(CNNMéxico) — El expresidente guatemalteco, Alfonso Portillo, se declaró “no culpable” del delito de lavado de dinero por el que el gobierno de Estados Unidos busca llevarlo a juicio y enfrentar una pena de 20 años de prisión.
En una audiencia de 10 minutos a puerta cerrada en la Corte Sur de Nueva York, Portillo renunció al derecho de escuchar los cargos que ya le había notificado su abogado e hizo su declaratoria de no culpabilidad.
Su defensa solicitó al juez Robert Patterson una audiencia que determine si puede pagar una fianza en un plazo de dos semanas, sin embargo no se fijó una fecha específica para el alegato. La próxima cita programada ante la corte es en septiembre.
El expresidente, de 61 años, fue acusado de haber desviado millones de dólares de fondos públicos guatemaltecos y ayuda internacional, a cuentas privadas de Estados Unidos y Europa.
“El expresidente Portillo ha sido extraditado a Estados Unidos por delitos de lavado de dinero. En su calidad de presidente, el señor Portillo utilizó nuestro sistema bancario para lavar ganancias ilegales, lo cual es una violación de la ley que la DEA siempre investiga agresivamente”, dijo la agencia antidrogas en un comunicado.
La Justicia estadounidense investiga tres casos en los que Portillo es la pieza central de operaciones consideradas como fraudulentas, para beneficio propio y de varios cómplices durante su mandato (2000-2004).
El primer caso es la donación que realizó el gobierno de Taiwán por 2 millones 500.000 dólares para un programa de bibliotecas comunitarias. Portillo presuntamente cobró tres cheques que transfirió a una cuenta de Miami en 2000.
“Ninguno de los fondos del gobierno de Taiwán se aplicó a las Bibliotecas para la Paz”, dice la acusación. “Casi un millón de dólares de la donación fue desviada en última instancia a través de una serie de transacciones y transferencias destinadas a ocultar la fuente y el origen de los fondos”, a cuentas de su exesposa e hija en París.
El segundo caso fue una malversación de unos 3 millones 900,000 dólares del Ministerio de Defensa guatemalteco a través de la institución financiera Crédito Hipotecario Nacional (CHN), en la cual nombró a uno de los “coparticipes” de los fraudes, dice la DEA.
“Portillo encabezó el desembolso de los fondos militares para, entre otras cosas, financiar un negocio de tierras privadas, disimular un préstamo a un asociado, y emitir cheques a una compañía controlada por otro coconspirador”, de forma similar a través de cuentas de Miami.
En una tercera investigación, las autoridades estadounidenses sospechan que Portillo malversó fondos del CHN a través de cuentas de los sospechosos, que no tenían fondos suficientes, pero que fueron financiadas con recursos públicos.
El beneficio de las cuentas fue usado presuntamente por Portillo para “comprar, entre otras cosas, diversos objetos personales, incluyendo relojes caros y coches, para sí mismo y para sus asociados”.
El expresidente siempre ha rechazado las acusaciones. “En EU se trata de una venganza del grupo más rico de la derecha estadounidense”, dijo en una entrevista con CNN en Español en enero. “Me están cobrando por ser el único presidente que no apoyó con su firma ni con su permiso la invasión a Iraq”.
El fiscal Preet Bharara, uno de los encargados del caso, dijo que el expresidente llega a Estados Unidos “para responder por su presunta malversación de millones de dólares destinados al beneficio de la población de Guatemala con lavado (de dinero) través de bancos de Estados Unidos”.
La DEA informó que, según las leyes aplicables, Portillo podría enfrentar una pena de 20 años de prisión, además de una multa de 500,000 dólares o el doble de los recursos que haya malversado.