Las condiciones de la adopción de niños rusos por parte de Estados Unidos ha enfrentado a ambos países.

Por Kevin Voigt y Sophie Brown

Nota del editor: En esta serie, CNN investiga las adopciones internacionales; escuchamos a familias, niños y expertos en su declive y analizamos si la tendencia podría —o debería— revertirse.

HONG KONG (CNN) En abril de 1999, Laura Blitzer, una profesora universitaria de 41 años, decidió adoptar un niño. Poco más de un año después, la neoyorkina se encontraba en una provincia de China sosteniendo por primera vez a su hija adoptiva de nueve meses, Cydney. “Fue asombroso tenerla en mis brazos… Aún lloro cuando veo el video de cuando me la entregaron”, recordó Blitzer. “No podía creer que ella fuera mía”.

En 2007, Blitzer quiso adoptar a otro niño chino, pero seis años más tarde, sigue esperando. “En este momento, el estimado para recibir un niño sano es en 2017”, dijo. La cantidad de adopciones internacionales cayó casi un 50% desde 2004, tras haber presentado crecimiento constante durante varias décadas.

El declive se debe al incremento de las regulaciones y a la aversión creciente a enviar huérfanos al extranjero en países como Rusia y China, y no a un descenso en el número de huérfanos ni a una bajada en la demanda, de acuerdo con miembros del sector.

Mientras las tasas de adopciones internacionales caen, Estados Unidos está enviando más niños al extranjero, una cifra tres veces mayor que en 2004, con 315 niños en 2009, según la Universidad de Newcastle.

Alimentar al país de las adopciones

Las adopciones transnacionales se popularizaron después de la Segunda Guerra Mundial. Con la apertura de Rusia y China, en la década de 1990, hubo una explosión en las adopciones internacionales, dijo Peter Selman, experto en adopciones internacionales de la Universidad de Newcastle y asesor de estadística de la Convención de La Haya sobre Adopción Internacional.

“En Rusia, fue por la ruptura de la Unión Soviética. En China, por el descubrimiento del impacto de la política de solo un hijo”, dijo Susan Caughman, editora de la revista Adoptive Families, quien adoptó a una niña china en 1992. “En ese entonces, los orfanatos chinos estaban saturados de niños abandonados”, mayormente niñas, dijo Caughman, ya que las familias preferían a los niños tras la implementación de la política de un solo hijo

La puerta china se estrecha

Si Blitzer, que ahora tiene 55 años, presentara hoy una solicitud de adopción en China, no tendría esperanzas de que la reunieran con un bebé sano. En mayo de 2007, China implementó reglas nuevas. Entre ellas, que los solteros y las personas mayores de 50 años no pueden adoptar. En 2011, se volvió a permitir que las mujeres solteras adoptaran, pero solo a niños con necesidades especiales, como los que tienen una discapacidad física, siempre y cuando se firme una declaración de que no son homosexuales.

China también prohíbe que adopten los extranjeros con obesidad mórbida o deformidades faciales, personas que hayan tomado antidepresivos para trastornos mentales graves en los últimos dos años, solicitantes ciegos, con esquizofrenia o alguna enfermedad terminal. Las parejas deben tener al menos dos años de casados y, en el caso de que algún miembro haya estado divorciado, se puede adoptar hasta cinco años después de la boda.

Las nuevas reglas eran necesarias para proteger “los intereses de los niños”, ya que la demanda extranjera superaba la oferta de huérfanos, dijo Lu Ying, director del Centro de Asuntos para la Adopción de China, a la agencia estatal, Xinhua, a principios de 2007.

“Las nuevas reglas ayudarán a abreviar el tiempo de espera para los extranjeros calificados y acelerará el proceso para los niños, especialmente los discapacitados, para que puedan irse con sus nuevas familias, en donde recibirán mejor educación y atención médica”, dijo Lu a la agencia Xinhua. Ese no ha sido el caso. China sigue siendo la principal fuente de hijos adoptivos, pero para 2011 la cantidad de niños chinos que adoptaron las familias extranjeras se redujo a la mitad en comparación con 2007, según la Universidad de Newcastle.

Conforme China frena las adopciones, aumenta la cantidad de niños en sus orfanatos, con un incremento de cerca del 50% respecto a 2004, según el Ministerio de Asuntos Civiles de China.

El país asiático no es el único que está frenando el flujo de adopciones. Desde hace tiempo, Rusia era el segundo proveedor de huérfanos para la adopción internacional. Sin embargo, en diciembre de 2012, Rusia aprobó una ley en la que se prohíben las adopciones a EU para 2104. Se considera ampliamente que la medida es una represalia contra la ley sobre los violadores de los derechos humanos en Rusia que se aprobó en diciembre en EU. Las pasiones sobre el tema se han intensificado tras la muerte de un niño ruso de tres años que habían adoptado a principios de este año en Texas y del incidente de un niño ruso de siete años al que enviaron de vuelta a Rusia en 2010.

Cambios en otros países

Ghana suspendió en mayo las adopciones internacionales, según el Departamento de Estado de Estados Unidos. Fue el último país en cerrar sus puertas a la adopción, después de Bután, Guatemala, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Ruanda.

Corea del Sur planea eliminar la adopción internacional y las adopciones en Nepal hacia EU han cesado totalmente. Las agencias de adopción estadounidenses autorizadas dejaron el país luego de que el Departamento de Estado recomendara no adoptar niños de la nación del Himalaya.

Colombia notificó que, a partir de julio, dejaría de aceptar solicitudes de padres no colombianos que quisieran adoptar niños menores de seis años y 11 meses, a menos que se trate de un niño con necesidades especiales.

Antes de que se cerrara en 2008, Guatemala envió al extranjero a casi uno de cada 100 niños que nacían. La tasa de adopciones más alta que se ha registrado se dio en Corea del Sur en 1985, cuando 1.3 de cada 100 niños nacidos se daban en adopción en el extranjero, de acuerdo con Selman, asesor de estadística de la Convención de La Haya.

Muchos países ratificaron la Convención de La Haya sobre la Adopción, que pretende evitar el tráfico y facilitar que los niños finalicen el trámite de su ciudadanía en sus nuevos países. Uno de los principios fundamentales de la convención es que se debe procurar ubicar a los niños en su propio país antes de considerar la adopción internacional.

Los críticos dicen que el tratado, al que Estados Unidos se adhirió en 2008, ha restringido las adopciones. Los costos, que pueden alcanzar los 50,000 dólares (650,000 pesos), siguen aumentando. La espera para que un padre adoptivo se reúna con su hijo puede prolongarse durante años mientras los documentos de la adopción chapotean por la burocracia del país de origen y el país receptor.

La Unicef calcula que hay 151 millones de niños que perdieron al menos a un padre en todo el mundo y 18 millones que perdieron a ambos. En todo el mundo, son más los niños que viven en hogares sustitutos o en instituciones que los que se adoptan, según las Naciones Unidas. La mayoría de esos niños son mayores y tienen necesidades especiales. Pero no son los niños sanos que muchos padres adoptivos suelen desear.

Con información de Meng Meng