Por Nick Valencia y Phil Gast
(CNN) — Presas del pánico, padres e hijos se buscaban a gritos en el estacionamiento de la escuela primaria Briarwood en Moore, Oklahoma. El tornado que había arrasado con su pueblo acababa de disiparse. El cielo aún estaba oscuro y caía una fina llovizna.
“¡Caleb! ¡Caleb!”, gritaba una mujer, mientras que otra, con el rostro ensangrentado, caminaba como zombi entre la multitud y tomaba de la mano a un niño.
Un hombre se acercó a un niño que estaba solo y que en ese momento rompía en llanto. El hombre lo rodeó con su brazo y ambos buscaron en el caótico estacionamiento, al parecer buscaban a los padres del niño. Una madre vio a su hijo sentado con su maestra en la banqueta, lo tomó de la mano, lo puso de pie y lo cubrió con un abrazo. Ella lloraba y reía y se cubría el rostro con las manos.
La maestra dijo: “¡Fue muy valiente!”.
Luego, la madre abrazó a la maestra. “Gracias”, sollozaba. “Gracias”.
Otro hombre que aparentemente era un maestro sostenía su brazo en alto y gritaba: “¡Niños de quinto año!”. Los padres y los hijos seguían vagando, desesperados y aterrados. Sin embargo, fue un esfuerzo valeroso: tratar de poner orden y ofrecer consuelo en donde no lo había.
La mañana del martes, los habitantes de Oklahoma están tratando de apoyarse unos a otros. Muchos están empezando a lidiar con la idea de que nunca volverán a ver a la persona que más amaban. De los 24 muertos por el tornado, al menos hay siete niños.
Los hogares que estaban en la trayectoria del tornado quedaron hechos añicos. Manzanas enteras quedaron devastadas e irreconocibles. Los autos volaron como si fueran juguetes y algunos yacen sobre grandes árboles que de repente quedaron reducidos a una horqueta nudosa. No hay electricidad ni agua.
El Sol proporcionó la ansiada luz y la verdadera magnitud de lo ocurrido empezó a mostrarse. Muchas personas en Moore están empezando a enfrentar el hecho de que perdieron fotografías y herencias familiares irremplazables. Muchos tal vez piensan en la batalla con la aseguradora que les espera o en los problemas de dinero que hasta la persona más preparada para un desastre natural tiene que enfrentar.
Una vigilia en una escuela devastada
El padre se sentó en un banco y lloraba mientras un bombero lo consolaba.
Esperaba noticias de su hijo, que cursaba el tercer año en la escuela primaria Plaza Towers en Moore.
El tornado redujo la escuela de su hijo a un montón de escombros. Siete niños murieron, señaló el vocero del departamento de policía de Oklahoma City, Kevin Parton.
Los estudiantes que salieron dijeron que se habían aferrado a los muros mientras el tornado pasaba, según la filial de CNN, KFOR.
Una maestra dijo a la transmisora que cubrió con su cuerpo a seis estudiantes en el baño. Todos salieron con vida.
Solo quedan en pie algunos muros. La gente corrió hacia el lugar, pero las autoridades los mantuvieron alejados mientras seguían buscando sobrevivientes.
Norma Bautista dijo a CNN que se apresuró hacia la escuela, encontró a sus hijos y sobrinos y se los llevó.
“No tengo palabras para describir lo que ocurrió, por qué ocurrió”, dijo. “¿Cómo explicamos esto a los niños?”
Su hijo, Julio, dijo que los maestros indicaron a los estudiantes que se acurrucaran y que cubrieran su cabeza.
Conforme la sombría búsqueda seguía en la escuela, en una casa cercana había buenas noticias. Los vecinos aplaudían mientras una mujer se reunía con su perro, que fue hallado en una casa.
La cinta Tornado cobra vida
“Simplemente quieres derrumbarte y llorar”, dijo Steve Wilkinson a CNN. “Pero sabes que así tiene que ser, tienes que ser fuerte y seguir adelante”.
Él ha vivido en Oklahoma toda su vida. Había visto tornados antes. “Pero ninguno como este”, dijo. El lunes por la noche, otra mujer recibió un mensaje de texto de su hijo, quien caminaba por una calle en Moore y vio a su abuela caminando aturdida con su perro. “La abuela está bien”, escribió el muchacho. “Está en mi casa. Mamá, no queda nada. Todas las fotos, todas las cosas de la abuela, todas mis fotos, mi chaqueta, mi diploma de la universidad. No queda nada”.
En otra parte de Moore, Lando Hite estaba sin camisa y cubierto de lodo mientras describía lo ocurrido en una granja de caballos.
“Fue como en la película Tornado”, dijo a la filial de CNN, KFOR. “Había caballos y cosas volando por todas partes”.
El tornado golpeó la granja de la familia Orr, que tenía cerca de 80 caballos. Dañó varios graneros; Hite estaba preocupado de que la mayoría de los animales hubiera muerto.
“Traté de dejar salir a algunos de los caballos de sus establos para que tuvieran una oportunidad de sobrevivir”, dijo Hite, quien dijo que el edificio en el que él se encontraba se movió unos 30 metros.
‘El Señor nos cuidó’
Un habitante de Moore puso su situación en perspectiva. Su hogar había desaparecido, además de las pertenencias obtenidas durante años. Sin embargo, él y su esposa estaban vivos.
“El Señor nos cuidó”, dijo el hombre de 72 años. “Mi seguridad no está en mis manos. Está en manos del Señor”.
El lunes por la noche, Steve Wilkerson, cuyo hogar fue destruido, cargaba en una canasta las pocas pertenencias que logró encontrar.
“Aún no puedo creer que esto está ocurriendo”, dijo. “Trabajas durante 20 años y todo desaparece en 15 minutos”.
Una pareja dijo a CNN que perdieron su casa, pero que pudieron ayudar a otras personas.
“Empezamos a sacar a la gente”, dijo uno de ellos, tratando de controlar sus emociones. “Vimos algunas cosas desafortunadas, pero ayudamos a algunas personas”.
Un hijo célebre de Moore alza la voz
El cantante de country, Toby Keith, es originario de Moore y lamentó la pérdida de vidas y la devastación.
“Muchos tornados habían pasado por aquí, pero no recuerdo que alguno hubiera golpeado directamente una primaria como lo hizo este”, dijo Keith a Anderson Cooper, de CNN.
El cantante dejó Oklahoma City para dirigirse a Nashville unas cuantas horas antes de la tormenta. La casa de su hermana resultó dañada.
Keith dijo a Cooper que los habitantes de Oklahoma son adaptables y están bien preparados para el mal tiempo. “Vuelve a levantarte, Moore, Oklahoma. Dios te acompañe”, tuiteó.
Nick Valencia, Gary Tuchman y George Howell, de CNN, reportaron desde Oklahoma. Phil Gast reportó y escribió desde Atlanta.