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Por Hanako Taniguchi, CNNMéxico

(CNNMéxico) — La continuidad del chavismo en Venezuela puede significar que la prioridad del gobierno encabezado por Nicolás Maduro siga las tendencias que Hugo Chávez estableció en materia de política exterior, buscando una mayor cercanía con gobiernos de izquierda y dejando de lado a países como México, según Adalberto Santana, director del Centro de Investigación sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sin embargo, para el académico, la diferencia puede originarse en el trato que México otorgue a Venezuela, después de dos mandatos encabezados por el Partido Acción Nacional (PAN), tiempo durante el cual ambos gobiernos se distanciaron.

Las relaciones entre México y Venezuela llegaron a su punto más ríspido durante el sexenio de Vicente Fox, cuando en 2006 ambos países retiraron a sus respectivos embajadores. Las declaraciones de Chávez calificando a Fox como “cachorro del imperio”, sumadas a otros desencuentros, motivaron dicha crisis.

Este distanciamiento también tuvo repercusiones a nivel comercial y, en mayo del 2006, Chávez anunció su salida del Grupo de los Tres, una asociación comercial establecida en 1989 entre Colombia, Venezuela y México.

Durante el sexenio del panista Felipe Calderón, las relaciones diplomáticas se restablecieron e incluso hubo una visita de Estado por parte de Calderón en 2011, durante la Tercera Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC).

Pese a que Chávez y Calderón no se enfrentaron abiertamente, las relaciones entre ambos países no mejoraron de forma sustancial.

Reynaldo Ortega Ortiz, investigador del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México, dijo que México ha mostrado mayor interés por un reacercamiento con Venezuela, lo que podría ayudar una vez que Maduro tome posesión como el nuevo presidente venezolano.

“El presidente Enrique Peña Nieto (del Partido Revolucionario Institucional, PRI) visitó Venezuela para los funerales de Hugo Chávez. En ese sentido, México está tratando de reconstruir una relación con Venezuela que tuvo momentos de mucha tensión en la administración anterior del presidente Calderón”, explicó Ortega.

La legitimidad que logre Maduro también definirá los matices de la política exterior, según Darío Salinas, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

Para Salinas, un amplio reconocimiento deltriunfo de Maduro sobre Henrique Caprilespermitirá continuar sin mayores obstáculos el proyecto chavista, que pese a su discurso izquierdista, mantuvo relaciones comerciales con países como Estados Unidos, al mismo tiempo que con Irán, Rusia, Japón y la Unión Europea.

La continuidad del chavismo puede ser benéfica para el gobierno mexicano, según Santana, quien cree que el apoyo a países de Centroamérica y el Caribe, a través de programas como Petrocaribe, puede evitar que una mayor cantidad de personas originarias de la región pase por México buscando llegar a Estados Unidos.

“La ayuda de asistencia petrolera a los países de Centroamérica y el Caribe tiene una amplia repercusión sobre México, dado que eleva el PIB de estos países y, a su vez, evita una mayor movilización de personas, que al no tener ciertos recursos, tienen que incorporarse a la migración irregular y buena parte de ellos llegan hacia México”, explicó.

Entre crisis y comercio

Para Gustavo López Montiel, profesor investigador del Departamento de Estudios Jurídicos y Sociales del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, la prioridad del gobierno mexicano debería ser la de impulsar el comercio y garantizar el respeto a la propiedad de las empresas mexicanas.

“El gobierno mexicano debe buscar la protección de los negocios mexicanos que están allá, y en una segunda instancia, aumentar la colaboración en los términos de la recomposición de lo que ya se había dado ya algunos años y si se puede la intensificación del comercio”, señaló López Montiel.

En 2008, el gobierno de Chávez decidió nacionalizar las empresas cementeras establecidas en Venezuela. Esto afectó directamente a Cementos Mexicanos (Cemex), que pasó a manos del gobierno venezolano. A finales de 2012, Cemex recibió una indemnización por 600 millones de dólares por parte de las autoridades de Venezuela, después de tres años de negociaciones.

El académico del Tecnológico de Monterrey consideró que dicha protección se volverá en un tema fundamental ahora que la economía venezolana pasa por una de las peores crisis en los últimos años.

El comercio entre ambos países alcanzó poco más de 2,000 millones de dólares en 2011, con una balanza comercial superavitaria para México por 1,287 millones de dólares. Dichas cifras colocan a Venezuela como el socio comercial número 24 para los mexicanos.

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