Por Breeanna Hare, CNN
(CNN) – Un bicho robot o un pez diseñado para brillar al ser iluminado con luz ultravioleta podría sonar como algo que verías en una película futurista.
Si ese es el caso, entonces el futuro está aquí. Esos son solo dos de los acontecimientos que la periodista de ciencia, Emily Anthes, explora en su nuevo libro, Frankenstein’s Cat: Cuddling up to Biotech’s Brave New Beasts (El gato de Frankenstein, las nuevas bestias de la biotecnología).
En un lenguaje sencillo, Anthes explora las muchas formas en las que los científicos están dando nueva forma a otros seres vivos y abren un debate ético en el proceso.
La clonación, por ejemplo, entra en este debate, al igual que el pharming o el diseño genético de animales con fines medicinales. Los avances en el diseño de prótesis dan nuevas opciones a los animales lesionados y ocasionalmente benefician también a los humanos.
Anthes subraya el ejemplo de Winter, el delfín nariz de botella del Atlántico cuya historia inspiró la cinta de 2011, Dolphin Tale. Winter perdió su cola cuando quedó atrapada en una línea de pesca de cangrejos y se le colocó una cola prostética. En el proceso de desarrollo de la cola de Winter, los científicos crearon un recubrimiento de gel prostético que ahora usan algunos humanos con amputaciones en sus extremidades artificiales gracias a su impresionante poder de fijación.
Las capacidades de la biotecnología se extienden a los dueños de mascotas. El dueño de un perro que teme la pérdida de su amado compañero podría sentir curiosidad por las posibilidades que ofrece la clonación, mientras que los dueños de gatos que tienen alergias probablemente estarían interesados en saber que la ingeniería genética podría ofrecerles una solución.
Los GloFish, peces cebra genéticamente diseñados para contener un gen con proteínas fluorescentes, se venden como mascotas en 49 estados de Estados Unidos. En ese país también existe un gato doméstico, Mr. Green Genes, que brilla cuando lo iluminas con luz ultravioleta, aunque Anthes no cree que haya un gran mercado para otros como él.
Esta semana, CNN exploró esos ejemplos y algunas de las delicadas cuestiones éticas que presenta el diseño genético de animales en una entrevista con Anthes. Algunas respuestas se editaron por cuestiones de extensión.
CNN: ¿Qué impulsó la creación de Frankenstein’s Cat?
Anthes: Soy aficionada a la ciencia y amante de los animales, así que me concentro en las historias sobre animales. Con el tiempo, he notado que al parecer cada semana hay una nueva historia acerca de algo genéticamente modificado, clonado o de bichos cyborg. Me interesé en resolver el misterio y tratar de descubrir el significado de todo esto.
CNN: Cuando analizas algo como lo del delfín nariz de botella y cómo se traduce en la forma en la que tratamos a las personas amputadas, parece que todo es beneficioso. ¿Pero en qué momento se complica y se hace moralmente ambiguo el hablar de usar experimentos diferentes para ayudar a resolver problemas humanos?
Anthes: El delfín es un gran ejemplo porque comprende el tratamiento de un animal que ya está lesionado. A final de cuentas puede haber beneficios para los humanos, pero en el proceso estás haciendo que un animal mejore. Sin embargo, no todas las investigaciones son así. En algunos casos tomamos animales sanos y los hacemos enfermar para poder estudiarlos y eso, obviamente, es un poco más complicado éticamente hablando.
Ese es probablemente uno de los usos más comunes —si no es que el más común— de la ingeniería genética. Los científicos diseñan ratas y ratones que tienen varias enfermedades que quieren estudiar para encontrar la cura o un tratamiento para las enfermedades humanas. Es un claro ejemplo de que el bienestar de los animales está en contradicción directa con el de los humanos.
Es delicado porque parece bastante injusto, y en cierto sentido lo es. Me gustan los animales, no quiero ver que estemos creando ratas llenas de tumores todo el tiempo, pero si me dijeras que con eso definitivamente encontrarías la cura para el cáncer, es difícil negarse.
Los estudios han demostrado que el público se siente en gran conflicto con esto, creo que se pueden hacer ciertas distinciones con base en los beneficios potenciales. No me gusta la idea de probar cosméticos en animales y creo que muchas personas estarían de acuerdo conmigo. Sin embargo, la mayoría de las personas lo acepta mejor cuando se trata de probar un tratamiento de quimioterapia en animales, porque los beneficios potenciales para los humanos son enormes. Claro que ese no es consuelo para el animal.
CNN: Pienso que en tu libro dices algo muy importante acerca de la tecnología, que nos encontramos en una época en la que estamos acostumbrados a la personalización. ¿Qué podría deparar el futuro de la biotecnología en ese aspecto?
Anthes: Desde hace mucho deseamos tener mascotas personalizadas, solo que las opciones para crearlas estaban limitadas. Las técnicas de la genética molecular nos permiten entrar y, por primera vez, dirigirnos a genes específicos.
Una de las áreas de interés ha sido la creación de gatos hipoalergénicos. En el caso de los gatos, por ejemplo, hay un gen en particular que determina la existencia de la proteína a la que los humanos reaccionan. La idea es que si se pudiera desactivar esta proteína tal vez el gato no causaría una reacción alérgica.
Pienso que un gato hipoalergénico genéticamente diseñado es algo para lo que podría haber gran demanda y algo que en mi opinión tendría gran éxito en el mercado.
CNN: Ese es un fin muy útil, pero de nuevo surge la cuestión de los límites éticos.
Anthes: Entiendo todas las críticas que ha desatado la tecnología genética y creo que muchas de ellas son absolutamente válidas. Deberíamos tomar en consideración el bienestar de los animales, deberíamos considerar los efectos ambientales, deberíamos considerar la seguridad de los humanos.
Además, habrá ciertos casos en los que querremos hacer alteraciones que no son buenas para los animales, para los humanos o para el ambiente, así que tendremos que rechazar categóricamente esos productos.
Creo que lo que realmente quería decir es que no siempre tiene que ser así. No todos los productos serán peligrosos y dañinos y algunos podrían ser beneficiosos. Odiaría ver que esas tecnologías se desechen desde un principio a pesar de que tengan aplicaciones útiles.
CNN: ¿De dónde crees que surge la ansiedad por la biotecnología?
Anthes: Creo que hay preocupaciones diferentes, algunas son prácticas aunque parezcan cosa de ciencia ficción. ¿Qué pasaría si estos peces modificados quedaran sueltos, qué caos ocasionarían?
Luego están las preocupaciones más filosóficas acerca de la naturalidad, la gente se pregunta: ‘Si es antinatural, ¿está mal? ¿Por qué jugamos a ser Dios? ’ Esa es una frase que escuchas todo el tiempo cuando se trata del mundo animal. ¿Estamos desencadenando fuerzas que no podemos controlar? Todas estas preguntas surgen una y otra vez.
En la base de este fenómeno está el hecho de que esta es tecnología nueva y avanzada… Las cosas nuevas son más temibles que las cosas conocidas. Las cosas “tecnológicas” son más temibles que las “naturales”. Cuando hablas de cosas como la ingeniería genética se combinan muchos de esos factores.
CNN: ¿Había alguna especie o experimento en particular que te intrigara como avance de la biotecnología?
Anthes: Creo que este mundo de los cyborgs es verdaderamente fascinante y también simboliza al futuro. Creo que gran parte de los primeros trabajos en biotecnología fue la manipulación de la biología y los genes existentes. Creo que en muchas formas, el futuro es la combinación de lo viviente con lo inerte, lo biótico con lo abiótico. Creo que por muchas razones y en muchas especies diferentes, realmente veremos un aumento en las criaturas que combinen partes electrónicas y biológicas.
CNN: Como los insectos robóticos de los que hablabas en tu libro (los científicos están estudiando cómo transformar a un insecto en un dispositivo que pueda usarse para obtener información con fines militares).
Anthes: Ese es un ejemplo muy radical y creo que habrá más como ese. Sin embargo, creo que habrá cyborgs menos radicales que se volverán cada vez más comunes. Se están probando varias terapias para el tratamiento de enfermedades humanas que comprenden la implantación de una especie de prótesis neurológica en el cerebro y el uso de extremidades prostéticas biónicas. Creo que cada vez será más común encontrar humanos o animales que contengan partes electrónicas.
CNN: ¿Cuáles crees que sean los mayores impactos de las más recientes investigaciones biotecnológicas en la vida de una persona?
Anthes: Creo que hay mucho potencial en el campo de la genética canina, que está creciendo rápidamente. Ya empezamos a ver resultados: hay laboratorios comerciales que pueden probar el ADN de tu perro por menos de 100 dólares y darte información acerca de las enfermedades a las que puede ser propenso y que en realidad puede ayudarte a tomar mejores decisiones médicas por el bien de tu perro. Creo que este mundo de los cuidados y la genética podría ayudar a enfrentarnos con el mundo de las enfermedades genéticas de los perros, que según varias investigaciones es un gran problema para muchas razas de perros.
CNN: En tu libro dices que las labores para la creación de animales genéticamente modificados dice algo acerca de nosotros. Cuando terminaste de escribir, ¿qué descubriste?
Anthes: No creo haber descubierto una sola cosa; el fenómeno revela un par de cosas.
Demuestra, por ejemplo, que imbuimos a nuestras mascotas con un valor estético. A veces queremos cambiarlas sólo para que nos parezcan bonitas. A veces queremos cambiarlos (a los animales) para que nos proporcionen un mejor servicio, para que produzcan mejor carne o que produzcan cierta clase de fármacos. A veces, queremos cambiarlos para ayudar a mejorar su salud.
Esto demuestra en cierta forma que nuestras relaciones con los animales son complicadas; que los valoramos por lo que nos dan y simultáneamente queremos —o pensamos que queremos— que tengan una vida larga y sana por su propio bien.
Llegué a esa conclusión una y otra vez. A final de cuentas, esto revela la complejidad de nuestros sentimientos por otras especies. No queremos verlos sufrir y sin embargo, si su sufrimiento nos da la cura contra el cáncer, entonces tal vez sea aceptable. Eso revela que tenemos un profundo conflicto con el papel que juegan los animales en nuestra vida.