Por Paul Gittings
(CNN) — Si el fundador del Tour de France, Henri Desgrange, pudiera transportarse mágicamente a la edición número 100 y descubrir que el favorito es el británico nacido en Kenia Chris Froome, sin ningún contendiente francés a la vista, podría haber abandonado la idea.
Desgrange y sus colegas editores en el periódico L’Auto idearon una carrera de ciclismo alrededor de Francia para impulsar su circulación y un ganador no francés era lo último que hubieran querido.
Maurice Garin fue el ganador en la primera edición, en 1903, del Grand Boucle, que capturó exitosamente la imaginación del público francés y que, con la excepción de dos guerras mundiales, se ha disputado desde ese año.
A pesar de una serie de escándalos de dopaje y de las muertes trágicas de ciclistas como Tommy Simpson y Fabio Casartelli, su popularidad como el mayor espectáculo deportivo gratuito en el mundo perdura. El Tour de este año es el primero desde que Lance Armstrong confesó hacer trampa y fue despojado de sus siete títulos.
Una carrera concebida por un periodista ofrece, sin duda, un material rico para llenar innumerables columnas, sin mencionar las oportunidades para que los fotógrafos capturen el drama del momento en los sorprendentes escenarios franceses.
Mapping Le Tour, publicado junto con la carrera centenaria, cuenta la historia de la competencia en imágenes y mapas de rutas de cada año, además de un avance escenario por escenario de la edición 2013.
Ilustra cómo el Tour visitó cada región de Francia y marca el aniversario especial. La carrera de este año comenzará este sábado con tres etapas en la montañosa isla mediterránea de Córcega.
Capital turística del mundo
El pelotón regresa a la tierra continental para una pequeña prueba de equipos en Niza antes de emprender un recorrido en una carrera a contrarreloj alrededor de Francia.
Por primera vez desde la carrera de 2003, que marcó el centenario real del Tour, todos los 3,360 kilómetros estarán en tierra francesa, un movimiento que los organizadores dicen que fue diseñado para “mostrar los esplendores del mayor destino turístico del mundo”.
Froome, quien comenzó su carrera en el ciclismo al correr bicicletas BMX y de montaña cerca de su lugar natal en Nairobi, y los otros contendientes estarán demasiado ocupados para apreciar las delicias del terreno en los Alpes y los Pirineos, pero para millones de espectadores que se alinean en la ruta es una atracción añadida.
El año pasado Froome terminó en segundo lugar tras su compañero del Team Sky, Bradley Wiggins. Este último se convirtió en el primer ciclista británico en ganar los honores en la famosa carrera de tres semanas.
El mes pasado, Wiggins se retiró por lesión de la edición 2013 del Giro d’Italia, lo que deja el camino aparentemente despejado para que Froome reclame esa playera amarilla.
“Tiene que ser nuestro objetivo intentar obtener esa playera amarilla, hacer esa nuestra meta principal”, dijo Froome a la Press Association de Reino Unido en la víspera de la carrera este viernes.
Su compañero australiano Richie Porte también es el favorito para llenar el papel de apoyo que Froome jugó para Wiggins el año pasado.
“No veo por qué Porte no podría estar en el podio al llegar a París”, añadió Froome. “Hay un gran camino por delante pero ese sería un escenario de ensueño para nosotros”.
Controversias de dopaje
Pero mientras los ciclistas se reúnen en Córcega, la sombra de las controversias de dopaje aún acaparan los titulares.
Armstrong fue citado en el periódico francés Le Monde al decir que la ruta al éxito aún está en tomar sustancias que mejoren el rendimiento.
“Es imposible ganar el Tour de France sin doparte porque el Tour es un evento de resistencia en el que el oxígeno es decisivo”, dijo.
El texano, que dominó el Tour desde 1999 hasta 2005, añadió: “simplemente formé parte de este sistema. Soy un ser humano”.
Una semana después de que el archirrival de Armstrong, Jan Ullrich, finalmente confesara que también tomó sustancias que estimulan la sangre, como la EPO, esto era lo último que los organizadores necesitaban mientras el deporte busca otro comienzo nuevo.
El ciclista australiano y campeón de 2011, Cadel Evans, uno de los mayores competidores para Froome, hizo excepción de los comentarios de Armstrong.
“Yo pienso lo opuesto. Soy prueba de que eso no es verdad”, dijo Evans a los reporteros reunidos en Porto-Vecchio, Francia.
“A veces leo en la prensa lo que Armstrong dice y lo respeto como ser humano, pero realmente solo me enfoco en hacer mi propio trabajo lo mejor que pueda y afortunadamente tenemos el apoyo de un grupo grandioso de personas”.
El otro rival probable de Froome, el español Alberto Contador, cumplió con una suspensión después de dar positivo al esteroide prohibido clembuterol en su camino a ganar la edición de 2010, el título posteriormente fue otorgado a Andy Schleck de Luxemburgo.
Contador, de Saxo Bank, siempre defendió su inocencia y su camino a la redención podría estar en la carrera de 2013, que son 28 ascensos de montaña, cuatro de los cuales terminan en la cima, lo que se ajusta a sus capacidades de subir.
Atractivo internacional
Es improbable que un ciclista local se añada al récord de 38 victorias consecutivas de Francia. El último fue de Bernard Hinault en 1985, pero Desgrange seguro estaría orgulloso de cómo su creación ganó atractivo internacional.
Desde su primera incursión en Holanda en 1954, el Tour visitó capitales grandes como Londres y Berlín, mientras que la carrera de 2014 comenzará en el condado Yorkshire en el norte de Inglaterra.
El estadounidense Greg Lemond, un abierto crítico de Armstrong, fue el primer ganador no europeo del Tour en 1986 y la victoria histórica de Wiggins el año pasado probablemente continuará esta tendencia mientras el equipo bien financiado de Team Sky tenga los recursos y la alineación de ciclistas para dominar el futuro previsible.