(CNN Español) – Los campesinos que están en huelga en Colombia levantaron los bloqueos de carreteras luego que la dirigencia de los agricultores alcanzara acuerdos parciales con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

El mandatario le ordenó a sus ministros suspender las negociaciones hasta que los manifestantes permitieran el tránsito vehicular en algunas de las principales vías del país.

Más temprano, Santos se pronunció desde la Casa de Nariño tras las manifestaciones la noche del jueves en Bogotá que fueron aprovechadas por vándalos para dañar bienes públicos y privados.

Los disturbios en la capital  dejaron al menos dos muertos y decenas de heridos.

En su discurso, el presidente dijo:  “No vamos a tolerar que los desmanes de unos desadaptados que se aprovechan de los legítimos reclamos de los manifestantes afecten la tranquilidad de los ciudadanos y mucho menos que queden impunes”.

“Es inaceptable que las acciones de algunos afecten de manera grave la vida de la mayoría”, agregó en referencia a los enfrentamientos entre manifestantes y policía en Bogotá, además de los problemas de comunicación vial en el departamento de Boyacá a causa del paro que incomunica a los pobladores de la zona con el hospital más cercano.

Santos ordenó un toque de queda y la militarización de la capital, además el despliegue de 50.000 soldados por todo el país para trabajar en conjunto con la policía y recobrar el acceso a las vías bloqueadas. También puso a disposición la Fuerza Aérea para el suministro de alimentos básicos.

Santos añadió que la policía tiene videos que muestran a los vándalos atacando a  personas y destruyendo bienes públicos, y que los publicarán en el sitio de Internet de la policía.

También anunció una recompensa del equivalente a 2.600 dólares para quien dé información a las autoridades sobre las personas que alteran el orden, y otra de casi 5.200 dólares por información sobre amenazas y extorsiones a las empresas para obligarlas a participar en el paro agrario.

El presidente agregó que respeta las protestas, que ya llevan 11 días, y que entiende las quejas de los campesinos.

Los trabajadores del sector agrario sostienen que están al borde de la ruina por los altos costos de los insumos, piden que se suspenda la importación de productos como la papa y el arroz y quieren que el Gobierno los subsidie para poder competir en igualdad de condiciones con países con los que se han firmado acuerdos de libre comercio.