Las mujeres solteras con educación y mayores de 27 años son consideradas "quedadas" en China.

Por Leta Hong Fincher, especial para CNN

Nota del editor: Leta Hong Fincher es colaboradora del programa mensual On China de CNN. Los nombres de las personas entrevistadas han sido cambiados para proteger su privacidad.

Beijing (CNN) — Después de años de presiones por parte de sus padres para que se casara, Zhang Yu, de 26 años, perdió la paciencia.

“He decidido que nunca me casaré y no tendré un hijo”, dijo Zhang, estudiante universitaria de grado en Changsha, provincia de Hunan, quien se mudó a Shanghai a principios de este año para escapar de su familia y comenzar su carrera.

La promesa de Zhang no es común en un país donde las familias, los amigos y los medios estatales constantemente dicen a las mujeres educadas que se sentirán solas y miserables si no encuentran un marido pronto.

Aún así, algunas rechazan por completo el matrimonio.

Zhang había vivido con sus padres en Hunan para poder ahorrar suficiente dinero después de obtener su título universitario, y durante un tiempo, se sintió presionada por la preocupación de sus padres en el sentido de que se convertiría en una “mujer quedada” (o “shengnv” en chino), término oficial para describir a una mujer mayor de 27 años, soltera, con educación y que vive en una zona urbana.

Pero al visitar algunos sitios feministas en Internet, pensó que el término existía solo para hacer que las mujeres regresaran a sus hogares.

Entonces, tomó el riesgo y decidió mudarse a Shanghái sin empleo. Dejó la comodidad de su hogar para establecerse en un dormitorio que compartía con otros nueve compañeros. Sin embargo ama la sensación de libertad y a sus nuevos amigos.

“Los hombres todavía piensan como en el pasado, pero los valores de las mujeres han evolucionado. Ahora me siento muy relajada”, dijo Zhang, quien acaba de recibir una oferta de empleo en ventas.

Lan Fang, gerente de atención a clientes de una compañía financiera en Shanghái, de 32 años, goza de manera similar su soltería. Disfruta de un ingreso relativamente alto de aproximadamente 3,200 dólares mensuales (cerca de 43,000 pesos) y con frecuencia sale a cenar, al cine o a conciertos con amigos.

“En Nanjing, donde crecí, vi a muchas parejas pelear y parecían infelices. Además, muchos hombres son infieles”, dijo Lan. “Mi vida en Shangai es muy buena, ¿por qué habría de cambiarla?”

Zhang y Lan pertenecen a una minoría, pero sus actitudes reflejan la realidad en el sentido de que el matrimonio en la actualidad en China no ofrece mucha protección de los derechos de las mujeres.

Abuso doméstico

Por ejemplo, una mujer china prácticamente no tiene recursos si su marido abusa de ella. Las estadísticas oficiales muestran que un cuarto de las mujeres han padecido violencia doméstica por parte de sus parejas, pero las activistas feministas dicen que la cifra es poco seria y acertada.

Li Ying, abogada y directora del Yuanzhong Gender Development Center en Beijing, dijo que muchas mujeres no reconocen que son víctimas de la violencia doméstica.

“Pregúntale a una mujer si ha experimentado violencia doméstica y contestará: ‘¡No, claro que no!’” dijo Li. “Pregúntale si su marido la ha golpeado y dirá que sí”.

A pesar de años de intensos esfuerzos por parte de los grupos de derechos de las mujeres, el gobierno chino no ha logrado aprobar una legislación encaminada a frenar la violencia doméstica.

“Los jueces casi nunca definen un caso como ‘violencia doméstica’ porque la ley actual en China no es suficientemente específica o clara”, dijo Feng Yuan, activista líder que trabaja para el Anti-Domestic Violence Network en Beijing. En consecuencia, es sumamente difícil para las mujeres lograr la protección en contra de una pareja violenta.

“La opción más racional es permanecer soltera”

Las mujeres casadas también experimentaron un severo retroceso en cuanto a sus derechos de propiedad en 2011, cuando la Suprema Corte enmendó la Ley del Matrimonio en China que ahora dice, prácticamente, que la propiedad matrimonial pertenece a la persona cuyo nombre está en las escrituras de la casa. En China, normalmente esa persona es el esposo.

De acuerdo con una encuesta de 2012 hecha por Horizon China sobre la compra de casas en las ciudades de Beijing, Shanghái, Guangzhou y Shenzhen, solo el 30% de las escrituras de una propiedad matrimonial incluyen el nombre de la mujer, aunque más del 70% de las mujeres contribuyen a la compra de dicha propiedad.

Esta es solo una de las maneras en las que las mujeres chinas han sido excluídas de lo que es considerado como la acumulación más grande de riqueza por propiedades residenciales en la historia, valuada en 3.3 veces el PIB de China, de acuerdo con cifras de HSBC. Esta cifra llegó a más de 28 billones de dólares a fines de 2012.

Los defensores de la resolución de la corte argumentan que las mujeres tienen derecho a recibir una compensación por la parte de los pagos de la vivienda que ellas hacen, pero la mayoría de ellas no guardan comprobantes de sus contribuciones. Las amas de casa tienen incluso menos protección financiera en caso de un divorcio.

Muchas mujeres están enojadas por las modificaciones a la Ley de Matrimonio, pero la naturaleza autoritaria del Estado chino unipartidista, ha evitado que el movimiento de los derechos de las mujeres gane fuerza.

“Básicamente, la institución del matrimonio beneficia a los hombres y cuando las mujeres resultan lastimadas, tampoco protege nuestros derechos”, me dijo recientemente una joven en Beijing. “La opción más racional es permanecer soltera”.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Leta Hong Fincher.