Por Eric Marrapodi, CNN
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(CNN) – La pregunta reverbera desde el Vaticano a todos los rincones del mundo católico y tiene perplejos a millones de fieles por algo que no se veía desde 1415: ¿porque el Papa renuncia hora?
A sus 85 años, el Papa Benedicto XVI dijo este lunes que lo hacía por “avanzada edad”.
“he llegado a la certidumbre de que mis fortalezas, debido a una avanzada edad, ya no son las adecuadas para un adecuado ejercicio del ministerio petrino”, leyó en latín ante un grupo de cardenales congregados para examinar varias causas de canonización.
Quizás las presiones eran demasiado grandes. Como Papa era el Obispo de Roma, cabeza de un país pequeño, pero pastor espiritual de mil millones de personas.
“En el mundo de hoy, sujeto a tantos cambios rápidos y sacudido por cuestiones de profunda relevancia para la vida de fe, parar gobernar la barca de San Pedro y proclamar el Evangelio, se necesita fortaleza de mente y cuerpo, fortaleza que, en los últimos meses, se ha deteriorado hasta el punto de que he tenido que reconocer mi incapacidad para ejercer adecuadamente el ministerio que se me confió”, agregó.
El padre Federico Lombardi, al frente de la comunicación de la Santa Sede, dijo a la prensa que no había un motivo concreto de salud o una enfermedad que hubiera obligado al Papa a tomar la decisión en este momento.
“Se encuentra estable y podría haber continuado un nivel inferior durante algún tiempo”, dijo John Allen, analista de temas vaticanos de CNN. Allen destaca que no hubo hospitalizaciones recientes o caídas en público, y que posiblemente el Papa “decidió que era mejor salir ahora que esperar a que ocurriera un desastre”.
“El momento es lo que ha sorprendido. No teníamos indicios de que esto fuera suceder”, dijo Allen. “El Vaticano, honestamente, es un coladero en cuanto a filtraciones. No había indicio de que esto fuera a pasar”.
A los 78 años, cuando fue elegido Papa, Benedicto XVI no era joven y dijo en su día que su papado sería corto.
Antes de llegar al papado, el entonces cardenal Joseph Ratzinger tenía en mente una jubilación silenciosa. Dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe con Juan Pablo II, el guardián de la fe de la Iglesia Católica, antes conocida como Santa Inquisición.
En ese papel, Benedicto trabajó codo a codo con Juan Pablo II y vio muy de cerca como el Parkinson mermaba las fuerzas de su predecesor.
Cuando Juan Pablo II murió en 2005, a Ratzinger sólo le quedaban dos años para la jubilación forzosa como cardenal.
Se sabe poco del historial médico del Papa: en 1991 sufrió una hemorragia cerebral, pero eso no le impidió seguir adelante con su carrera. Y en 2009 una caída le causó una fractura en la muñeca. Por tanto, su decisión de dejar el pontificado en momentos en que no muestra un deterioro grave de su salud ha abierto la puerta a las conjeturas.
“La triste sospecha es que está perdiendo la mente”, dijo Michael Sean Winters, profesor visitante del Institute for Policy Research and Catholic Studies de la Universidad Católica de Estados Unidos y bloguero del National Catholic Reporter.
El arzobispo de Miami Thomas Wenski y dijo que vio al Papa “frágil” cuando visitó Cuba a principios de este año. Camina con un bastón y tiene problemas para desplazarse en el altar cuando celebra la Santa Misa.
“A los 85 años, y a punto de cumplir 86, creo que uno tiene derecho caminar con bastón”, dijo el cardenal Donald Wuerl, arzobispo de Washington, en una conferencia de prensa. El estuvo en el Vaticano con el Papa durante buena parte de octubre para una reunión del sínodo. “Parecía no sólo estar muy alerta si no lleno de energía”, dijo Wuerl.
“Presidió reunión tras reunión tras reunión, no había duda de que estaba en plenas facultades. Nos dio charlas sin tener apuntes frente a él. Soy más joven que el Papa y yo no hubiera iniciado mis comentarios sin papeles”, comentó. “No tenía ningún problema para hablar con gran claridad”.
Allen, que estuvo en un acto con el Papa junto a un dignatario de visita en el Vaticano, dijo recientemente que estaba “en plenitud mental”.
Aún cuando su mente estén plenas facultades, la apretada agenda del cargo agotaría a personas mucho más jóvenes que Benedicto XVI.
La vida del Papa está llena de reuniones en el Vaticano con el clero, diplomáticos y jefes de Estado. Este año tuvo encuentros de una hora de duración con todos los obispos de Estados Unidos, incluido el obispo Thomas Paprocki, de Springfield, Illinois.
“Es una agenda agotadora y exigente”, dijo Paprocki.
Como Papa, “hay una expectativa de que vas a hacer viajes transatlánticos y sus doctores le han advertido que no lo haga”, dijo Winters.
Sólo el año pasado, el Benedicto XVI viajó a México, Cuba y Líbano.
Aunque la explicación más plausible de su renuncia parece ser la más benigna, hay otros elementos de escándalos y malos manejos en el Vaticano que podrían haber influido también.
“Nadie va a decir que fue un papado bien gestionado”, dijo Winters.
Hubo escándalos que sacudieron tanto la Iglesia en su conjunto como la más pequeña comunidad de la Ciudad del Vaticano.
El escándalo de abusos sexuales de menores siguió afectado a la Iglesia en el mundo a pesar de las estrictas reformas que se implementado. Un signo visible del escándalo en el inminente cónclave para elegir al nuevo Papa será el cardenal Roger Mahoney, ex arzobispo de Los Angeles, que fue despojado de sus funciones públicas y administrativas este mes por su sucesor, el arzobispo José Horacio Gómez, por su papel en el encubrimiento de los casos de abuso sexual de menores. Un portavoz de la Arquidiócesis de Los Angeles confirmó que Mahoney asistirá al cónclave.
Dentro de los muros de la Santa Sede, el banco Vaticano está bajo investigación por no cumplir las normas contra el lavado de dinero de la Unión Europea. El jefe del banco dejó el cargo en desgracia.
Benedicto XVI vio cómo su propio mayordomo le traicionaba robándole documentos de su escritorio y se los daba a la prensa, mientras las batallas internas estallaban en el seno de la Santa Sede por los presuntos malos manejos.
El domingo, el Papa dijo en un tweet: “Confiemos siempre en el poder de la misericordia de Dios. Todos somos pecadores, pero su gracia transforma y renueva nuestra vida”.
La mención del pecado personal es parte de la tradición cristiana, como demuestra la carta de San Pablo a los Romanos Cuando dice “todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”.
En su comunicado de este lunes, volvió a mencionar las faltas, al decir: “Queridos hermanos, les agradezco sinceramente por todo el amor y el trabajo con el que me han apoyado en mi ministerio y les pido perdón por todos mis defectos”.
Lombardi, el portavoz del Vaticano, dice que espera que haya un nuevo Papa para semana Santa.
El Papa dio pocas pistas sobre su futuro, donde viviría o qué tipo de vida le espera. Simplemente concluyó su declaración de este lunes diciendo: “Con respecto a mí, también deseo servir devotamente a la Santa Iglesia de Dios en el futuro mediante una vida dedicada a la oración”.