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Por Elizabeth Landau, CNN

(CNN) – En medio del caos aquí en la Tierra, unos científicos buscan la posibilidad de vida en otros planetas.

Los investigadores anunciaron este jueves el descubrimiento de tres planetas que son, hasta la fecha, los mejores candidatos para albergar vida fuera de nuestro sistema solar. Y están muy lejos.

El satélite Kepler de la NASA, que da seguimiento a más de 150.000 estrellas con la esperanza de hallar planetas similares la Tierra, encontró estos tres.

Dos de los planetas, el Kepler-62e Kepler-62f, están descritos en un estudio publicado jueves en la revista científica Science. Son parte de un sistema de cinco planetas.

La estrella anfitriona —equivalente al Sol de la Tierra— se llama Kepler-62, y a partir de ella se designan los nombres de los planetas individuales.

El tercer planeta que podría ser habitable, pero no está incluido en el estudio, se llama Kepler-69c.

En cualquiera de estos podría existir agua líquida en la superficie, dijeron los investigadores.

“Con todos estos descubrimientos estamos viendo que la Tierra parece un lugar cada vez menos especial y que hay cosas más parecidas a la Tierra en otras partes”, dijo Tom Barkley, científico del Kepler en el Instituto de Investigación Medioambiental del Area de la Bahía, en Sonoma, California.

No obstante, esto no quiere decir que vayamos a habitar estos planetas pronto. La estrella Kepler-62 esta a 1.200 años luz de distancia; la Kepler-69 está a 2.700. Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año en el vacío, y equivale a unos 9 billones de kilómetros.

¿Cómo son estos planetas?

Cuanto más pequeño es un planeta, es más probable que sea rocoso y de composición gaseosa, dijo William Borucki, científico investigador de Kepler en el Centro de Investigación Ames de la NASA.

Se cree que el Kepler-62f es 40% más grande que la Tierra y podría ser rocoso, dijo Borucki. Tarda unos 267,3 días terrestres en dar la vuelta a su estrella.

En tanto, el Kepler-62e parece ser 60% más grande que nuestro planeta y un poco más cerca de su estrella madre, este podría ser un “mundo acuático” con océanos profundos, dijo. Rodea su estrella en 122,4 días.

“Todos estos planetas que estamos encontrando son muy diferentes de los planetas en nuestro sistema solar”, señaló Borucki.

El Kepler-69c parece orbitar una estrella similar al sol de la Tierra, según Barclay. Se cree que es un 70% más grande que la Tierra, y también puede ser un mundo de agua, con océanos de miles de kilómetros de profundidad.

No es probable que tenga una superficie rocosa, dijo Barclay. De acuerdo con lo poco que sabemos, el Kepler-69 es, probablemente, mucho más caliente que la Tierra. “Probablemente si hay vida, pero sería muy diferente a lo que vemos en nuestro mundo”, dijo.

Otros mundos que pueden tener vida

Borucki declaró que los planetas son “con diferencia” los mejores candidatos para la vida que los demás que conocemos, pero se han identificado otros potencialmente capaces de albergar vida.

El planeta Kepler-22b se anunció en diciembre de 2011 y también fue aclamado como un candidato para albergar vida. Ese planeta tiene un radio 2,4 veces más grande que la Tierra y se encuentra a 600 años luz de distancia.

Se pensaba que el Kepler-22b podría tener una temperatura similar a la de la Tierra, de acuerdo con el modelo teórico que hicieron Borucki y sus colegas. Su estrella madre es más tenue y fría que nuestro Sol, pero está un 15% más cerca de lo que está nuestro planeta.

También hay un planeta llamado Gliese-581g, descubierto en septiembre de 2010, el cual se cree que es más parecido a la Tierra que el Kepler-22b en cuanto a su idoneidad para albergar plantas y animales.

Está a solo 20 años luz de la Tierra —mucho más cerca de los planetas recién descubiertos— aunque ha habido cierta controversia sobre su existencia.

Planetas, no atmósferas

El objetivo de la misión Kepler no era encontrar formas de vida extraterrestres. El satélite tiene la misión de investigar los planetas del tamaño de la Tierra alrededor de estrellas similares a nuestro sol.

El telescopio Kepler, lanzado en 2009, permite a los científicos medir los cambios en el brillo de las estrellas individuales en el tiempo, señales de que un planeta está cerca. Los científicos realizan cálculos sofisticados para verificar que dichas señales son planetas y no rocas.

El satélite encuentra planetas que están muy lejos porque registra muchas estrellas.

Imagina, dijo Seager, que te encuentras en Times Square y quieres ver 150.000 personas a la vez. No serías capaz ver todos los detalles de las personas, tendrías que alejarte lo suficiente para ajustar a tanta gente a tu campo de visión.

Esta no es la única técnica de búsqueda de planetas. El sistema Gliese-581 fue encontrado con el telescopio Keck en Hawai, mediante lo que se llama el método de velocidad radial.

El espectrómetro del telescopio permite a los científicos buscar oscilaciones en el movimiento de una estrella, lo que ocurre en respuesta a la gravedad de los planetas cercanos.

Haría falta otro tipo de misión para investigar la atmósfera de uno de estos planetas a distancia para encontrar las respuestas a las preguntas más urgentes. ¿Existe el dióxido de carbono y el agua? ¿Hay oxígeno?

“Las misiones futuras de la NASA van a centrarse en las estrellas más cercanas que podemos mirar con mucho más detalle”, dijo Barclay.