Por Adrian Covert
Nueva York (CNNMoney) — El nuevo teléfono inteligente Moto X de Google no busca ser el más veloz, el más grande, ni el más bonito. Quiere ser el más inteligente.
El gigante de las búsquedas en internet reveló el jueves el primer smartphone de diseño propio que crea desde que compró a Motorola el año pasado.
En vez de ir a la par de los smartphones más sofisticados, como el iPhone de Apple, el Galaxy 4S de Samsung o el One de HTC, Google diseñó el Moto para que use inteligentemente los sensores y los procesadores de lenguaje para estar un paso adelante de ti.
El Moto X se construyó con base en un chip llamado X8, que permite que el smartphone entienda el lenguaje natural y le otorga consciencia situacional. Siempre está atento a tus órdenes, ya sea que esté en modo de espera o activo. Además sabe cuándo lo estás usando y cómo lo estás usando.
Al decir el voz alta “OK Google Now”, puedes hacer una llamada, mapear una ruta, almacenar un recordatorio o buscar en Google. Este chip especial de procesamiento de lenguaje permite que el teléfono esté constantemente a la espera de que tu voz le diga qué hacer sin que tengas que activar el micrófono. Mejor aún, Google indicó que no tendrá un efecto perjudicial en la duración de la batería.
Otro truco: la pantalla mostrará automáticamente el reloj cuando levantes el teléfono o lo saques de tu bolsillo. Si colocas tu dedo en la pantalla, surgirán las notificaciones para que las revises. Si lo quitas, se vuelve a mostrar la pantalla de bloqueo por defecto y tus comunicaciones se oscurecerán rápidamente ante las miradas curiosas.
Cuando el teléfono está en modo de espera, el girarlo como si fuera un desarmador te permitirá acceder a la cámara con el mínimo esfuerzo.
También hay una aplicación hecha a la medida llamada Assist, que puede usar la gama de sensores del Moto X para detectar en qué configuración se encuentra el teléfono y te permite establecer una serie de configuraciones que se activan automáticamente en esas situaciones. Por ejemplo, puedes hacer que lea tus mensajes en voz alta mientras conduces. Cuando bajes del auto, esa configuración se desactivará.
Aunque enfatiza los sensores y la inteligencia en vez de la potencia, el Moto X no es nada incompetente. Cuenta con una pantalla de alta definición de 4.7 pulgadas y 720 pixeles en un cuerpo no mayor al de un iPhone. Utiliza una versión de Android relativamente limpia, libre de aplicaciones excesivas, lo que significa mayor velocidad y recibir las actualizaciones en un tiempo menor que un teléfono como el Galaxy S4.
Tiene una cámara de 10 megapixeles y una batería que promete durar 24 horas con una sola carga bajo condiciones “normales” de uso.
El hardware del Moto X se ubica entre la manufactura de calidad del One de HTC y el plástico colorido del Galaxy 4S. Es cómodo de sostener y no es demasiado pesado, pero no es tan agradable como para ser un objeto maravilloso en sí y por sí solo.
Tal vez la mejor idea que Google tuvo para el Moto X tiene poco que ver con la tecnología. Los usuarios, por ahora solo los clientes de AT&T en Estados Unidos, pueden entrar al sitio de Motorola y personalizar el frente, el dorso y los colores de acento del teléfono.
Para el público al que está dirigido el Moto X —de consumidores en general a quienes les preocupa menos la densidad de pixeles y los sensores de la cámara—, el plan de mercadotecnia de Google podría funcionar. La división Motorola de la empresa pierde dinero y no necesita un teléfono aclamado por la crítica, sino uno comercialmente exitoso.
En las pocas horas en las que he usado el teléfono, las funciones contextuales activadas por voz se desempeñaron aceptablemente. No son funciones terribles, pero para ser un teléfono de 200 dólares (cerca de 2,500 pesos) que se anunció tanto como la solución a nuestros problemas con los smartphones, fue difícil no esperar un poco más.
El Moto X saldrá a la venta a finales de agosto.