Por Susannah Cullinane
(CNN) — Dzhokhar Tsarnaev está acusado de “uso y conspiración para utilizar un arma de destrucción masiva” por recurrir supuestamente a explosivos de baja calidad dentro de ollas a presión para el atentado en el maratón de Boston.
Para muchos, el término “arma de destrucción masiva” (ADM) significa algo mucho más apocalíptico que el atentado de Boston. Aquellas personas siempre lo asociarán con el periodo previo a la guerra de Iraq, cuando los líderes de la coalición liderada por Estados Unidos advirtieron que Sadam Hussein estaba aumentando sus reservas de armas de destrucción masiva, afirmación que resultó ser incorrecta.
Así que, ¿cuándo y cómo puede una olla a presión, supuestamente llena de explosivos de baja calidad, municiones metálicas y clavos, convertirse en una ADM y cómo se originó la expresión?
Muchas fuentes señalan que el discurso que el entonces arzobispo de Canterbury, Cosmo Gordon Lang, pronunció en 1937 fue la primera vez que se utilizó la frase “armas de destrucción masiva”. En un informe de la época, el periódico London Times citó a Lang, quien hizo referencia a las guerras en China y España, y dijo: “¿Quién puede pensar sin horrorizarse lo que significaría otra guerra generalizada que seguramente se libraría con las nuevas armas de destrucción masiva?”
No está claro exactamente a qué armas se refería Lang; sin embargo, en abril de 1937, unos bombarderos alemanes destruyeron la ciudad vasca de Guernica durante la Guerra Civil española, lo que provocó que el corresponsal del Times, George Steer, escribiera el 27 de abril de 1937: “El ataque contra Guernica no tiene paralelo en la historia militar en cuanto a su ejecución y a la magnitud de la destrucción que provocó, sin pasar por alto la selección de su objetivo”. Describió que “primero se lanzaron granadas de mano y bombas pesadas para hacer huir a la población, y luego los acribillaron y arrojaron bombas incendiarias para destrozar las casas y quemarlas con las víctimas adentro”.
El mismo año, Japón había invadido China; sus tropas fueron ampliamente acusadas de abusos graves contra los derechos humanos, como violar a decenas de miles de niñas y mujeres, y matar a varios cientos de miles de personas más en diciembre de 1937, en lo que ahora se conoce como “la violación de Nanking”.
Nueve años después, el Times se refirió a un informe de la misión británica en Hiroshima que se hizo después de que la ciudad japonesa se convirtiera en el primer blanco de una bomba atómica. Se reportó que el informe iniciaba: “El gobierno de Su Majestad considera que la plena comprensión de las consecuencias de la nueva forma de ataque puede ayudar a la Organización de las Naciones Unidas en su tarea por asegurar el control de la energía atómica para el bien común y lograr la abolición del uso de armas de destrucción masiva”.
¿A qué se refiere la expresión?
En la primera resolución de la ONU de 1946, se estableció un comité cuya misión incluía hacer propuestas concretas “para la eliminación de los asenales nacionales de armas atómicas y de todas las demás armas adaptables para la destrucción masiva”.
John F. Reichart y W. Seth Carus escribieron en su ensayo de 2012 para la Universidad Nacional de la Defensa del gobierno de Estados Unidos, Defining Weapons of Mass Destruction (La definición de las armas de destrucción masiva), que en términos de política de desarme, la definición definitiva de las ADM había surgido en la ONU en 1948. Abarcaba: “…las armas atómicas explosivas, armas de materiales radiactivos, armas químicas y biológicas letales, y cualquier arma desarrollada en el futuro que tenga efectos destructivos comparables a los de la bomba atómica u otras armas mencionadas anteriormente”.
En mayo de 2002, el entonces subsecretario general para Asuntos de Desarme de la ONU, Jayantha Dhanapala, dijo a la American Bar Association que las ADM “en la actualidad consisten en armas nucleares, biológicas y químicas. Todas comparten una característica: son letales indiscriminadamente”. Dhanapala continuó: “No se les llama armas de destrucción masiva a la ligera ni de forma inadecuada”.
Robert Chesney, profesor de Derecho en la Universidad de Texas, dijo que el estatuto bajo el que Tsarnaev había sido acusado define las ADM “mucho más ampliamente de lo que esa frase da a entender normalmente. En el fondo, se trata simplemente de una ley que califica como delito hacer estallar bombas en lugares públicos, que ciertamente se aplica en este caso”.
Alan Dershowitz, de la Escuela de Derecho de Harvard, dijo a Becky Anderson, de CNN, que estaba sorprendido de que se presentaran cargos de ADM contra Tsarnaev. “Todo el mundo pensaba que la acusación sería bajo el estatuto federal contra el terrorismo”, dijo. “En su lugar, lo acusaron de un estatuto que muy rara vez se utiliza y que contempla la detonación de armas de destrucción masiva”.
El vocero del Departamento de Justicia, Dean Boyd, dijo que el estatuto se había “usado con frecuencia” en el departamento. Entre los ejemplos que citó, destaca el del estudiante saudí Khalid Ali-M Aldawsari, condenado y sentenciado a cadena perpetua en 2012 por tentativa de uso de un ADM. Según un comunicado del departamento, se le condenó luego de que Aldawarsi “comprara sustancias químicas y equipo necesario para fabricar un dispositivo explosivo improvisado (DEI) y que investigara los potenciales blancos en EU”.
La ley sobre ADM también se aplica a “cualquier ciudadano estadounidense que, sin autoridad legal, use o amenace, intente o conspire para usar un arma de destrucción masiva fuera de Estados Unidos”. En marzo de 2013, el exsoldado estadounidense Eric Harroun fue condenado de acuerdo con esta sección del estatuto por su supuesta conspiración para usar un lanzagranadas mientras peleaba con un grupo afiliado a al Qaeda en Siria.
Jack Holland, conferencista sobre Relaciones Internacionales en la Universidad de Surrey, dijo que desde 2002 y 2003, el uso del término ADM generalmente ha tenido “un uso y un contexto políticos”. El término ADM se ha usado para hacer referencia a las armas químicas, biológicas, radiológicas o nucleares (CBRN, por sus siglas en inglés), pero el término se ha usado más recientemente por “razones políticas deliberadas” y se ha extendido, dijo Holland. “Cada vez se usa con más frecuencia para describir algo explosivo o destructivo, que amplía tanto el término que le resta significado”, dijo. “En 2002, la gente no hablaba de que las ollas de presión fueran ADM”.
Antes de la guerra de Iraq, dijo Holland, la frase se usó estratégicamente para legitimar la intervención. Los reportes del gobierno de Bush, dijo, insinuaban que la necesidad de combatir lo que se percibió como una amenaza de uso de ADM era un punto en el que coincidirían todos los “miembros de la coalición de los dispuestos”.
“El uso estratégico del lenguaje para vender las intervenciones al público es un fenómeno que ha ocurrido desde hace mucho tiempo. Actualmente, esos argumentos son más importantes que nunca para justificar una guerra”, dijo Holland. “Se percibe que es necesario, incluso si ganaste las elecciones, mantener la imagen de que hablas en nombre de todo un pueblo”, dijo. “Tener al pueblo de tu lado es esencial”.