(CNNMéxico) — El Vaticano negó este viernes de forma “clara y firme” las acusaciones de que el papa Francisco tuvo conocimiento de las actividades de la junta militar de Argentina y las consintió, y acusó que estas forman parte de una campaña de desprestigio.
“La campaña contra Bergoglio es conocida y se refiere a hechos de hace muchos años”, dijo Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, en conferencia de prensa.
Sin nombrar al medio que difundió información al respecto, Lombardi dijo que la acusación es parte de una campaña de carácter “calumnioso y difamatorio” promovida por una publicación.
La carrera del Papa como sacerdote en Argentina coincidió con la Guerra Sucia, un periodo de siete años en el que unos 30.000 argentinos murieron o desaparecieron. Algunos dicen que la Iglesia no hizo mucho para confrontar a la dictadura militar.
Bergoglio, en particular, fue mencionado en una denuncia por complicidad en el secuestro de dos jesuitas liberales en 1976.
Lombardi dijo que la acusación es de origen “muy conocido y notorio”, y refiere a hechos cuando el pontífice ni siquiera era obispo. Bergoglio era entonces el provincial de la Compañía de Jesús en Argentina.
Dos jesuitas —Orlando Yorio y Francisco Jalics— fueron detenidos en mayo de 1976 y estuvieron secuestrados durante cinco meses en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), hasta que fueron liberados.
En su libro autobiográfico El Jesuita, publicado en 2010, Bergoglio rechazó cualquier complicidad y afirmó: “Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba, para abogar por personas secuestradas”, según el diario argentino Perfil, que publicó ese mismo año extractos del libro.
“Jamás ha habido una acusación creíble contra él. La justicia argentina lo interrogó pero como persona informada de hechos y jamás fue imputado por algo”, dijo Lombardi.
“Existen, en cambio, muchas declaraciones” que demuestran cuánto ayudó a proteger a jesuitas durante la dictadura, agregó, y acusó a “elementos anticlericales de izquierda” que solo intentan atacar a la Iglesia.
Francisco se reúne con los cardenales
Luego de un primer día con actividades discretas y con una misa con los 114 cardenales que lo eligieron, el papa Francisco se reunió este viernes con todos los cardenales, incluidos los no electores, en la Sala Clementina del Vaticano.
“En estos días, hemos notado el efecto y la solidaridad de la Iglesia universal, y también el interés de muchas personas que puede que no compartan nuestra fe”, dijo Francisco durante la reunión. “Sin embargo, respetan y admiran a la Iglesia y a la Santa Sede”.
Fue “muy emotivo” reunirse con la gente que esperó para ver la presentación del Papa en la Plaza de San Pedro, dijo.
Francisco también expresó su gratitud a Benedicto XVI, el papa emérito, al decir que sus casi ocho años de pontificado sirvieron para “revigorizar a la Iglesia con su bondad, fe, conocimiento y humildad”.
También tuvo palabras de coraje para los cardenales, a los que les pidió ser una comunidad y los urgió a “no dejar vía para el pesimismo”.
También les pidió compartir su experiencia con las generaciones más jóvenes.
“La sabiduría es como una buena botella de vino, y debemos de dársela a la gente joven”, dijo.
Francisco habló principalmente con base en un texto, pero algunas veces hizo al lado el discurso para comentarios espontáneos.
El Papa entonces intercambió algunas palabras con cada uno de los cardenales mientras dejaba la sala.
Se espera que el próximo martes la Plaza de San Pedro luzca abarrotada con turistas y locales que asistirán a la misa de entronización como obispo de Roma.
La decisión de elegir el martes para la ceremonia tiene un gran simbolismo: es el día en que los católicos celebran la fiesta de San José para honrar al padre de Jesús, el carpintero José. También es el Día del Padre en Italia.
Se espera que asistan a la misa unas 100,000 personas.
Este sábado, el Papa tendrá una audiencia con los medios. Probablemente tendrá misa este domingo, y participará en el tradicional Ángelus.
El Domingo de Ramos está a solo unos días, semanas durante las cuales el nuevo Papa tendrá una apretada agenda, por la llegada de la Semana Santa, que culmina con las celebraciones de la Pascua.