Por Ben Wedeman y Michael Pearson
Roma (CNN) — El escándalo amenaza con eclipsar la intensidad y la pompa de los históricos últimos días del papado de Benedicto XVI.
Los funcionarios del Vaticano trataban de minimizar las acusaciones incómodas que publicaron algunos medios italianos el pasado martes, relacionadas con un episodio sobre sacerdotes homosexuales y chantaje, que empezó a gestarse cuando se supo que Benedicto anticipó la renuncia de un arzobispo escocés que presuntamente estuvo envuelto en relaciones inadecuadas con otros sacerdotes.
Benedicto anunció hace dos semanas que renunciaría como papa, con lo que se volverá el primer pontífice que abandona el cargo en vida en 598 años. Dijo que a sus 85 años estaba muy anciano, frágil y cansado para seguir como líder espiritual de la Iglesia católica romana y sus 1,200 millones de seguidores alrededor del mundo.
Fue un anuncio sorprendente que provocó que los eruditos de la Iglesia revisaran cuidadosamente la ley católica en busca de respuestas a las preguntas básicas, como cuándo se elegirá al sucesor y cómo lo llamarían durante su retiro.
Sin embargo, los escándalos, al igual que las dudas que prevalecen acerca de la forma en la que la Iglesia ha manejado las acusaciones de abuso que involucran a sacerdotes alrededor del mundo, han opacado el brillo de los últimos días del pontificado de Benedicto.
“Claramente, antes de que surgieran estos escándalos, los cardenales tenían una larga lista de atributos que buscan en un nuevo papa”, dijo el lunes John Allen, analista senior del Vaticano para CNN. Se busca encontrar a alguien que ayude a esparcir el mensaje de la Iglesia y a inspirar la fe en medio de una religión católica que decae en muchas partes del mundo.
“Sin embargo, tras los hechos que se han dado en las últimas 72 horas, está claro que hay un nuevo tema en esa lista: asegurarse de elegir a alguien que tenga las manos limpias”, dijo Allen.
La renuncia de un arzobispo
El Vaticano confirmó el lunes que Benedicto aceleró la renuncia del cardenal Keith O’Brien, arzobispo de Escocia. O’Brien dijo al Papa en noviembre que su renuncia sería efectiva el día de su 75º cumpleaños, el 17 de marzo, sin embargo, Benedicto decidió que la renuncia entrara en vigor inmediatamente a la luz de la inminente renuncia del Papa, señaló la Oficina de Medios Católicos de Escocia.
El anuncio se dio un día después de que el diario británico The Observer publicara el domingo que tres sacerdotes y un exsacerdote presentaron acusaciones contra O’Brien por hechos que ocurrieron hace 30 años.
El Observer no dio detalles ni reveló la identidad de los acusadores de O’Brien, aunque señaló que uno de los sacerdotes argumentó que “el cardenal entabló una relación inapropiada con él”.
O’Brien no asistió a la misa del domingo en la catedral de St. Mary en Edimburgo; sin embargo, la Oficina de Medios Católicos de Escocia señaló a CNN que el cardenal “rechaza las acusaciones y está buscando asesoría legal”.
Sus acusadores llevaron sus quejas ante el representante del Vaticano en Gran Bretaña y exigieron la renuncia de O’Brien, reportó el Observer. En el Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, vocero de la Iglesia, dijo a los reporteros que Benedicto ya estaba al tanto de las acusaciones.
Durante la semana pasada, parecía que O’Brien estaba planeando participar en el cónclave, cuando el Colegio Cardenalicio se reúna para elegir al sucesor de Benedicto.
Sin embargo, a través de un comunicado en el que agradeció a Dios por haber podido hacer un bien y ofreció disculpas a “todos a los que pude haber ofendido”, O’Brien dijo el lunes que no formaría parte de la reunión. “No quiero llamar la atención de los medios en Roma, la atención debe estar en el papa Benedicto XVI y en su sucesor”, dijo O’Brien.
Controversia entre cardenales
Aunque O’Brian no estará involucrado en la elección del nuevo papa, la posible asistencia de otro cardenal controvertido está alejando la atención de los últimos días del papado de Benedicto.
El cardenal de Los Ángeles, Roger Mahony, está bajo los reflectores por su papel en el encubrimiento de algunos casos de abuso por parte de sacerdotes.
Los documentos que se publicaron recientemente como parte de un acuerdo establecido en 2007 en un caso anterior de abuso detallan lo que Terry McKiernan, fundador del grupo de vigilancia, BishopAccountability.org, califica como prueba clara de los esfuerzos que Mahoney y otros personajes están haciendo para distraer a las autoridades que investigan los abusos sexuales.
Recientemente declaró en una demanda civil que un ciudadano mexicano presentó en 2010 en contra de la arquidiócesis de Los Ángeles. El hombre afirma que Mahoney y un cardenal mexicano conspiraron para permitir que un sacerdote acusado de abuso huyera a México, lo que puso en riesgo a una cantidad no determinada de niños. Mahony ha negado las acusaciones.
Los dos grupos que buscan que Mahony no participara en la elección señalaron el sábado que han reunido casi 10.000 firmas para pedir que se niegue su participación.
“Su participación en el cónclave solo traería vergüenza en una época en la que debería haber esperanza”, dijo Chris Pumpelly, director de comunicaciones de uno de los grupos, Católicos Unidos. La Red de Sobrevivientes de Abuso por parte de Sacerdotes también trabajó en la campaña. La ley canónica exige que Mahoney asista, señaló la arquidiócesis de Los Ángeles.
Albert Cutie, sacerdote episcopaliano que estudia el Vaticano, dijo que sería imposible excluir a todos los cardenales involucrados en el gran problema de abuso sexual que enfrenta la Iglesia.
Acusaciones de chantaje
Por si no fueran suficientes las controversias que rodean a O’Brien y Mahony, durante el fin de semana dos publicaciones italianas reportaron que Benedicto decidió renunciar no a causa de la edad, sino por el escándalo que se gesta alrededor del chantaje al que se enfrentan algunos sacerdotes homosexuales en Roma por parte de prostitutos.
Benedicto recibió un reporte de 300 páginas en diciembre en el que se detallaba el posible chantaje, según reportaron los diarios La Repubblica y Panorama, que citaron a un alto funcionario del Vaticano no identificado y a decenas de fuentes anónimas.
El Vaticano negó enfáticamente las acusaciones este fin de semana; el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, criticó la oleada de “historias muchas veces sin verificar, que no es posible verificar o completamente falsas” mientras los cardenales se preparan para el cónclave.
El cardenal Velasio de Paulis, uno de los hombres que ayudará a elegir al sucesor de Benedicto, dijo que las acusaciones eran “suposiciones e imaginación”.
“No hay pruebas de estas acusaciones y sólo logran crear una atmósfera de división que no ayuda a nadie”, dijo.
Aunque nadie fuera del Vaticano ha visto el documento en el que supuestamente se detallan las acusaciones y los funcionarios del Vaticano no han confirmado su existencia, Allen dijo que una acusación de ese tipo no es improbable. “Para mí pasa la prueba”, dijo.
Preparativos para el retiro
En medio del escándalo, el Vaticano aún tiene que encargarse de una transición del poder. El lunes, Lombardi dijo que no se sabía cuándo empezará la reunión de los líderes de la Iglesia en la que se elegirá un nuevo papa.
Mientras que Benedicto emitió el lunes una orden para permitir que la elección empiece 15 días antes de que la sede quede vacante, según las reglas de la Iglesia, los cardenales determinarán la fecha cuando se reúnan por primera vez, dijo monseñor Pier Luigi Celata durante una conferencia de prensa en el Vaticano el lunes.
De cualquier forma, debe ocurrir dentro de los 20 días siguientes a su renuncia, dijo el Papa. Tras su retiro, se espera que Benedicto se dirija a la residencia papal de verano en Roma antes de establecerse en un monasterio de la Ciudad del Vaticano. Los funcionarios de la Iglesia han dicho que no influirá en la elección de su sucesor o en el manejo de la Iglesia.
Entre otros asuntos, los funcionarios del Vaticano están tratando de decidir cómo llamarán a Benedicto durante su retiro. Una sugerencia es pontifex maximus, dijo Celata, término que se puede traducir como obispo supremo. Los funcionarios del Vaticano esperan tener una respuesta la próxima semana, dijo Lombardi.
Ben Wedeman reportó desde Roma; Michael Pearson reportó y escribió desde Atlanta. Wayne Drash, Hada Messia y Chelsea J. Carter, de CNN, contribuyeron con este reporte.