(CNN) – El Senado de Estados Unidos votó este martes a favor de iniciar el debate sobre la reforma inmigratoria, con lo que comenzó un arduo camino legislativo que se enfrenta a la oposición de los grupos conservadores.

Los republicanos, que forzaron la votación que requería al menos 60 votos para lanzar el debate, se unieron a los demócratas para pasar fácilmente la marca.

La votación final fue de 82 votos a favor y 15 en contra, pero el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, advirtió que algunos republicanos a pesar de que votaron por iniciar el debate, no tienen intención de aprobar la medida.

Bajo la propuesta bipartidista diseñada por el llamado Grupo de los Ocho esta primavera, la mayoría de los inmigrantes indocumentados tendrán que enfrentar un camino a la ciudadanía de 13 años.

Además, la propuesta reforma el sistema de inmigración, y refuerza la seguridad fronteriza.

La votación ocurrió luego de un mensaje del presidente Barack Obama en la que urgió la aprobación del proyecto antes del otoño. El mandatario ratificó que, de aprobarse, también se reforzará la seguridad fronteriza.

Algunos conservadores en el Congreso dicen que oponerse al plan inmigratorio es un asunto de principios, y que no se doblarán. Ellos permanecen escépticos sobre cualquier medida que ofrezca un plan a la ciudadanía. Muchos de ellos lo consideran una amnistía.

Esa provisión, junto con preocupaciones sobre si la reforma realmente reforzará la seguridad fronteriza, haría difícil que la mayoría republicana, especialmente los que enfrentarán la reelección el próximo año, aprueben la medida.

“Esta ley garantiza estatus legal permanente para millones de inmigrantes indocumentados, como está escrita actualmente, sin realmente garantizar la seguridad de la frontera. Ahora, ¿cómo puede ser esa una buena idea?”, preguntó el senador John Cornyn de Texas, el número dos de los republicanos en la cámara, que inclusive votó a favor de iniciar el debate.

El senador republicano Marco Rubio, de Florida, uno de los integrantes del grupo que propuso la medida, y que es posible contendiente para las elecciones presidenciales del 2016, argumentó que no hacer nada significa una amnistía de facto para los inmigrantes ilegales.

Aun si el senado aprueba la legislación, existe fuerte oposición entre los conservadores republicanos en la Cámara de Representantes, lo que hace incierta su aprobación final.

Rubio, un conservador popular de origen hispano, ha dejado en claro que la seguridad fronteriza requiere de fortalecerse, si se quiere que él y otros republicanos apoyen la reforma.

El senador quiere presentar una enmienda que ponga en manos del congreso y no del Ejecutivo la responsabilidad de decidir sobre si los asuntos de seguridad en la frontera deben de cumplirse antes de que se ofrezca la posibilidad de la ciudadanía a los inmigrantes ilegales.

Debido a que el apoyo de Rubio es crítico, otros miembros del grupo bipartita han dado a entender que apoyaran su propuesta a pesar de no estar dispuestos a hacer cambios importantes al compromiso original.

El voto de Rubio sobre la enmienda será uno de los más vistos mientras comienza a debatirse la reforma las próximas tres semanas.

No está claro cuando ocurrirá el voto sobre dicha medida, pero hay otras enmiendas relacionadas con las verificaciones de seguridad de las personas que llegan a Estados Unidos, con las visas temporales para trabajadores altamente calificados, así como diversas previsiones técnicas.

Los oponentes republicanos ofrecerían enmiendas para socavar y debilitar el plan, algo que será combatir por el “Grupo de los Ocho”.

“Los senadores propondrán varias ideas para hacer la legislación mejor. Otros para hacerla peor. Pero esas sugerencias deben preservar el corazón de la ley”, afirmó el senador demócrata Harry Reid.

Los que están a favor de la reforma ganaron la primera victoria legislativa el mes pasado, cuando el comité judicial del Senado votó 13 a5 a favor de aprobar el plan del “Grupo de los Ocho”.

Los líderes demócratas esperan un voto final sobre la ley para finales de junio.

Un grupo bipartita ha estado trabajando en un plan inmigratorio en la Cámara de Representantes, pero el esfuerzo sufrió un revés la semana pasada, cuando un miembro clave de la cámara se retiró de las negociaciones.

Los esfuerzos previos para pasar una reforma inmigratoria se quedaron cortos la década pasada, a pesar de que fue una de las prioridades del presidente George W. Bush.