Por Catherine E. Shoichet, CNN
(CNN) – Luego de que los residentes de las Islas Malvinas —conocidas en inglés como Falkland Islands— votaron a favor de continuar bajo el control británico, los legisladores dijeron que no darán marcha atrás en esa postura, ante los esfuerzos de Argentina por reclamar el territorio.
En una carta dirigida a las Naciones Unidas, los legisladores dijeron que no hay espacio para el debate. El comunicado fue publicado este lunes en el sitio web.
“El resultado del referéndum deja claro que no tenemos ningún deseo de ser gobernados por Argentina”, escribieron.
“El continuo hostigamiento contra nuestro desarrollo económico y la intimidación a los que quieren hacer negocios con nosotros e invertir en las islas no cambiará este hecho. Entre más presione Argentina a nuestra pequeña comunidad, más contundente será nuestra decisión”, agregaron.
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Pero los funcionarios argentinos y simpatizantes en muchos países de América Latina tienen una opinión diferente. Ellos argumentan que el referéndum fue inválido, y criticaron a Gran Bretaña por su enfoque colonialista.
“Es como si un consorcio de ocupantes hubiera votado sobre si debía continuar ocupando ilegalmente un edificio”, expresó a inicios de este mes la presidenta de Argentina, Cristina Fernández. “Los resultados estuvieron arreglados”.
El ministro de Exteriores de Argentina, Héctor Timerman, y otros líderes latinoamericanos están citados para reunirse este martes con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y otros funcionarios de la ONU, para tratar el asunto.
Las reuniones han causado el enojo del gobierno de las Islas Malvinas.
“Los esfuerzos frenéticos del señor Timerman para presionar a la comunidad internacional, a fin de que ignore nuestra voz, es una muestra diplomática de desesperación”, dijo el asambleísta de las islas, Gavin Short, en una declaración escrita.
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Los dos países fueron a la guerra por el territorio en 1982, después de que el entonces gobierno militar en Argentina desembarcó tropas en las islas.
Argentina puso su cifra de muertos por el conflicto en torno a 645, mientras que Gran Bretaña dice que sus pérdidas civiles y militares ascendieron a 255.