El Cairo (CNN) — Un día después de deponer al primer presidente elegido democráticamente, las fuerzas de seguridad de Egipto buscan a líderes de la Hermandad Musulmana que apoyaron al gobierno de Mohamed Morsi y silenciaron a algunos medios de comunicación.
El fiscal general egipcio giró una orden para advertir al depuesto presidente Mohamed Morsi, y a otros 35 altos funcionarios de la Hermandad Musulmana, de que no abandonen el país mientras la autoridades investigan si “incitaron a cometer crímenes violentos y asesinaron a manifestantes que protestaban de forma pacífica”, informaron medios estatales este jueves, citando a la oficina del fiscal.
El vocero de la Hermandad, Gehad El-Haddad, dijo a CNN que Morsi está bajo arresto domiciliario en la sede de la Guardia Republicana presidencial, en El Cairo. El Ejército no ha comentado sobre el paradero del expresidente.
Morsi rechazó una oferta de las fuerzas armadas para dejar el país e irse a Qatar, Turquía o Yemen, reportó el diario estatal Al-Ahram este jueves. De acuerdo con el informe, Morsi señaló que no dejaría el poder de manera voluntaria y el discurso previo a su salida este miércoles representa un “desafío flagrante para su autoridad” y “una declaración de confrontación”.
Un vocero del partido de Morsi, Libertad y Justicia, dijo que lo que inició como un golpe militar estaba convirtiéndose “en algo mucho mayor”.
Entrevistado en El Cairo, El-Haddad calificó los arrestos como “intentos muy, muy cuestionables por parte de los militares para desmantelar a la Hermandad”.
Y añadió: “Este es un golpe militar que está implementando un nuevo régimen opresivo bajo la cara lavada del viejo régimen”.
De acuerdo con él, los militares no deben tomar una postura política. El-Haddad agregó que no tenía comunicación directa con Morsi, “pero hay simpatizantes al interior del Ejército que nos dan piezas de información, en primer lugar a otros líderes de la Hermandad Musulmana, quienes confían en mí”.
Los arrestos
Mahdi Aakef, expresidente de la Hermandad, y sus guardaespaldas fueron arrestados este jueves en El Cairo con cuatro armas en su poder, según la Agencia de Noticias de Medio Oriente, estatal, que citó fuentes de seguridad.
El líder supremo del grupo, Mohamed Badei, también fue detenido, informó la televisora estatal Nilo TV este jueves.
También han sido emitidas órdenes de arresto en contra del segundo al mando, Khairat el Shater, y otros líderes de la Hermandad Musulmana por cargos de incitar al asesinato de manifestantes pacíficos enfrente de la sede del partido , en el barrio Moqattam de El Cairo.
¿Qué motivó la protesta contra Morsi?
La policía busca a otros 300 miembros de la organización, según el diario estatal Al Ahram.
Morsi y otros ocho exfuncionarios del gobierno —todos miembros de la Hermandad— están incluidos en una lista que les prohíbe escapar y serán acusados de “insultar a la autoridad judicial y a su personal”, según EgyNews.
Este miércoles, la policía cerró los estudios de varias cadenas de televisión que apoyaban a la Hermandad Musulmana, incluidas Misr 25, The People y al Hafez. Además, arrestó a algunos de los periodistas, informó el diario estatal Al Ahram.
La respuesta de la Hermandad y la oposición
En su página web, el grupo islámico expresó su “rechazo inequívoco al golpe militar en contra del presidente elegido y la voluntad de la nación”, así como la participación “en cualquier acción de autoridad que haya robado el poder y tratado de forma violenta a los manifestantes pacíficos”.
Y añadieron: “Mohamed Morsi, presidente de Egipto, destaca que las medidas anunciadas por el comandante general de las Fuerzas Armadas representa un golpe militar completo, lo cual es inaceptable para cualquier persona libre”.
También llamó a manifestaciones para expresar el rechazo.
Las medidas en contra de la organización llegan en medio de la incertidumbre por el inicio de un nuevo gobierno que empezó a tomar forma tras la juramentación del presidente interino este miércoles, Adly Mansour.
El golpe de Estado dividió a los cientos de miles de personas que en los últimos días habían salido a las calles del país para defender o criticar al gobierno de Morsi.
También generó dudas sobre qué sucederá con el expresidente y sus seguidores, si la violencia aumentará o si la democracia tiene una oportunidad en Egipto.
El movimiento Tamarrod, que buscó la salida de Morsi, está en acción. En un tuit informó que había nominado al líder opositor Mohamed ElBaradei para ser primer ministro.
Los puntos de vista contradictorios, la amenaza de más violencia, las posibles divisiones entre la coalición anti-Morsi y los problemas económicos de Egipto representan los principales obstáculos para una transición sin problemas, según el analista Hani Sabra, director del brazo de Medio Oriente del Grupo Eurasia, una firma de investigación de riesgo político con sede en Estados Unidos.
“No creo que la llamada hoja de ruta de los militares pueda en realidad seguir sin problemas. Creo que hay una gran cantidad de retos a los que se enfrenta”, dijo.
La juramentación
Morsi, un hombre educado en el occidente islámico elegido como presidente hace un año, “no alcanzó los objetivos de la gente” y falló en satisfacer las demandas de los generales que comparten el poder con la oposición, dijo el máximo oficial militar de Egipto, el general Abdel-Fatah El- Sisi, en un discurso transmitido en televisión este miércoles.
Adly Mansour, jefe del Tribunal Supremo de Justicia del país, reemplazará Morsi como presidente interino de Egipto, dijo El-Sisi.
Mansour se convirtió en jefe de la corte solo dos días antes, tras un decreto de Morsi el mes pasado. El ministro fue juramentado como presidente interino en El Cairo este jueves.
Durante la ceremonia de juramentación, Mansour dijo que los egipcios le han dado autoridad “para modificar y corregir” la revolución que en 2011 derrocó al expresidente Hosni Mubarak.
Las nuevas elecciones parlamentarias se celebrarán en una fecha aún sin especificar y en tanto, Mansour tendrá la facultad de emitir declaraciones constitucionales, dijo el líder militar El-Sisi.
Los militares, hasta el momento, no han comentado públicamente sobre el paradero de Morsi. Pero el portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gehad El-Haddad, dijo a CNN que el presidente depuesto se encontraba bajo “arresto domiciliario” en la sede de la Guardia Republicana presidencial en El Cairo.
La agencia estatal de Medio Oriente dijo que los dos máximos dirigentes del partido político de los Hermanos Musulmanes tambié fueron detenidos, y un reporte del periódico Al-Ahram dijo que otros 300 estaban siendo buscados por la policía.
El ejército egipcio ha dominado el país durante seis décadas y tomó directamente el poder durante un año y medio después de la destitución del expresidente Hosni Mubarak en 2011 en medio de protestas callejeras generalizadas.
Grupos de manifestantes salieron a protestar contra Morsi esta semana, los opositores acusaron al presidente depuesto de autoritario e imponer una agenda conservadora, los militares le dieron este lunes 48 horas para ordenar reformas.
Los índices de aprobación de Morsi se desplomaron después de su elección en junio de 2012 cuando su gobierno no logró mantener el orden o reactivar la economía de Egipto.
A medida que la fecha límite se acercaba este miércoles, se ofreció a formar un gobierno de coalición interino que supervisaría las elecciones parlamentarias y revisaría la Constitución promulgada en enero. Pero eso no satisfizo a los generales.
Respuestas contradictorias
La decisión del Ejército contra Morsi y los Hermanos Musulmanes, el movimiento político que lo catapultó al poder, provocó reacciones conflictivas.
En la plaza Tahrir, ahora el epicentro de dos levantamientos egipcios, una vasta reunión de los opositores de Morsi estallaron en júbilo y fuegos artificiales cuando El-Sisi hizo su anuncio.
“La multitud se acercó a las barricadas y empezaron a golpear utilizando piedras, palos y las manos”, dijo Sultan Zaki Al-Saud en CNN iReport. “Sonó como un trueno cuando las barricadas sonaban huecas con cada golpe”.
Durante su tiempo en el cargo, Morsi se enfrentó al sistema judicial de Egipto, los medios de comunicación, la policía e incluso a algunos artistas.
Los egipcios también se sienten frustrados con el crimen rampante y la difícil situación económica que no ha mostrado mejoría desde que Mubarak renunció. El desempleo sigue siendo alto, los precios de los alimentos están subiendo y hay frecuentes cortes de electricidad en los centros de abastecimiento de combustible.
ElBaradei, exjefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, dijo que los planes anunciados este miércoles por los militares eran “una corrección para el camino de la revolución” que sacó a Mubarak fuera del poder.
Pero Abdoul Mawgoud Dardery, exdiputado aliado con Morsi, criticó la decisión de los militares al tomar el asunto en sus propias manos. “No sé cómo alguien con sentido común puede apoyar un golpe militar en una democracia”, dijo. Los egipcios “nunca reconocerán a un golpe de estado”, afirmó.
Esta preocupación fue compartida por los observadores externos.
“Las protestas populares son el signo de una democracia sólida. Pero el cambio de un gobierno elegido debe ser en las urnas, no a través de la violencia colectiva”, dijo Ed Husain, investigador principal de los estudios de Medio Oriente en el Consejo de Relaciones Exteriores.
Al otro lado del río Nilo desde la Plaza Tahrir, los partidarios de Morsi corearon “abajo el régimen militar” y “la plaza tiene un millón de mártires”.
Uno de los manifestantes pro-Morsi en El Cairo dijo que los manifestantes se quedarían ahí “hasta que Mohamed Morsi fuera presidente de Egipto de nuevo”. “No somos violentos, pero al final del día queremos un cambio pacífico en el poder”, dijo El-Haddad, el vocero de los Hermanos Musulmanes a Anderson Cooper, de CNN. “Pero si la democracia se destruye de vez en cuando en ese tiempo, ¿con qué otras opciones dejas a la gente?
“El mundo está mirando”
Morsi se mantuvo desafiante.
“El mundo nos está mirando hoy”, dijo en una declaración grabada entregada a la red satelital árabe Al Jazeera. “Nosotros solos podemos pasar evitar los obstáculos. Nosotros, los hijos de Egipto, los hijos de este país. Esta es la voluntad del pueblo y no puede ser cancelada”.
Poco después de la declaración de Morsi, Al Jazeera informó que sus estudios en El Cairo fueron allanadas durante una transmisión en vivo este miércoles, y sus presentadores, invitados y productores detenidos.
A pesar de los aparentes movimientos contra el grupo político, los militares sugirieron este jueves que proporcionarían protección a los miembros del movimiento. El Ejército dijo que no permitiría cualquier ataque o intimidación contra las personas que pertenecen al grupo islámico, informó la cadena de televisión estatal Nilo TV.
Sin embargo, 32 personas murieron y cientos más resultaron heridos en los enfrentamientos en Egipto este miércoles, dijeron funcionarios de Salud a la televisora.
La violencia esporádica que en cierto momento enfrentó a los partidarios de Morsi contra la oposición y los militares, ha aumentando los temores sobre una inestabilidad social.
Las preocupaciones de una reacción
Algunos observadores advirtieron sobre el riesgo de una reacción extremista como en el pasado.
“La principal lección para los islamistas en el Medio Oriente sobre este episodio es que aprenden que no se les permitirá ejercer el poder sin importar cuántos compromisos hagan tanto en el ámbito de las políticas nacionales y extranjeras”, dijo Mohammed Ayoob, profesor emérito de relaciones internacionales de la Universidad de Michigan.
“Es probable que empuje una porción sustancial de los islamistas dominantes en los brazos de los extremistas que rechazan la democracia y el compromiso ideológico”, según Ayoob en un artículo de opinión escrito para CNN.com.
El gobierno de EU, por su parte, adoptó una postura cautelosa sobre la situación en Egipto.
El presidente Barack Obama dijo que su país está “profundamente preocupado” por la deposición de Morsi y la suspensión de la Constitución, y cambió su discurso al dejar de referirse a esta acción militar como un “golpe de Estado”.
Tampoco pidió a los militares a restaurar el poder “al gobierno civil democráticamente elegido”, sino a “un gobierno civil democráticamente elegido”. En otras palabras, no necesariamente a la gestión de Morsi.
En días recientes ha habido al menos tres conversaciones de alto nivel entre funcionarios militares de Estados Unidos y sus contrapartes egipcias, dijeron oficiales del Pentágono este jueves.
Washington ha suministrado a la milicia de Egipto con decenas de miles de millones de dólares durante más de 30 años, y bajo la ley de EU, el apoyo podría ser cortado después de un golpe de Estado.
Obama dijo que ordenó a “los departamentos y a los organismos pertinentes” estudiar lo que significaría la ley de ayuda estadounidense.
El gobierno alemán fue más enfático en su declaración sobre esta situación.
“Este es un revés para la democracia en Egipto”, dijo el canciller Guido Westerwelle. “Es urgente para Egipto regresar al orden constitucional lo más pronto posible”.
Lo que ocurra en un futuro próximo aún es incierto.
Ben Wedeman reportó desde El Cairo; Jethro Mullen escribió desde Hong Kong y Chelsea J. Carter desde Atlanta. Reza Sayah, Becky Anderson, Mohammed Tawfeeq, Hamdi Alkhshali, Ivan Watson, Jill Dougherty, Dan Lothian, Amir Ahmed, Ali Younes, Schams Elwazer, Elise Labott, Ian Lee, Housam Ahmed y Salma Abdelaziz contribuyeron con este reporte.