Por Ben Brumfield
(CNN) — La primera ministra de Australia, Julia Gillard, renunció luego de que el Partido Laborista Australiano (ALP, por sus siglas en inglés) votó para quitarle su liderazgo este miércoles.
Ella había pedido apoyo luego de meses de fricción dentro de las filas del partido, antes de la elección general que se llevará a cabo en septiembre próximo.
Su rival, el exprimer ministro Kevin Rudd, tomará su lugar como líder del partido, luego de ganar la votación interna por 57 votos contra 45, de acuerdo con un vocero del partido.
Rudd es ahora el primer ministro de facto de Australia y podría asumir el cargo en las próximas horas si la gobernadora general, Quentin Bryce, lo aprueba. Este último cargo, con funciones de jefe de Estado, representa a la reina Isabel como jefe de Estado.
Rudd, elegido en 2007 y sustituido por Gillard en 2010, dice que regresa a la oficina del primer ministro con “humildad, con honor y con un importante sentido de energía y propósito”.
Agregó que la política negativa que ha frenado a Australia en años recientes “debe parar”, y que él buscará lograr esa meta.
También destacó a Gillard como “una mujer con una inteligencia extraordinaria, de mucha fortaleza y mucha energía”, y dijo que ella había logrado grandes reformas pese a liderar un gobierno con apoyo minoritario.
En su conferencia de prensa, Gillard dijo que estaba agradecida por la oportunidad de dirigir a su país.
“Este privilegio fue realmente humilde. Agradezco al Partido Laborista Australiano por ese privilegio y agradezco al pueblo australiano por su apoyo”, agregó.
“Cuando me propuse como líder laborista en 2010, tenía un apoyo abrumador de mis colegas para hacerlo. Les agradezco por eso. Y les agradezco por darme la oportunidad no solo de servir a mi país, sino de ser la primera mujer” en tener ese puesto.
Gillard dijo que le escribió a la gobernadora general para informarle de los resultados de la votación y entregar el cargo a Rudd.
Rudd es muy popular con los votantes australianos, que irán a las urnas en septiembre para elegir a un nuevo parlamento y un nuevo gobierno.
El Partido Laborista no tenía confianza en la victoria con Gillard como líder.
Los simpatizantes del partido hicieron circular una petición en la que pedían a Rudd desafiar el liderazgo de Gillard, pero al principio él se opuso. Mientras eso ocurría, al menos ocho ministros del gabinete de Gillard renunciaron.
Esta semana, para ella fue suficiente. Aunque no hubo un desafío oficial de algún rival, Gillard desistió.
“Creo que es por el bien de la nación, y por el bien del Partido Laborista, que este asunto se resuelva”, dijo, y llamó a votaciones.
Un Kevin Rudd reacio
En un golpe a su rival, Gillard se quejó esta semana en una entrevista con Sky News Australia, afiliada de CNN, de que nadie la desafió de una manera tradicional.
“Llámenme anticuada, pero normalmente estas cosas se hacen cuando un rival desafiante se acerca al líder del Partido Laborista y le pide llamar a votaciones por el liderazgo, se dan un saludo de manos y se lleva a cabo la votación”.
Entonces Gillard llamó a cualquier rival a poner su nombre en la boleta, el último llamado para desafiar su posición.
Tres horas antes del proceso, Rudd se subió al ring.
“Varios ministros han sido libres y francos en su petición público hacia mi sobre la conveniencia de disputar el liderazgo en días recientes. Por el bien de la nación, creo que es tiempo de que este asunto se resuelva”, afirmó Rudd en un comunicado enviado a periodistas.
‘El perdedor se va’
En marzo pasado, Gillard lanzó un desafío similar a su poder a medida que sus rivales el quitaban poder en el gobierno. Rudd se negó entonces a enfrentarla y ella ganó el voto de confianza en su partido, por lo que permaneció en su puesto.
Pero ella siguió perdiendo apoyo. En su entrevista con Sky News, Gillard dijo que el perdedor de las votaciones de este miércoles debía retirarse del gobierno.
“Si ganas, eres líder laborista”, dijo. “Si pierdes, te retiras de la política”.
En su conferencia de prensa posterior, Gillard dijo que ella no buscaría retener su puesto constitucional en septiembre.
John Raedler, Brian Walker y Elizabeth Joseph contribuyeron con este reporte