“Ambas partes se dieron cuenta de sus errores y se disculparon unos con otros”, decía la nota escrita a mano.

Por Brad Lendon

(CNN) — Digamos que es el Tratado del Everest 2013. Se trata de un acuerdo de dos párrafos escritos en inglés y nepalí y firmado por alpinistas y guías que el sábado se enfrascaron en una disputa a 7.000 metros de altura.

Hubo golpes, patadas e incluso se lanzaron piedras, de acuerdo con un comunicado posteado el domingo en el sitio oficial del alpinista Simone Moro.

Los Sherpas, guías locales en la montaña más alta del mundo, aparentemente se molestaron cuando los alpinistas de Italia, Suiza y el Gran Bretaña no atendieron sus instrucciones, se adelantaron y provocaron que se soltara hielo que cayó en dirección de los Sherpas.

En algún momento “se les dijo a los alpinistas que si no se iban en una hora los matarían”, de acuerdo con el comunicado.

Pero el martes, ambos lados llegaron a un acuerdo y lo dejaron por escrito.

“Ambas partes se dieron cuenta de sus errores y se disculparon unos con otros”, decía la nota escrita a mano y mostrada por la Asociación de Montañistas de Nepal a CNN. “Ambas partes acordaron ayudarse mutuamente en el futuro para alcanzar sus objetivos”.

El acuerdo tiene al menos 28 firmas, aunque algunas parecen repetirse. Sin importar el número exacto, su resolución del conflicto es clara.

“Todos los presentes acuerdan y se comprometen a que sea cumplido por todos los practicantes de alpinismo y el sector turístico”, dice.

Así que quizá el acuerdo termine con que un post del Advertur Journal describe como “un un mal comienzo de la temporada de escalada en primavera en el monte Everest”.

En otro post, un guía dijo que probablemente ambas partes cometieron errores.

“El Everest es una montaña en la que gente pone una enorme cantidad de pasión y dinero. Esto es cierto para alpinistas profesionales y amateurs, y para los Sherpa, que perciben la mayor parte de sus ingresos anuales en estos dos meses”, escribió Adrian Ballinger.

“La constante presión para romper marcas, el intento de nuevas rutas, ser el más fuerte, ya sea por una cuestión personal, por los patrocinadores o por ofertas de trabajo o medios puede empañar la pureza de nuestro alpinismo. Y estas presiones pueden llevar a desacuerdos, peleas y herir sentimientos. Pero ninguna de estas presiones debe conducir a la violencia o romper los vínculos que unen a los alpinistas con otros”, añadió Ballinger.

Uno de los alpinistas involucrados en el incidente y que firmó el acuerdo dijo al diario británico Telegragh que el dinero ha cambiado la experiencia en el Everest y provocado resentimientos entre los Sherpas.

“Están molestos por este asunto financiero en su montaña”, dice Jonathan Griffith sobre los Sherpas. “Estos viajes comerciales se basan en el lujo y hace que muchos de los clientes occidentales ni siquiera sepan los nombres de sus Sherpas”.

Y eso, añade, los hace preguntarse si vale la pena tratar de subir el Everest, reportó Telegragh.

“No creo que el mayor riego sea un turba de Sherpas arrojando piedras”, dijo Griffith.

Manesh Shrestha y Catherine E. Shoichet contribuyeron con este reporte.