Bagdad (CNN) - Más de 1.000 iraquíes han muerto, y miles han resultado heridos, a lo largo del mes de mayo como consecuencia de los atentados y ataques vividos en Irak. Exactamente, un total de 1.045 iraquíes fueron asesinados en mayo, incluyendo 963 civiles, de acuerdo con la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para el Irak.
Además de los muertos, 2.397 iraquíes más resultaron heridos, según la ONU. Del total de heridos, 206 eran miembros de las fuerzas de seguridad, mientras que 2.191 eran civiles.
“Es un triste récord”, dijo Martin Kobler, el principal enviado de Naciones Unidas a Irak. “Los líderes políticos iraquíes deben actuar de inmediato para poner fin a esta intolerable derramamiento de sangre.”
Bagdad fue la zona más afectada, con 532 civiles muertos.
Los ataques incluyen artefactos explosivos caseros y pequeñas armas de fuego.
El derramamiento de sangre se produce en medio de un reciente aumento de la violencia, derivada en parte por la discordia entre los musulmanes suníes y chiíes.
Los árabes sunitas tuvieron más influencia política en Irak durante el régimen de Saddam Hussein hasta que su gobierno fue derrocado en 2003 después de la invasión liderada por Estados Unidos. Sin embargo, se sienten marginados políticamente con el gobierno chií de la era post-Saddam.
Irak está sufriendo algunos de los peores actos de violencia desde la guerra civil de 2006, pero el ministro de Relaciones Exteriores Hoshyar Zebari dijo que el país no se está desmoronando.
“Nos preocupa realmente este incremento en el número de ataques terroristas, así como por el aumento de la tensión entre facciones”, dijo Zebari a la CNN Christiane Amanpour en una entrevista exclusiva el mes pasado. “Pero en realidad, el país no está deslizándose hacia una guerra civil”.