Por Salma Abdelaziz, Reza Sayah y Ben Brumfield
EL CAIRO, Egipto (CNN) — El plazo venció este martes para el presidente egipcio, Mohamed Morsi, mientras que otro problema cuelga sobre su cabeza.
Los manifestantes de la oposición amenazaron con marchar hacia el palacio presidencial de El Cairo si Morsi no renuncia este martes. Para el mediodía, el mandatario egipcio no dio indicio de que lo haría.
Pero eso era de esperarse. Lo que no está claro es lo que sucederá este miércoles, cuando expire el plazo de 48 horas impuesto por el ejército de Egipto.
El ejército apareció poco después de que la oposición tomó la plaza Tahrir de El Cairo, y dijo que el gobierno de Morsi tiene hasta este miércoles por la noche para “cumplir con las demandas de la gente” o intervendrán para restablecer el orden.
El ejército no sugirió un golpe de Estado.
El ultimátum busca soluciones rápidas y un consenso nacional. Las fuerzas armadas no están buscando ser parte de la clase política o el poder, indicó este lunes por escrito el coronel Ahmed Ali, portavoz del Ejército.
Al tiempo en que el Ejército insiste que no quieren ningún papel directo en la política nacional, los generales aparecieron esta vez para presionar al primer presidente libremente electo de Egipto para que reestructure su gobierno.
Las medidas podrían incluir la reducción de la influencia de los Hermanos Musulmanes en su gabinete y llamar a elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas, aseguró a CNN una fuente cercana a los miembros de alto rango del liderazgo de Egipto.
La llamada de Obama
El presidente Barack Obama llamó este lunes por teléfono a Morsi, animándole para asegurarse de que todos los egipcios estén representados por el gobierno, “incluyendo a los egipcios que se manifiestan”.
El gobierno de Morsi ha insistido en que sus decisiones son legítimas, ya que fue elegido democráticamente.
Obama aludió a este argumento directamente en su conversación con Morsi. “Hizo hincapié en que la democracia es algo más que las elecciones”, dijo Casa Blanca este martes en un comunicado.
Obama también reiteró a Morsi que Estados Unidos no apoya a ningún partido o movimiento en Egipto. Hizo un llamado para poner fin a la violencia en todo el territorio y expresó su especial preocupación por las agresiones sexuales a mujeres.
El diario estatal Al-Ahram reportó 46 asaltos sexuales durante las protestas anti-Morsi desde este domingo, con informes del grupo de voluntarios Operación contra el Acoso Sexual.
El Comité para la Protección de Periodistas reportó la violación de una periodista holandesa mientras cubría las protestas del viernes. Fue hospitalizada y tuvo una intervención quirúrgica, antes de regresar a Holanda.
Durante el fin de semana, un periodista egipcio murió en un ataque con bombas a las oficinas de los Hermanos Musulmanes, otros cuatro periodistas locales fueron golpeados y su camarógrafo destruido o robado. Dos periodistas egipcios fueron heridos por balas.
La celebración de Tahrir
Los manifestantes en la plaza Tahrir escucharon la declaración del ejército en las radios y en los teléfonos celulares; aplaudieron cuando fue leída. El sonido de los manifestantes rugía mientras helicópteros militares pasaban por encima, ondearon banderas de Egipto y de las fuerzas armadas. Al caer la noche, seguían agitando banderas, tocaban el claxon y lanzaron fuegos artificiales.
“Todo el mundo habla como si Morsi y la Hermandad estuvieran oficialmente fuera del poder, y todo el mundo está de fiesta”, dijo a CNN Bassem Sabry, un escritor egipcio que participó en las protestas de este lunes.
Pero la oficina de Morsi llamó la madrugada de este martes al gobierno democráticamente elegido como el logro más importante de la revolución y agregó que: “Egipto, por todo su poder, no permitirá que el país vaya hacia atrás bajo ninguna circunstancia”.
Los partidarios de Morsi realizaron manifestaciones más pequeñas este lunes en los barrios de la Plaza Tahir de El Cairo.
A la vista de las protestas contra el gobierno, que comenzaron este fin de semana, cinco ministros anunciaron su renuncia este lunes. El último fue el ministro de Relaciones Exteriores Mohamed Kamel Amr, informó la agencia oficial de noticias MENA de Egipto.
Los fracasos de Morsi
Morsi, un islamista educado en Estados Unidos, fue elegido presidente de Egipto en junio de 2012, pero los críticos dicen que se ha vuelto cada vez más autoritario a un año en el poder.
Ha fallado en reactivar la economía de Egipto, que decayó en 2011 por el levantamiento que derrocó al viejo dictador Hosni Mubarak.
Eso ha generado el descontento en muchos de sus partidarios entre las clases media y baja de Egipto, dijo Fawaz Gerges, director del Centro del Medio Oriente en la London School of Economics.
“Que algunos de los revolucionarios estén pidiendo al ejército para volver a la política es un testimonio de lo polarizado que está Egipto a un año después de la elección de Morsi”, dijo Gerges. “Piensen en los millones de personas que vitoreaban a Morsi después de su elección. Piensen en los millones de egipcios que depositaron sus esperanzas en el presidente egipcio”.
“Un año más tarde, los millones de egipcios que se animaron por Morsi dicen que debe irse”.
Gerges pone en duda la capacidad de Morsi para dirigir y lo llama “un presidente que es, básicamente, su peor enemigo”. Pero dudaba que los militares realmente intervinieran para deponerlo y dijo que “sumirían a Egipto en la mayor crisis política e institucional legal”.
El Ejército va a querer ver la influencia de la Hermandad Musulmana reducida en el gobierno y en la Constitución, dijo Gerges.
El movimiento político islámico fue reprimido por Mubarak, pero ahora es la más poderosa fuerza política en Egipto.
La oposición dividida
El Tamarod (la campaña rebelde) comenzará un movimiento de desobediencia civil, un llamado a protestas nacionales, y una marcha al palacio presidencial, si Morsi no abandona la presidencia este martes.
Los manifestantes dicen que han recogido 17 millones de firmas —aproximadamente cuatro millones más que el número de votos que llevaron a Morsi a la presidencia— con las que piden que Morsi renuncie.
La oposición está formada por varios grupos y coaliciones sueltas, y no todos los manifestantes anti-Morsi están de acuerdo con la hoja de ruta democrática de la campaña del Tamarod. Algunos son leales al derrocado gobierno de Mubarak, mientras que otros quieren que el ejército intervenga.
AbdulMawgoud Dardery, un exmiembro del parlamento y un representante de la Hermandad Musulmana, dijo en el programa de Amanpour de CNN que el ejército podría ser un “intermediario honesto” en un diálogo nacional. Él dijo que Morsi se ha puesto en contacto con líderes de la oposición muchas veces, pero la oposición “le tiene miedo a la democracia”.
“Fracasó en las cinco elecciones anteriores que tuvimos en Egipto desde la revolución, y no quiero dejar ir una sexta oportunidad”, dijo. “Es por eso que ellos llevan la política de la calle”.
Seguridad nacional
Los opositores dicen que las políticas de Morsi también tienen la culpa de la ruptura de la ley y el orden, y de la escasez de gas que hace que los egipcios esperen en las estaciones de servicio durante horas.
Un comunicado militar de este lunes parecía adoptar la perspectiva de los manifestantes, llamando a la crisis una grave amenaza para la seguridad nacional mientras que elogia a los manifestantes y los llama decididos y admirables.
“Perder más tiempo solo conducirá a más división, esa es la lucha que tenemos en contra”, dijo el ejército en un comunicado.
Los acontecimientos estaban siendo vigilados de cerca por los países de la región y en Estados Unidos, el aliado más importante de Egipto.
Washington ha proporcionado decenas de miles de millones de dólares en ayuda militar y económica a Egipto cuando estaba Mubarak y prometió mil millones de dólares para el gobierno actual.
El portavoz del Pentágono George Little dijo a los periodistas este lunes que el Departamento de Defensa de Estados Unidos está revisando la declaración del ejército egipcio.
Ben Wedeman, Ian Lee, Housam Ahmed y Hamdi Alkhshali contribuyeron con este reporte.