (local) y han declarado el estado de emergencia. En Rhode Island quienes circulen por áreas prohibidas serán multados con 500 dólares.

El único muerto hasta ahora por la tormenta ha sido en un accidente de tráfico en Nueva York. Una mujer de 18 años perdió el control de su coche debido a la nevada y golpeó a un hombre de 74 años de edad que caminaba cerca de la orilla de la carretera, la policía de Poughkeepsie explicó que el hombre murió en el hospital a causa de sus heridas.

Las nevadas empezaron la tarde de este viernes y está previsto que terminen antes de la salida del sol, informó el Servicio Meteorológico Nacional.

Se teme que los vientos arrastren grandes olas hacia la costa, lo que podría causar inundaciones en Nueva Inglaterra.

“Será una de las tormentas invernales más fuertes que hayamos visto en mucho tiempo”, dijo el meteorólogo de CNN, Pedram Javaheri.

Residentes de los estados que esperan la tormenta han acudido a las tiendas para comprar suministros para el fin de semana.

“Es un zoológico allá adentro. No queda nada en los estantes”, dijo Elizabeth Frazier, residente de Reading, Massachusetts, a la cadena WHDH, afiliada de CNN.

Los automovilistas forman largas filas en estaciones de gasolina en Nueva York, Connecticut y Massachussets.

El transporte ferroviario prácticamente está paralizado, y cerca de 5.000 vuelos han sido cancelados desde y hacia el noreste el viernes y sábado.
Ciudades en la parte más poblada del país parecen hoy pueblos fantasmas, como las calles completamente vacías. Los residentes siguieron las peticiones de los gobernadores y alcaldes para “quedarse en casa”, como el alcalde de Boston Thomas Menino había aconsejado.

Los estados afectados

La tormenta lleva una trayectoria similar a la de la súpertormenta Sandy, pero también incluirá áreas más al norte.

Los vientos llegarán a zonas ya afectadas por el huracán durante el otoño, desde la costa de Nueva Jersey, a los barrios en Nueva York y a través de Connecticut.

Los meteorólogos esperan que la tormenta se extienda al este de Massachussets y alcance la costa al norte de Maine, un área densamente poblada.

Las compañías de energía y de servicios públicos organizan sus recursos y en algunos lugares cerraron las escuelas públicas. El Servicio Meteorológico advirtió que la tormenta nublará la visibilidad de los conductores.

La oficina de servicios públicos de Boston llenó camiones con arena para esparcir en las calles y desplegó 600 tractores de remoción de nieve.

“Estamos acostumbrados a este tipo de tormentas”, dijo el alcalde de la ciudad, Thomas Menino.

Se prevé que la nieve caiga a una velocidad de cinco a siete centímetros por hora en Boston, por lo que el fenómeno ya ha sido comparado con la Gran Tormenta de 1978, cuando murieron varias personas.