Por David McKenzie
Wuhan, Chnina (CNN) — El profesor Kou Zhangbing efectúa una revisión de salud. Cariñosamente llama al paciente con un golpecito, revisa la lengua y los dientes en busca de lesiones, revisa los ojos para conocer el estado de ánimo y la piel en busca de rasguños. Como premio, le da un pescado de agua salada.
“Lo más importante es mantenerlas sanas”, dice.
Kou es uno de los pocos científicos chinos que tratan de salvar a la marsopa sin aleta, una especie de agua dulce que se encuentra en el río Yangtsé. Esta célebre especie es más difícil de encontrar que el panda gigante de China y se encuentra al borde de la extinción.
Los estudios recientes demuestran que quedan tan solo unos mil ejemplares, muchos menos que los que se registraron en investigaciones similares hace seis años.
“Si no se toman medidas adecuadas, estarán extintas en 10 años, pero honestamente, solo tenemos cinco años para hacer algo”, dijo Zhang Xinqiao, miembro del Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF por sus siglas en inglés).
El profesor Kou y sus colegas estudian al singular mamífero en una serie de piscinas profundas en el Instituto de Hidrobiología en Wuhan. Tratan de entender a esta extraña especie y posiblemente criarlas para la vida salvaje.
“Paso más tiempo con ellas que con mi familia”, dijo Kou. “Se han vuelto parte indispensable de mi vida”.
Es la temporada de apareamiento, así que bailan bajo el agua y tienen un comportamiento inusual. De vez en cuando, una marsopa nada hasta el cristal de observación y casi presiona su cara contra él. Su cara muestra una sonrisa burlona permanente y sus ojos oscuros vigilan cuidadosamente los movimientos de sus visitantes.
Las marsopas son más pequeñas y robustas que sus primos, los delfines; tienen el hocico más corto y viven en grupos menos numerosos. En estado salvaje, estos grupos pueden ser aún más pequeños.
El río más largo de Asia, el Yangtsé, también es uno de los más contaminados. Los científicos calculan que cada año se vierten en este unos 800 millones de toneladas de aguas de desecho. La contaminación, la sobrepesca y el desarrollo intensivo del Yangtsé son factores que han llevado a la marsopa al borde de la extinción.
“Todas estas actividades han destruido el hábitat natural de las marsopas sin aleta, les quitan su fuente de alimento, incluso, las lastiman o las matan directamente”, dijo Zhang.
Dijo que la esperanza de supervivencia en el río es desalentadora, pero se aferra a la esperanza de que la especie sobreviva.
Y la posibilidad de lograrlo podría estar al oeste de Wuhan, en el lago de Tian-e-Zhou. El lago alguna vez fue parte del Yangtsé, se formó en un recoveco del río y posteriormente se separó del cauce principal.
“Esta es la mejor oportunidad de mantener con vida a la especie”, dijo Gao Daobin, funcionario a cargo del parque. “Este animal solo se encuentra en China y los niños, cuando aprendan, preguntarán: ‘¿Por qué se extinguieron?’”.
No es un temor infundado. El delfín Baiji, un animal magnífico que tenía un característico hocico puntiagudo, entró en la categoría de extinción funcional en el Yangtsé en 2006. Los científicos creen que podría haber algunos ejemplares en las turbias aguas, pero tal vez no sean suficientes para mantener a la especie.
Así, la marsopa sin aleta es el único cetáceo de agua dulce que queda en China.
Gao nos muestra una bahía de crianza separada del lago con solo una red. Un trabajador arroja peces en el hocico de las marsopas cautivas. Tienen que asegurarse de darles los nutrientes adecuados. Las liberarán en el lago, en donde las poco menos de 40 marsopas podrían ser la última esperanza.
“Nadie se preocupaba por ellas, pero las actitudes cambian. Ahora, si se extinguen, todos los años de trabajo habrán sido en vano”, dijo Gao.