Por Mohammed Tawfeeq, Hamdi Alkhshali y Ashley Fantz, CNN
Bagdad (CNN) – Hordas de iraquíes jubilosos —algunos estaban tan felices que hasta lloraron— se reunieron este martes por la mañana en el estadio Al Shaab de Bagdad para el primer partido internacional que se juega en el país en años.
“No puedo creer lo que veo”, exclamó Hussein Jasim, de 19 años. Lloró y gritó “¡Allahu Akbar!”, es decir, “¡Dios es grande!”
“En toda mi vida no había visto que tantos iraquíes se reunieran en un lugar, que estuvieran tan felices, bailando y cantando”, dijo. “No estoy acostumbrado… ¡Es el momento más feliz de mi vida!”
Una década después de que iniciara la guerra en Iraq, Alaa Rahem sintió algo que no había sentido en mucho tiempo en este país en el que se vive una tenue paz: optimismo.
“He esperado este momento”, dijo. “Es hora de que los iraquíes vivan juntos en paz. Ha habido suficiente muerte y destrucción. Vivamos juntos en paz como lo hacemos ahora al interior del estadio. Miro a mi alrededor y veo iraquíes de diversas sectas gritando… ‘¡Sí! ¡Sí a Iraq!’”
Fue el primer partido internacional de fútbol que se juega en Bagdad desde que el equipo local derrotó 4 a 0 al equipo de Palestina en un partido amistoso en julio de 2009 y el primer partido local que se juega en Iraq desde que el órgano rector del fútbol mundial, la FIFA, levantó el veto la semana pasada.
Ese veto, que impedía que Iraq fuera sede de partidos, se implementó por problemas técnicos y de seguridad que emergieron tras la derrota ante el equipo de Jordania en un partido que se jugó en la ciudad de Irbil, en el norte de Iraq, en septiembre de 2011.
Como el juego del martes fue “amistoso”, la Asociación Iraquí de Fútbol pudo elegir a su oponente. Eligieron a Siria.
“No veo por qué no deberíamos jugar contra Siria en un partido amistoso”, dijo el aficionado iraquí Khalid al Jumaili. “Siria es nuestro vecino y necesitan nuestro apoyo”.
“Siria abrió sus fronteras a los iraquíes en años pasados”, dijo. “Es hora de que les correspondamos y demostremos nuestro apoyo al pueblo sirio”.
Para un aficionado iraquí, era divertido haber elegido como oponente a Siria.
“No sé por qué empezamos con un partido amistoso contra Siria”, dijo Adel Zaalan, riendo. “Creo que Iraq debería haber jugado el primer partido amistoso con un país que no tuviera problemas internos. Sería un arranque mucho más sólido para Iraq”.
“No me malinterpreten”, continuó. “No me opongo a todo esto ni estoy en contra del pueblo sirio, pero esta podría ser una buena propaganda para el régimen de Al Asad”.
En el partido del martes no parecía haber banderas sirias ondeantes ni carteles con mensajes políticos.
Durante dos años, Siria ha estado sumida en una guerra civil que ha enfrentado al régimen de Bachar al Asad con los rebeldes que tratan de derrocarlo. Los rebeldes y las organizaciones humanitarias indican que las fuerzas de Al Asad han cometido crímenes de guerra; Al Asad afirma que la violencia en Siria es obra de los terroristas. Naciones Unidas señala que la guerra ha cobrado 70.000 vidas.
Es muy improbable que Iraq eligiera jugar contra Siria por razones políticas, dijo el colaborador de CNN, James Montague, quien escribió el libro When Friday Comes (Cuando sea viernes), una desenfrenada aventura que narra en primera persona la intersección entre religión, guerra, política y fútbol en el Medio Oriente.
Iraq tenía que elegir un equipo cercano y los itinerarios de ambos equipos parecían estar alineados, dijo.
“Además, no vas a pedirle a un equipo estrella que vaya a Bagdad”, dijo Montague.
Tal vez no se trate del Real Madrid, pero la selección siria no es un rival pequeño. El equipo ha gozado de un año excelente, dijo Montague.
Casi lograron la calificación a las Olimpiadas de Verano en Londres en 2012 y llegaron a cuartos de final en un torneo importante el año pasado.
Montague, quien reportó para el diario The New York Times el partido de calificación para las Olimpiadas que Siria jugó en Jordania, dijo que a pesar de la ironía del éxito de su equipo en medio de una amarga guerra civil, los jugadores han evitado discutir la situación en Siria.
“Muchos de los intérpretes que estaban con el equipo parecían desviar las preguntas, pero no tenía idea de que estaban con el régimen [sirio]”, dijo. “Probablemente no sepamos lo que está ocurriendo tras bambalinas sino hasta después de la guerra”.
Mientras Siria se hunde cada vez más en el conflicto, Iraq se recupera lentamente después de una década de guerra que dividió al país en sectas. El martes, dentro y fuera del estadio Al Shaab de Bagdad, los iraquíes de todas las edades y antecedentes coincidieron en una cosa: sus Leones de Mesopotamia ganarían.
A los seis minutos del segundo tiempo, los iraquíes anotaron. El capitán Younis Mahmoud, apodado El destripador, anotó el tanto.
Los Leones ganarían 2 a 1.
Mahmoud, quien luce un tatuaje de Iraq en su brazo, es muy querido en su país. Anotó el gol de la victoria en la Copa de Asia de 2007 de la Confederación Asiática de Fútbol. Los Leones derrotaron a Arabia Saudita 1-0 en una impactante victoria que se volvió un orgullo nacional.
La historia de guerra de Mahmoud también es famosa, señala Montague, ya que tuvo que mudarse a Qatar para reunirse con su familia a pesar de que fácilmente pudo haber aceptado la oferta de alguno de los equipos europeos que lo invitaron a unirse a ellos.
Muchos de los compañeros de Mahmoud vivieron un infierno, algunos dicen que el hijo de Saddam Hussein, Uday, los torturaba cuando no jugaban bien.
Además, está el espectro de la violencia relacionado con los partidos del pasado.
Durante la semifinal de la Copa de Asia 2007, dos coches bomba estallaron en Bagdad y murieron decenas de personas.
“El partido de hoy es señal de que las cosas están mejorando”, dijo Montague. “También es una enorme prueba para el gobierno. Sin embargo, para los iraquíes el fútbol es todo. El regreso del fútbol es el regreso a la normalidad”.
Joe McCurdy, de CNN, colaboró con este reporte