(CNN) — El proceso para reemplazar a Benedicto XVI comenzó este lunes, cuatro días después de que el pontífice de 85 años dejó vacante el papado debido a problemas de salud.
En total, 141 cardenales se reunieron por la mañana en el Vaticano en la primera de dos reuniones de las cuales podría salir la fecha del próximo cónclave, donde los cardenales menores de 80 años votarán por un nuevo Papa. Una segunda reunión está planeada para este lunes por la tarde.
Los cardenales discutieron el orden que se tomará para votar durante el cónclave y el uso de traductores para facilitar la comunicación. Aunque está sobre la mesa poner fecha al inicio del cónclave, en la primera reunión no se tomó esa decisión, según Federico Lombardi, el vocero de la Santa Sede.
Benedicto XVI fue el primer Papa en renunciar en 600 años. A través de la historia, la transferencia del poder papal casi siempre ha ocurrido cuando el pontífice muere.
Normalmente, el Colegio de Cardenales no elige al nuevo Papa hasta 15 días después de que la sede se declara vacante. Sin embargo, Benedicto reformó la política que tenía la Iglesia desde hace 500 años para que se eligiera a un sucesor más rápidamente.
Los cardenales podrían nombrar a un sucesor antes del 15 de marzo, de acuerdo con Lombardi. Esto daría un poco más de una semana para que el Papa se prepare para su próxima misa, el domingo de ramos, el próximo 24 de marzo.
En casas de apuestas, en Europa, algunos cardenales se han posicionado como favoritos para ser el próximo líder de la Iglesia católica.
Entre ellos se incluye el arzobispo Angelo Scola, el cardenal Tarcisio Bertone, de Italia; el cardenal Peter Turkson de Ghana, que podría convertirse en el primer Papa africano desde la muerte de Gelacio I hace 1,500 años; y el cardenal Marc Oullet, de Canadá, que podría convertirse en el primer Papa de América del Norte.
Aun cuando Benedicto XVI no estará envuelto directamente en la selección de su sucesor, sin duda tendrá influencia, tras haber nombrado a 67 de los 115 cardenales con derecho a votar y ser votados.
Los cardenales pueden votar por el Papa en persona, mediante una boleta de papel. Aunque algunos de ellos se encuentran en el Vaticano, pero muchos se encuentran en diócesis y arquidiócesis alrededor del mundo, y tienen que viajar a Roma.
Según Lombardi, 75 cardenales normalmente viven en Roma, y otros 66 ya llegaron o están en proceso de llegar, lo que hace un total de 141 cardenales. Sin embargo, la mayoría de los que viven en Roma ya están retirados o tienen más de 80 años, por lo que no pueden participar en el cónclave.
Una vez que comienza el proceso, a los cardenales que participan en el cónclave se les prohíbe hablar con cualquier persona fuera de la reunión, y tampoco pueden dejarla hasta que el voto está concluido, lo que es anunciado con la salida de humo blanco de la chimenea del Vaticano, informándole al mundo que se ha elegido a un nuevo líder en el cónclave.