Por Elizabeth Landau
(CNN) – Nuestras preocupaciones de cada día parecen pequeñas si pensamos que hay todo un universo allí afuera donde podría existir otra vida.
Los astrónomos están considerando esta posibilidad: anunciaron que han identificado un sistema solar de hasta siete planetas (tres de los cuales podrían albergar vida) a una distancia de 22 años luz.
La probabilidad de que por lo menos uno de estos planetas albergue vida, dado que hay tres planetas de masa terrestre en la zona habitable del sistema, es “tremenda”, según un científico. La “zona habitable” es el área cercana a una estrella en la que un planeta podría en teoría tener agua líquida. En nuestro sistema solar, Venus está cerca del límite interior de habitabilidad potencial, mientras que Marte está próximo al límite exterior.
El descubrimiento representa el número más alto de planetas en “zonas habitables” hallados dentro de un mismo sistema, dijo Guillem Anglada-Escude de la Universidad de Gottingen, Alemania, que lideró el equipo de astrónomos.
Los hallazgos fueron publicados el miércoles en la revista especializada Astronomía y Astrofísica y son los últimos de una reciente serie de identificaciones de planetas que podrían acoger vida.
“Desde que nuestros telescopios y herramientas de análisis se han sofisticado lo suficiente para encontrarlos, los planetas habitables aparecen permanentemente”, indicó Sara Seager, profesora de ciencia planetaria del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que no participó del estudio. “Es muy excitante que planetas potencialmente habitables aparezcan en todas partes”, agregó.
Cómo se comparan con otros planetas habitables
Los tres planetas del sistema Gliese 667C parecen ser tan buenos candidatos para la vida como los tres anunciados en abril por el satélite Kepler de la NASA. Kepler-62e y Kepler-62f orbitan alrededor de la misma estrella, la Kepler-62, que es apenas más fría y más pequeña que nuestro sol. La estrella Kepler-62, sin embargo, está a 1200 años luz de distancia.
Estos dos planetas tienen un tamaño más parecido al de la Tierra que el tercer candidato habitable, Kepler-69c, a una distancia de 2700 años luz.
Esto hace que Gliese 667C parezca estar a la vuelta de la esquina, a “apenas” 22 años luz. Por las noches, el sistema puede ser visto en la constelación de Escorpio.
El satélite Kepler, lanzado en 2009, le permite a los científicos medir los cambios de luminosidad de las distintas estrellas, señales con las que identifican si un planeta está cerca.
“Los científicos realizan sofisticados cálculos para verificar si estas señales son planetas y no fenómenos astrofísicos que imitan la forma de un planeta”, precisó Anglada-Escude.
Por el contrario, los científicos que trabajaron con el sistema Gliese 667C utilizaron el método de velocidad radial. Con esto, los expertos buscan tambaleos en los movimientos de una estrella, fenómenos que se producen en respuesta a la gravedad de planetas cercanos.
¿Tienen realmente vida?
Por estar tan lejos, la composición de la atmósfera de estos planetas permanece siendo un misterio.
“Decir que estos planetas son habitables sería especular”, dijo Seager. “En la actualidad, no hay manera de observar agua líquida en la superficie (nuestro requisito de habitabilidad) o inferir su presencia”, añadió.
Aun así, Anglada-Escude asegura que la existencia de sistemas solares con planetas potencialmente habitables entusiasma a los científicos y los estimula a seguir investigando.