Por Daisy Carrington, para CNN
(CNN) – Algunos hobbies requieren talento; otros no. Sin embargo, la verdadera habilidad es convertir tu extraño pasatiempo en un evento internacional. Ya sea si tu pasión es esculpir obras maestras hechas de arena, o embestirte contra Dapper Dans con una sombrilla, en algún lugar hay un festival dedicado a perfeccionar esas habilidades.
Pocos hobbies incitan el ridículo como las guitarras de aire. Aún así, el Campeonato Mundial de Guitarras de Aire en Oulu, Finlandia, atrae a más de 10.000 “airheads” (aficionados a este hobby). El evento de este año no fue la excepción. Aunque los jueces parecen tomar el deporte muy en serio, juzgando a los participantes según sus habilidades técnicas, presencia escénica y “airness” (técnica para tocar la guitarra de aire), el festival empezó como una simple diversión.
“Empezamos en 1996 para promover el Festival de Videos Musicales. No lo tomamos muy en serio”, dice Hanna Jakku, la cofundadora de la competencia. Sin embargo, desde esos primeros días, el campeonato ha madurado. Contrario a lo que la gente cree, señala Jakku, se requiere talento para tocar guitarras de aire.
“Cuando se trata de tocar en competencias, el estándar es bastante alto. Es un concurso de talento para el espectáculo. Se toma muy bien el tiempo; hay coreografía y drama en cada presentación. Imagina que es una combinación de un monólogo humorístico y ópera de música rock”, añade.
Los verdaderos aficionados incluso pueden ganar un dinero extra. El ganador del año pasado, Justin “Nordic Thunder” Howard, firmó un contrato con Dr. Pepper, una marca de bebidas sin alcohol, y como muchos de sus contemporáneos se presenta en festivales regularmente.
Sin embargo, la capital de los hobbies más extraños del mundo es Llanwrtyd Wells, Gales. El pequeño pueblo organiza el Reto Hombre contra Caballo, el Campeonato Abierto de Gales de Stoneskimming (lanzamiento de piedra sobre el agua), y el tan popular Campeonato Mundial de Bogsnorkelling (buceo de pantano). Éste último se llevó a cabo el 25 de agosto.
“El campeonato surgió a partir de una discusión entre hombres ebrios en un bar que estaban tratando de traer más negocios al pueblo”, explica Bernice Benton, de Llanwrtyd Tourism, acerca del bogsnorkelling. El año pasado, el concurso atrajo a 177 participantes. En él, los participantes utilizan snorkels y aletas para dar dos vueltas en una turbera de 180 pies (55 metros).
“Hay mucho lodo, y todo está tan oscuro que no ves nada. Además muchas personas no están acostumbradas a respirar a través de un snorkel. En general, hace mucho frío, y también debes lidiar con las sanguijuelas y los escorpiones acuáticos”, explica Benton.
Los concursantes no lo hacen tanto por el dinero (todas las ganancias van a obras benéficas), sino por la gloria. Según Benton, algunos entrenan mucho para el evento, y llegan a practicar snorkeling con los ojos vendados.
Incluso competencias que hoy día se toman en serio tienen orígenes bastante arbitrarios. En 1933, el fotógrafo Myron Scott, quien residía en Ohio, se encontró con un grupo de chicos que hacían una carrera con vehículos caseros, y decidió organizar una. Desde entonces, éste se ha convertido en uno de los eventos más populares entre las actividades de bricolaje; hablamos del Soap Box Derby Nacional, en el que niños y adolescentes compiten con autos hechos por ellos mismos.
A pesar de su nombre, el certamen atrae a personas de otros países y muchos de los que concursaron durante su infancia, ahora se han convertido en corredores famosos e ingenieros.
La competencia del Soap Box Derby enseña a los niños no sólo acerca de la carrera, sino cómo construir un auto y cómo hacerlo más rápido”, dice Bobby Dinkins, director de mercadeo del evento.
Los concursantes van de 7 a 17 años de edad, y todos tienen que calificar ya sea ganando su carrera local, u obteniendo suficientes puntos en una carrera de rally. Debido a que se dan becas como premio, hay mucho en juego para los posibles ganadores. Por lo tanto, menciona Dinkins, muchos practican bastante.
“Estos niños participan en carreras todo el año para poder calificar”, añade.
En Baltimore, Maryland, tanto niños como adultos participan en una carrera un poco más extravagante: la Carrera de Esculturas Cinéticas. En la carrera compiten obras de arte, impulsadas por la fuerza muscular de los humanos, diseñadas para recorrer tierra, lodo y agua (el auto de Pedro Picapiedra sería adecuado). Las esculturas tienen forma de cualquier cosa imaginable, desde cerdos voladores hasta esponjosos perros rosados.
Los premios se dan por llegar en primer lugar, por mantenerse en el centro y por mantener los pies fuera del suelo.
“El número de premios casi equivale al número de vehículos que participan”, explica Rebecca Alban Hoffberger, fundadora del American Visionary Art Museum (Museo Estadounidense de Arte Visionario), el cual organiza el evento.
La carrera se realiza a lo largo de 24 kilómetros por el centro de Baltimore y el puerto. Aunque quizás no sea el evento deportivo más importante de Baltimore, seguramente sí es el más extraño. Voluntarios disfrazados de pollos ayudan a guiar a los vehículos por el camino correcto, mientras doctores con barba y uniformes están listos en caso de que alguien resulte herido.