Por Aline Juárez Nieto
(CNNMéxico) — Trabajar desde casa dejó de ser una predicción. La tentadora alternativa de no usar ropa formal, evitar el tránsito vehicular y no tener que cumplir un horario de oficina es un estilo de ejercicio profesional cada vez más frecuente.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el trabajo desde casa o teletrabajo es una manera de “asegurar flexibilidad y equilibrio entre las responsabilidades familiares y las obligaciones profesionales”.
Sin embargo, aprender a organizarse no es fácil, empezando por el lugar de trabajo. “Al principio lo hacía en la cama, luego cambié al sillón y ahora lo hago en el estudio. Es necesario destinar un espacio específico”, dice Pablo Acosta, empleado de una institución financiera que optó por el teletrabajo.
“Adaptarse fue un proceso interesante”, recuerda Acosta. Este ingeniero en sistemas dice que en un principio –hace dos años–, se sentía muy motivado, sin embargo, a los dos o tres meses su ánimo cambió, “quizá por la soledad. Comencé a distraerme con internet, escuchaba música y veía películas. Después, me adapté y hasta ahora me ha resultado muy funcional esta modalidad”.
El 24% de los empleados estadounidenses reportó trabajar al menos unas horas en casa semanalmente, indicó en 2012 la Oficina de estadísticas laborales de Estados Unidos.
Aunque no hay datos disponibles de México, “se estima que no más de 10% de los empleos están basados en un esquema que le permite al empleado trabajar fuera de la oficina”, dijo Salim Bitar, director en Michael Page México (empresa especialista en reclutamiento), a la revista Expansión hace un par de años.
El teletrabajo no significa “hago mi chamba cuando puedo o quiero”, sino una responsabilidad y compromiso integral. Se debe considerar generar las condiciones similares a las de una oficina, dijo Luis Roberto Palomino, especialista del Tecnológico de Monterrey. “No puedo salirme a comprar cigarros, la despensa o cualquier cosa que no esté relacionada con el trabajo”.
Según una encuesta realizada por la empresa reclutadora Randstad en 2011, el 58% de los mexicanos considera ser más productivo si trabaja en su oficina que en la casa. A un 84% le gusta trabajar bajo esquemas de horarios tradicionales.
Delimitar espacio y tiempo de trabajo, la clave
Destinar un espacio adecuado y tiempo específico para trabajar desde casa es clave. “No se vale que la computadora esté a un lado de la estufa o hacer la comida, llevar el auto al mecánico o cuidar y jugar con los hijos mientras se supone que se trabaja”, explicó Alfredo Bernádez, académico del departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana.
“Desde una pequeña mesa, un escritorio, hasta un cuarto completo, pueden ayudar a generar un espacio de trabajo. La disciplina es una habilidad que se desarrolla a través de esta actividad”, explica Bernádez.
“En la sala está mi computadora, en una mesa especial, y junto tengo mi teléfono. Mis libreros están cerca, y en otro espacio, por separado, están la cocina y mi recámara. Tengo bien definido mi espacio de trabajo”, dice Verónica López, química de formación y editora de profesión.
Trabaja de las 10 a las 14 horas. “No requiero estar 8 o 10 horas al día trabajando”.
Sin embargo, reconoce que en ocasiones ha descuidado el trabajo por atender asuntos del hogar. “He dejado de trabajar para cocinar, lavar e ir al súper, porque si no lo hago nadie lo hace. Sin embargo, trato de resolver las compras y la lavada haciéndolas una vez por semana para clavarme en el trabajo”.
A su vez, Alfredo Bernádez dijo que el teletrabajo significa estar a disposición de la empresa al 100% las horas pactadas. No es necesario cumplir una jornada de ocho horas para saber que se está siendo productivo, de hecho, es más una tradición que una regla. “La gente puede ser más productiva en menos horas y desde su casa, pero debe estar comprometida con su empresa”.
Agendas y planes de trabajo
Juana Patlán, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM, dice que también se debe tener material propio y equipo de trabajo (computadora, teléfono, internet y demás herramientas que se requieran).
“Necesita organizar su tiempo y aprender a dividir sus actividades personales y laborales. Se debe ser organizado y manejar una agenda por días, semana o mes, solo así se tendrá un buen aprovechamiento de los recursos (tiempo y actividades). Lo ideal es siempre tener un calendario y/o agenda que marque sus actividades diarias para que la carga de trabajo sea equilibrada”.
Siempre es recomendable tener un plan de trabajo con objetivos claros y medibles, agregó Patlán.
Verónica López, de 41 años, dice que se organiza según el trabajo. “La cantidad de chamba (trabajo) es muy variable, hay temporadas que está intensísima, y otras en las que baja”. Pero prefiere trabajar así. “Me choca que me estén vigilando y revisando todo lo que hago (como solía ser en la oficina), pero siempre estoy localizable y entrego todo a tiempo”.
El también consultor Luis Roberto Palomino explicó que los trabajadores deben delimitar sus espacios y tiempos de trabajo para impedir que la labor profesional se adueñe de su vida.
¿Qué se necesita del trabajador?
Un teletrabajador debe ser responsable, seguro, creativo, tener iniciativa y autoestima alta; propiciarse un ambiente de trabajo agradable que no tengan distractores y que estimule su desempeño, dice Patlán.
“Debe tener iniciativa. La búsqueda de proyectos y trabajos innovadores ayudan a que estos trabajadores se vuelvan indispensables”, agregó.
Pablo, quien vive con su novia desde hace un año, comentó que trabajar desde casa cambia la perspectiva e idea de lo que es el trabajo. “Te vuelves más responsable. El no tener al jefe detrás de ti ayuda. En mi caso, ha creado un sentido de responsabilidad mayor al que tenía al estar en una oficina”.
Según la consultora Telework Research Network más de dos tercios de los tele-empleados reportó un aumento en su productividad al trabajar desde casa, sin embargo, según el estudio La dura verdad sobre el teletrabajo (realizado por las profesoras Mary C. Noonan y Jennifer L.Glassisthe), esta modalidad laboral no solo no ayuda a reducir conflictos entre familia y trabajo, sino que extiende las jornadas, pues trabajar desde casa facilita dedicarle más tiempo.
Más pros que contras
“La falta de convivencia humana con el equipo de trabajo es una desventaja. Aunque colaboro con gente, ellos están en lugares remotos y no hay esa interacción personal. Esto me ha vuelto un poco huraño y antisocial”, comentó Pablo.
Verónica coincidió en que una desventaja es la falta de convivencia. “Estoy demasiado sola, vivo sola y trabajo en casa, no convivo con nadie y eso puede volverse pesado. A veces hace falta tener con quién platicar y distraerse aunque sea un ratito en lo que vas al baño o a la tienda, eso me gustaba de la oficina”.
Los especialistas explican que esto no debe verse como desventaja, pues aunque la convivencia no es de persona a persona, es decir, de contacto físico, se colabora de una manera más integral.
Ya no se trabajan en proyectos aislados, pues la colaboración se da a través de las redes sociales, al compartir y trabajar en un mismo archivo con ayuda de la tecnología, dijo Luis Roberto Palomino del Tecnológico de Monterrey.
Además, los beneficios son muchos y variados. Se puede ahorrar dinero y tener más tiempo para actividades personales.
“Soy mi propio jefe, administro mi tiempo, me voy de vacaciones cuando quiero, si quiero trabajar para más de una empresa puedo hacerlo. Estando en casa no tengo que lidiar con el tráfico, hago mis comidas a mis horas, gasto poco en recursos, estoy en mi espacio, pongo mi música y si quiero trabajo en pijama”, comentó la también autora de textos propios.
Se ha comprobado que las personas que trabajan desde su casa laboran más tiempo que los que asisten a oficinas y centros de trabajo. Esto se podría reflejar en la productividad y mejores resultados, detalló Palomino.
“Esta opción permite que los empleados se responsabilicen más de sus obligaciones y resultados específicos. Sin embargo, no hay que olvidar que la gente no es multitarea; si atiende muchas cosas, por fuerza descuida una. Por ello, un teletrabajador debe tener horarios específicos, actividades claras y concentración”, concluyó.
Tanto Verónica como Pablo se sienten satisfechos con su modalidad de trabajo, y por el momento, dijeron, no lo cambiarían, pues les ha sido más funcional que la modalidad tradicional y gozan de más ventajas que desventajas.
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