(CNN) – A medida que el terrorismo es cada vez más una táctica de guerra, el número de ataques y muertes aumentaron a un máximo histórico en 2012, de acuerdo con un nuevo informe que CNN obtuvo en exclusiva.
El año pasado, más de 8.500 ataques terroristas mataron a casi 15.500 personas conforme la violencia devastó África, Asia y Oriente Medio, de acuerdo con el National Consortium for the Study of Terrorism and Responses to Terrorism (Consorcio nacional para el estudio del terrorismo y las respuestas al terrorismo).
Esto representa un incremento del 69% en ataques y un aumento del 89% en decesos desde 2011, según START, uno de los rastreadores del terrorismo líderes en el mundo.
De acuerdo con el grupo, seis de los siete grupos más mortíferos están afiliados a al Qaeda, y la mayoría de la violencia se cometió en países con mayoría musulmana.
El registro anterior de los ataques se realizó en 2011 con más de 5.000 incidentes; en el caso de fatalidades, el año anterior con mayor número fue 2007, con más de 12.800 muertes.
Con sede central en la Universidad de Maryland, START mantiene la Base de datos global de terrorismo, la fuente más exhaustiva de información no clasificada sobre ataques terroristas, con estadísticas que datan de 1970.
START, uno de los 12 Centros para la excelencia financiados por el Departamento de seguridad nacional, planea dar a conocer toda su base de datos en diciembre pero compartió sus primeros hallazgos tras una petición hecha por CNN.
Se espera que este año supere incluso el mayor récord de 2012. Hubo 5.100 ataques en los primeros 6 meses de 2013, dijo Gary LaFree, director de START, y la ola de violencia muestra pocas señales de disminución.
En semanas recientes, Al-Shabaab, un grupo militante con base en Somalia, atacó un centro comercial en Nairobi, Kenia, dejando 67 muertos; terroristas suicidas mataron a 81 en una iglesia en Pakistán; y los talibanes se atribuyeron el credito de asesinar a dos oficiales de la policía con un coche bomba en Afganistán.
Para encontrar y cuadrar ataques como estos, los ordenadores de START rastrean 1,2 millones de artículos de 50.000 archivos multimedia cada mes con un algoritmo para ayudar a identificar y eliminar las redundancias. Su personal de 25 miembros luego estudia, categoriza y contabiliza cada ataque.
La definición de terrorismo de START refleja estrechamente la del Departamento de Estado y de otros expertos. Para que pueda ser contabilizado como un acto de terrorismo, un incidente tiene que ser un acto o una amenaza intencional realizada por un “agente que no pertenezca del estado” que cumpla con dos de estos tres criterios:
- Fue dirigido a la consecución de una meta política, económica, religiosa o social.
- Fue destinado para coaccionar, intimidar o transmitir un mensaje a un grupo mayor.
- Violó el derecho internacional humanitario al ser dirigido a no combatientes.
Parte del incremento observado en 2012 podría ser debido al hecho de que START ha mejorado sus métodos de recolección de datos y es mejor que nunca en encontrar y categorizar al terrorismo, dijo LaFree. Sin embargo, dijo que el dramático incremento no se trata únicamente de tener mejor información.
“Estamos convencidos de que un gran trozo de todo esto es un cambio real en el mundo”, dijo LaFree. “Hemos visto una trayectoria bastante ascendente en el total de ataques terroristas y muertes a nivel mundial”.
Fuera de pequeños descensos en 2004 y 2009, el número de ataques se ha incrementado a un ritmo constante en la década pasada, según START. La tendencia creciente aumenta la posibilidad de que los números de 2012 no sean una aberración, dijo LaFree.
Los expertos en contraterrorismo no afiliados a START también dijeron que los ataques parecen estar ocurriendo con una creciente frecuencia.
“Ha habido un montón de matanzas que ocurren en las líneas sectarias y religiosas”, dijo Daniel Benjamin, coordinador de contraterrorismo en el Departamento de Estado desde 2009 a 2012. “Y eso es algo preocupante”.
Las razones detrás del incremento son complejas, dicen los expertos:
- Estados débiles e inestables y gobiernos corruptos o ineficaces.
- Pobreza y desempleo elevado, especialmente entre los hombres jóvenes.
- El acceso a un armamento más letal y un incremento en el uso de tácticas como los atentados suicidas capaces de matar a decenas de transeúntes.
- Un incremento en las tensiones sectarias entre musulmanes suníes y chiíes, donde antiguos rencores dan lugar a masacres modernas.
- El creciente uso del terrorismo como una táctica de guerra.
“La distinción entre la línea frontal y la retaguardia ha sido borrada en gran medida conforme el terrorismo se ha convertido en una creciente característica de la guerra contemporánea”, dijo Brian Michael Jenkins, asesor superior en la Corporación RAND y fundador de su programa anti-terrorismo.
Sin embargo Jenkins también advirtió que “el terrorismo” es notoriamente difícil de definir, y el incremento en los ataques no significa necesariamente que los Estados Unidos están “perdiendo la guerra contra el terrorismo”. Dijo que podía tan sólo reflejar un cambio de estrategia entre los rebeldes sirios y los radicales afganos, por ejemplo.
Aún así, los expertos dicen que el aparente incremento en las bajas civiles es alarmante.
Se han ido los días en que los grupos terroristas como el Ejercito Republicano Irlandés o la Brigada Roja italiana intentarían mantener bajo el número de las víctimas al emitir advertencias, dijo LaFree.
“Si eres un grupo terrorista ahora y quieres que tu mensaje llegue”, dijo, “entre más gente mates, más ‘exitoso’ serás”.
Los ataques sectarios -tales como las batallas campales entre musulmanes suníes y chiíes en Irak, Siria y Pakistán- tienden a ser desproporcionadamente mortales, dijo Martha Crenshaw, una experta de la Universidad de Stanford y miembro del consejo de START.
“Tristemente, parece ser cada vez más aceptable en ciertos sistemas de creencias matar a tantos miembros de la otra comunidad religiosa como sea posible”, dijo. “Las restricciones morales parecen estar erosionándose”.
Los bombardeos y las explosiones fueron utilizados en un 58% de los ataques terroristas en 2012, pero no siempre fue así. De hecho, los datos de START también muestran un cambio dramático global en las tácticas terroristas y en los sitios estratégicos.
En la década de los años 70, la mayoría de los ataques se cometieron con armas de fuego y ocurrieron en Europa Occidental. En la década de los años 80, Latinoamérica vio la mayoría de los actos terroristas. A partir de la década de los 90, Asia del sur, África del norte y el Oriente Medio han visto un constante incremento en el número de ataques, una tendencia que se ha acelerado en años recientes.
Aunque el terrorismo golpeó a 85 países el último año, sólo tres -Pakistán, Irak y Afganistán- sufrieron más de la mitad de los ataques (55%) y muertes (62%) en 2012.
En enero, terroristas suicidas suníes atacaron a varios peregrinos chiíes en Irak, matando al menos a 73. En febrero, un coche bomba fuera de un café en Mogadiscio, Somalia, dejó 15 muertos. En marzo, un bombardeo en Tailandia mató a 14 y dejó heridos a 340 en un distrito comercial.
Tan sólo ocho ciudadanos estadounidenses murieron en ataques fuera de los Estados Unidos en 2012, todos ellos en Afganistán, según el Departamento de Estado. En los Estados Unidos, siete personas murieron en 11 ataques terroristas el último año, seis de ellos en un tiroteo en un Templo sij en Oak Creek, Wisconsin.
A pesar de la muerte de Osama Bin Laden y la captura de otros líderes clave de Al Qaeda, el grupo ha exportado su marca de terrorismo a otros musulmanes militantes, de acuerdo a START y a otros expertos en contraterrorismo.
“Hemos tenido éxito en detener la central de Al Qaeda”, dijo LaFree. “Pero no hemos tenido éxito en detener el mensaje”.
El Talibán de Afganistán fue por mucho el grupo más letal en 2012 cuando lanzó 525 ataques que mataron 1.842 personas.
El segundo grupo más letal fue Boko Haram de Nigeria, un grupo yihadista que orquestó 364 ataques el año pasado que mató a 1.132 personas.
Los siguientes más letales fueron Al Qaeda en Irak, el Partido Comunista de la India Maoísta, Al-Shabaab de Somalia, Al Qaeda en la Península Arábiga y la rama de los talibanes de Pakistán.
Rhonda Shore, una portavoz de la Oficina de Contraterrorismo del Departamento de Estado, dijo que no había visto las últimas cifras de START y no pudo comentar sobre el informe. Pero ofreció una defensa acérrima al enfoque de la administración Obama respecto a Al Qaeda.
“Hemos logrado un gran progreso en nuestros esfuerzos por interrumpir, desmantelar y derrotar a la mayor organización de Al Qaeda en los años recientes”, dijo.
“Sin embargo”, dijo, Al Qaeda y sus afiliados “continúan presentando una seria amenaza para los Estados Unidos y sus intereses y debemos permanecer atentos a medida que consideramos el alcance de herramientas y acciones disponibles para interrumpir esta amenaza”.
En abril, START compiló un informe separado para el Departamento de Estado que contabiliza menos ataques (6.771) y muertes (11.098) en 2012 que en su propio informe, ya que el gobierno de los Estados Unidos utiliza criterios ligeramente diferentes para definir el terrorismo.
Esos números inferiores aún representan un máximo anual de todos los tiempos en el número de ataques, según la base de datos de START.
A pesar de la afiliación de los grupos terroristas principales -a veces endeble- con Al Qaeda, algunos no encajan en el molde creado por su anterior cabecilla, bin Laden, y su actual líder, Ayman al-Zawahri, dijo Benjamin, anterior coordinador de contraterrorismo del Departamento de Estado.
Bin Laden estaba motivado por una visión apocalíptica, dijo Benjamin, y quería desatar una guerra mundial entre cristianos y musulmanes.
La lucha por el poder en varios países musulmanes, por otro lado, está conducida tanto por intereses políticos como religiosos, según Benjamin y otros expertos en terrorismo.
“Al-Shabaab, por ejemplo, es un grupo rebelde y desorganizado”, dijo, “y la abrumadora mayoría de su infantería no se preocupa por Al Qaeda. Sólo pelean para mantenerse vivos”.
Y mientras la mayoría del terrorismo en 2012 se cometió en países mayormente musulmanes, LaFree y otros expertos advierten en contra de ver al Islam mismo como inherentemente violento.
“No hace mucho, el terrorismo estaba centrado en Europa Occidental y en América Latina”, dijo LaFree. “Se mueve. Y, desafortunadamente, se ha movido al mundo islámico justo ahora”.
Como Benjamin, Rizwan Jaka, un líder musulmán con sede en el norte de Virginia, dijo que detrás de muchos actos de terrorismo yacen las motivaciones políticas, no religiosas.
“No es como si despertaran y dijeran ‘soy musulmán; voy a ir a matar a alguien en un centro comercial’”, dijo Jaka. “En su mente retorcida, ésta es una represalia política”.
Aún así, los musulmanes estadounidenses están trabajando para reducir las tensiones entre suníes y chiíes, dijo Jaka, un miembro del consejo de la Sociedad islámica de Norteamérica.
El consejo Fiqh de Norteamérica, un grupo influyente que emite fallos basados en la sharia, o ley islámica, publicó en 2005 un fatwa (edicto religioso) avalado por docenas de musulmanes en donde condenaba categóricamente al terrorismo.
Más recientemente, la Sociedad islámica de Norteamérica se ha reunido con líderes africanos y de Oriente Medio para instarles a proteger los derechos de minorías religiosas y a desalentar el terrorismo.
En septiembre, el encuentro de líderes suníes y chiíes en Washington anunciaron un acuerdo para dejar a un lado las diferencias y hacer frente a la “nefasta situación de inestabilidad, destrucción, genocidio y refugiados” en muchos países predominantemente musulmanes.
“Todos los musulmanes son una nación, incluso si las escuelas de pensamiento son diferentes”, dijo la declaración de eruditos. “Tal diversidad es una fuerza de enriquecimiento intelectual y no debería de ser la caus