(CNN Español) – El papa Francisco llegó este lunes a Río de Janeiro para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, en el que es el primer viaje internacional de su Pontificado.
El avión de Alitalia en el que viajaba aterrizó a las 15:43 horas local. El Pontífice fue recibido en el aeropuerto por la presidenta Dilma Rousseff, entre otras autoridades políticas y religiosas.
“Un hombre que viene del pueblo latinoamericano, de nuestra vecina Argentina, agrega más condiciones para crear una alianza (entre el Gobierno brasileño y la Iglesia católica) de combate a la pobreza y de diseminación de buenas experiencias”, dijo Rousseff durante la ceremonia de recepción del pontífice.
“No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo. La paz de Cristo esté con vosotros”, aseguró Francisco en el palacio de Guanabara.
Por primera vez en la historia de la Iglesia Católica, un Papa latinoamericano visita su propio continente, y lo hace en el país con mayor número de católicos del mundo.
Francisco participará en la Jornada Mundial de la Juventud, una celebración de una semana destinada a revitalizar a los jóvenes católicos y a la Iglesia.
Los organizadores afirman que 400.000 peregrinos de alrededor del mundo se han registrado para el evento, aunque se espera que los asistentes sean más debido a que muchos buscarán ver al Pontífice conocido como el “Papa de los pobres”. Muchos de los eventos serán abiertos al público, y no solo para peregrinos.
Francisco llega a Brasil en un momento delicado. Las protestas han sido cosa de todas las semanas en Río de Janeiro y otras ciudades. Los manifestantes han salido a las calles para protestar contra la falta de servicios del gobierno y los problemas con el transporte público y la corrupción.
El reverendo Marcio Queiroz, un vocero de la Jornada Mundial de la Juventud, dice que hay algunas preocupaciones de seguridad, pero afirma que los manifestantes representan también “una cara de Dios”.
Los organizadores dicen que el evento costará unos 156 millones de dólares, pero que creará unos 20.000 trabajos, con festividades que darán una derrama de unos 222 millones de dólares a las arcas brasileñas.
Una gran variedad de manifestantes utilizarán la visita del Papa para llamar la atención a sus causas. Un grupo a favor de los derechos de los homosexuales realizará un “besatón” a lo largo de una vía por donde pasará Francisco en el papamóvil.
La decisión de Francisco de usar un papamóvil sin blindaje ha causado preocupaciones de seguridad. El general José Abreu, que supervisa la visita papal, dijo que respeta la decisión tomada por el Papa, “pero no es remotamente placentera para las fuerzas de seguridad”.
El gobierno brasileño ha desplegado miles de integrantes de las fuerzas de seguridad para proteger al Pontífice.
Mientras el sol se levantaba este lunes en la playa de Copacabana, trabajadores ultiman detalles antes de la llegada de Francisco. Un masivo escenario se está construyendo a unos metros de la playa, con pantallas gigantes y bocinas que se extienden por casi dos kilómetros.
En ese lugar, este martes se ofrecerá una misa a los peregrinos para darles la bienvenida. El próximo jueves, el Papa se reunirá con peregrinos en la playa.
La Jornada Mundial de la Juventud se realiza cada dos años y fue planeada mucho antes del cónclave en el que fue elegido el cardenal Bergoglio.
En su visita a Brasil, el Papa también irá a uno de los mayores santuarios de la Virgen María, visitará un hospital para adictos en recuperación, escuchará confesiones de jóvenes prisioneros y visitará una favela.
En Brasil viven unos 123 millones de católicos, pero dicha población se ha reducido significativamente en las últimas décadas. En 1970, el 90% de la población se consideraba católica, cifra que bajó a 65% en 2010.
(Con información de Barbara Arvanitidis y John Allen)